La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas del Castillo, el Turno de Partidos y la Constitución de 1876
Contexto y Causas de la Restauración
La Restauración se refiere a un periodo histórico y a un régimen político que comprende el reinado de Alfonso XII y la regencia de su esposa María Cristina, caracterizada por el regreso de los Borbones al trono español.
Las causas que propiciaron este cambio fueron:
- Incapacidad y fragilidad de la Primera República para resolver los conflictos bélicos simultáneos: Tercera Guerra Carlista, Guerra de Cuba y cantonalismo.
- Debilidad y pasividad de toda posible oposición social a la Restauración.
- Presión de los grupos sociales favorables a la Restauración:
- Alta burguesía: Buscaban garantizar el orden para el desarrollo de sus negocios.
- Colonialistas: Temían los proyectos republicanos de conceder autonomía a Cuba.
- Terratenientes: Identificaban el régimen republicano con revolución social.
- Altos mandos del ejército: No aceptaban la radicalización del modelo político.
- Iglesia Católica: El clero era antidemocrático, reaccionario y conservador.
Características de la Restauración
El periodo se caracterizó por los siguientes rasgos:
- Vuelta de los Borbones a España con Alfonso XII.
- Dominio de la élite política, compuesta por los dirigentes del Partido Liberal Conservador y el Partido Liberal Fusionista.
- Vigencia de la Constitución de 1876. Sistema político caracterizado por caciquismo, turno de partidos y manipulación electoral.
- Desarrollo de un conflicto bélico, la Guerra de Cuba, que provocó una crisis nacional (desastre del 1898).
Cánovas del Castillo y el Turno de Partidos
Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) fue un político clave, creador del sistema de la Restauración. Diseñó la estrategia para la vuelta de los Borbones y la creación de un nuevo sistema político. Sus ideas principales eran:
- Defensa del liberalismo doctrinario: Según Cánovas, la Monarquía y las Cortes debían consolidarse como forma de Estado, situadas por encima de las leyes y la Constitución. La Monarquía debía recuperar el prestigio perdido con Isabel II, y junto con las Cortes, compartirían el poder legislativo y la soberanía.
- Partidario de una Constitución ecléctica, aceptada por los partidos burgueses, que se turnarían el gobierno pacíficamente, siguiendo el modelo de bipartidismo británico.
- Contrario a la intervención del Ejército en la vida política.
- Ideología conservadora en el plano social. Sus objetivos eran asegurar el orden social y el progreso económico.
- Su actuación política se caracterizó por el pragmatismo y el realismo, siendo partidario de pactar con otras fuerzas políticas siempre que aceptaran el modelo liberal.
El funcionamiento del régimen se basaba en la existencia de partidos de talante liberal que aceptaran el modelo político establecido en la Constitución de 1876. Lo ideal era que hubiera dos partidos que se turnaran el poder, cediéndolo cuando perdieran la confianza parlamentaria y respetando la obra política de los antecesores. Estos partidos eran el Partido Liberal Conservador (dirigido por Cánovas y heredero de los moderados) y el Partido Liberal Fusionista (dirigido por Sagasta y heredero de los progresistas). El turnismo fue un artificio que se basaba en la manipulación electoral, impidiendo que otras fuerzas políticas pudieran acceder al poder. El Gobierno dimitía y el Rey nombraba como nuevo jefe de Gobierno al líder del partido que en ese momento estuviera en la oposición, procediéndose a la disolución de las Cortes y convocando nuevas elecciones. Las elecciones se manipulaban para que el nuevo Gobierno tuviera mayoría parlamentaria. El partido gobernador pactaba y negociaba con los líderes del partido de la oposición los resultados electorales (encasillado). El gobernante se garantizaba la mayoría parlamentaria, pero siempre se reservaba un número suficiente de diputados al partido de oposición. Para obtenerlo, se recurría a los caciques, individuos poderosos e influyentes en la zona, cuya función era controlar las elecciones para garantizar los resultados fijados. Sus procedimientos eran diversos, como la violencia, las amenazas, la compra de votos, etc.
La Constitución de 1876
Inspirada en el pensamiento político de Cánovas del Castillo. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Las elecciones fueron manipuladas para que los canovistas tuvieran una amplia mayoría. La Constitución pretendía ser una síntesis de los textos constitucionales de 1845 y 1869, y su finalidad era establecer un marco constitucional que permitiera el gobierno a los partidos que aceptaran el sistema liberal y la Monarquía. Fue aprobada el 30 de junio de 1876 y estuvo vigente durante 47 años. Se compone de 89 artículos. Se caracterizó por:
- Soberanía compartida: las leyes recaen en las Cortes y el Rey.
- Cortes bicamerales:
- Congreso de los Diputados: cámara electiva, primero por sufragio censitario y, desde 1890, por sufragio universal masculino.
- Senado: se compone de tres clases: senadores por derecho propio, senadores por designación real (vitalicio) y senadores por elección con sufragio reservado.
- Principio de división de poderes:
- Poder legislativo: corresponde a las Cortes y al Rey.
- Poder ejecutivo: lo ejerce el Rey a través de los ministros, quienes son responsables ante las Cortes. El Rey elige libremente al jefe de Gobierno, que no es responsable ante las Cortes.
- Poder judicial: independiente, con unidad de códigos, suprimiendo los fueros vascos y navarros.
- Centralización administrativa.
- Amplia declaración de derechos, aunque se utilizan leyes ordinarias para concretar su contenido. Esas leyes tendieron a restringir el ejercicio de los derechos y libertades.
- La cuestión más polémica fue la religiosa. Se reconoció la confesionalidad del Estado (religión católica como oficial).
Nacionalismos y Regionalismos durante la Restauración
La Restauración Borbónica hace referencia a un periodo histórico y a un régimen político que comprende el reinado de Alfonso XII y la regencia de su esposa María Cristina, donde se da el regreso de los Borbones al trono español, dando lugar a revoluciones en forma de nacionalismos o regionalismos.
Nacionalismo Catalán
Corriente ideológica que defiende que las naciones con lengua, cultura, historia y costumbres propias se constituyan como Estados independientes y soberanos. El nacionalismo es una manifestación ideológica de clases medias.
En el siglo XIX, se reavivaron los sentimientos de independencia. Cataluña era una región urbana e industrial, mientras que el resto del país era agrícola y rural. Los momentos más importantes fueron:
- Desarrollo de la Renaixença: Movimiento intelectual de carácter burgués que tenía como objetivos la difusión de la historia catalana y la recuperación de la identidad catalana, en concreto la lengua.
- Fundación del Centre Catalá (1882): Fundado por Valentí Almirall, padre del catalanismo, y reclamaban la autonomía dentro del Estado.
- Actividad de Prat de la Riba: Redactó el programa del nacionalismo catalán hasta la Segunda República, llamado Bases de Manresa, con la petición de autonomía catalana, el reconocimiento del catalán como lengua oficial y la recuperación de las Cortes catalanas.
- Creación de la Lliga Regionalista (1901): Partido burgués, católico y conservador, que tenía como objetivos la autonomía política y la defensa de los intereses económicos de Cataluña. Su éxito fue la creación de la Mancomunidad Catalana, es decir, la agrupación de las cuatro diputaciones provinciales catalanas (se consideraba el paso previo a lograr la autonomía).
Nacionalismo Vasco
Su desarrollo fue tardío porque carecía de tradición literaria y el euskera tenía un uso rural.
La figura importante fue Sabino Arana que, en 1895, fundó el Partido Nacionalista Vasco. Sus ideas fueron:
- Creación de un Estado vasco independiente, formado por el País Vasco español y francés y Navarra.
- Antiespañolismo porque España habría esclavizado la patria vasca.
- Exaltación de la etnia vasca, los vascos serían un grupo racial diferenciado.
- Integrismo religioso católico, rechazando otras religiones.
- Difusión del idioma y tradiciones culturales vascas.
- Defensa del mundo rural vasco.
- Denuncia del carácter españolista del carlismo, los fueros eran una concesión de la Corona española.
Las bases del nacionalismo fueron Vizcaya y Guipúzcoa. Fue apoyado por las clases medias. Tras la incorporación de la burguesía, adquirió rasgos como la tensión interna entre los militantes de base y la dirección del partido.
Regionalismos
El regionalismo gallego tuvo importancia como componente cultural, sus teóricos fueron Alfredo Brañas y Manuel Martínez. El regionalismo andaluz tuvo su punto de partida en el movimiento cantonal de 1873, su promotor fue Blas Infante. El regionalismo valenciano se caracterizó por el rechazo al centralismo del Estado.
El Movimiento Obrero y Campesino
En 1840 se fundó la Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón, cuyo objetivo era defender los salarios. La primera movilización importante fue la huelga general de Barcelona en 1855 como protesta en la industria textil. Hasta 1868, los obreros apoyaron a demócratas y republicanos, después se organizaron en sindicatos anarquistas y en el Partido Socialista Obrero Español.
Se asimilará el marxismo y anarquismo. La Constitución de 1869 reconocía el derecho de asociación, lo que permitió el surgimiento de numerosas organizaciones obreras. En 1870, Fanelli llegó a España para organizar la sección española de la Primera Internacional. Después, Lafarge agrupó las asociaciones marxistas.
Anarquismo
Presenta los siguientes rasgos:
- Defensa de la libertad individual. Rechaza cualquier tipo de autoridad y defiende la abolición del Estado.
- Supresión de la propiedad privada, se defiende el colectivismo, organizándose a través de comunas.
- Apoliticismo. Rechaza la participación en la vida política debido a que es corrupta, aceptan la vía sindical.
- Anticlericalismo, la religión e Iglesia son obstáculos para la libertad del hombre.
- Defensa de la revolución y de la huelga para acabar con el Estado burgués opresor.
En 1881, el gobierno de Sagasta declaró legales todas las asociaciones obreras, permitiendo el surgimiento de la Federación de Trabajadores de la Región Española, principalmente en Cataluña y Andalucía. En dicho contexto, se produjo el asunto de la Mano Negra, sociedad secreta acusada de delito de Estado, y como consecuencia identificados como el anarquismo andaluz. Más tarde, cobraron importancia las organizaciones anarquistas que practicaban la propaganda de hecho (atentados, asesinatos…). Fueron frecuentes, entre ellos, el asesinato de Cánovas (1897) y la bomba en el Liceo. En 1907 se formó Solidaridad Obrera al agruparse una serie de organizaciones anarquistas catalanas, con repercusión en la Semana Trágica. La celebración de un Congreso anarquista en Barcelona en 1910 fue importante ya que se tomó la decisión de constituir la Confederación Nacional de Trabajo, que estableció las bases del sindicalismo revolucionario, cuyos instrumentos eran la huelga general revolucionaria, la acción directa y prácticas de radicales antiparlamentaristas. Ese mismo año, la fundación se declaró ilegal. A partir de ese momento, llegó a los 750.000 afiliados en 1919.
Socialismo
La corriente marxista del movimiento obrero fue minoritaria. Un grupo de tipógrafos fundó el PSOE en 1879. Su líder fue Pablo Iglesias y Jaime Vera, uno de los principales teóricos. Se caracterizan por:
- Abolición de las clases sociales y emancipación de los trabajadores.
- Transformación de la propiedad privada en propiedad colectiva.
- Conquista del poder político por parte de la clase trabajadora.
Junto a estos principios, se reúnen algunas reivindicaciones:
- Libertades políticas.
- Legalización de las huelgas.
- Reducción de la jornada laboral.
- Leyes protectoras de la vida y salud de los trabajadores.
- Prohibición del trabajo a niños menores de 9 años.
Su objetivo esencial era la revolución, la toma del poder político por el proletariado y el establecimiento de una sociedad sin clases. Era necesario atravesar una fase de organización y propaganda, donde la lucha debía ser pacífica, participando en la vida política y los procesos electorales con la finalidad de difundir el mensaje marxista entre las clases trabajadoras.
En 1888 se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), que planteaba reivindicaciones de carácter laboral y la defensa de la clase trabajadora. El PSOE y la UGT fueron liderados por Pablo Iglesias.
Desde 1890, el PSOE presentó candidatos a las elecciones y obtuvieron éxitos en algunas ciudades. Su denuncia de la Guerra de Cuba y la falta de responsabilidad en el desastre del 98 fueron factores decisivos para difundir el mensaje socialista e incrementar la afiliación. En 1919, la UGT tenía 240.000 afiliados.
Después, en 1909, se formó una coalición con los republicanos. La razón fue la dura represión de Maura tras la Semana Trágica. Fruto de la coalición fue la elección de Pablo Iglesias como diputado por Madrid en 1910. El PSOE extendió su fuerza, las clases medias se vieron atraídas por la postura anticolonialista y pacifista. Un hecho importante fue la división interna provocada por el triunfo de la Revolución rusa. El gobierno comunista decidió formar la Tercera Internacional (1919) e invitó a sumarse a los partidos socialistas. Un sector minoritario, los terceristas, fundaron el Partido Comunista de España en 1921.
El Problema de Cuba, la Guerra contra EE. UU. y la Crisis del 1898
La Restauración Borbónica trae consigo guerras y problemas, desencadenando la crisis del 1898 y una serie de consecuencias que excluirán a España como potencia mundial.
Tras la pérdida de la América continental, los restos del Imperio colonial eran Cuba, Puerto Rico, Filipinas y un conjunto de islas dispersas por el Pacífico. La situación de Cuba y Puerto Rico presentaba unas características similares: su actividad económica se basaba en la agricultura de exportación (caña de azúcar y tabaco); aportaban a España importantes beneficios económicos; constituían un mercado cerrado, porque España las obligaba a comprar los productos hispanos, y controlaba sus exportaciones; España aseguraba con sus tropas y su administración, la explotación esclavista en beneficio de una reducida oligarquía.
En Filipinas, la población española era escasa. La soberanía española se mantenía gracias a la presencia militar y la labor de las órdenes religiosas. La pérdida de los restos del Imperio colonial provocó el desastre del 98. Supuso una ruptura parcial con el pasado y abrió una nueva etapa en la historia española contemporánea.
El Conflicto de Cuba y la Guerra contra Estados Unidos
Durante el reinado de Alfonso XII estalló la Guerra de Cuba, que, en teoría, concluyó con la concesión de un régimen de mayor autonomía política para contentar a la burguesía cubana y a Estados Unidos, principal apoyo de los rebeldes cubanos. La firma de la Paz de Zanjón puso fin a la guerra. Se incluía una amplia amnistía, la libertad de los esclavos de origen asiático, etc.
Tuvieron como líderes a José Martí y Antonio Maceo. En 1895, se inició la guerra con el Grito de Baire, siendo enviado el general Martínez Campos para dominar la insurrección, pero volvió a España negándose a aplicar medidas contra la población. Cánovas envió al general Weyler, que cambió la situación, utilizó una nueva estrategia para luchar contra las guerrillas: dividió el territorio en líneas fortificadas que impedían el paso de los revolucionarios y concentró a la población en compartimentos para impedir que ayudaran a los guerrilleros. Después, EE. UU. decidió participar, y eran partidarios de la independencia cubana porque suponía el abandono por los europeos de la última colonia en la zona, además de sus intereses económicos. McKinley fue elegido presidente, y gracias al apoyo de la opinión pública, pudo intervenir, con la explosión del Maine, un acorazado norteamericano anclado en el puerto de La Habana que fue hundido y que atribuyeron la responsabilidad a España. EE. UU. propuso la compra de la isla por 300 millones de dólares y, ante la negativa española, lanzó un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía sobre la isla.
En Filipinas la situación era también crítica, el ejército español había conseguido dominar la situación, pero EE. UU. volvió a intervenir, la flota se dirigió a las Filipinas, y la guerra acabó pronto. En Filipinas, la escuadra norteamericana derrotó a la española en la batalla de Cavite y más tarde ocuparon Manila.
En Cuba, la flota del almirante Cervera fue derrotada el 3 de julio y después se rendía la ciudad. A finales de julio, las tropas norteamericanas desembarcaban en Puerto Rico.
Ante la situación, España pidió un armisticio y renunció a la soberanía de sus colonias. A finales de 1898, se firmó el Tratado de Paz de París con EE. UU. que establecía:
- Renuncia de España a su soberanía sobre Cuba.
- Cesión de Filipinas, Puerto Rico y Guam a EE. UU. a cambio de 20 millones de dólares.
En 1899, el gobierno español firmó el Tratado Hispano-alemán, que suponía la cesión de las islas Marianas (salvo Guam), las Carolinas y las Palaos, a cambio de 15 millones de dólares.
La Crisis del 98 y sus Consecuencias
El desastre del 98, se conoce como la pérdida de las últimas colonias, o crisis de 1898, que tuvo consecuencias:
- Demográficas: Las guerras provocaron unos 120.000 muertos, la mitad soldados españoles.
- Sociales: Mayormente, los fallecidos o heridos procedían de clases bajas que no podían pagar el dinero para excluirse de las quintas.
- Económicas: Las repercusiones económicas fueron a largo plazo, salvo la fuerte subida del precio de los alimentos en 1898. En un futuro, la derrota supuso la pérdida de los ingresos procedentes de las colonias y de los mercados privilegiados que suponían, además de las mercancías.
- Políticas: Provocó el desgaste de los partidos del turno, perdiendo autoridad, apareciendo nuevos líderes como Silvela y Maura en el Partido Conservador y Canalejas y Moret en el Partido Liberal.
- Militares: Supuso un desprestigio en el ejército español, debido a su pésima preparación para lo ocurrido.
- Psicológicas: Se vivió la derrota como un trauma nacional, extendiéndose como sentimiento de inferioridad.
- Internacionales: España dejó de ser potencia mundial, convirtiéndose en potencia de segundo orden.
- Intelectuales: Provocó el surgimiento de diversas corrientes críticas:
- Actitud crítica de intelectuales, en torno al modernismo y la “Generación del 98”, que reflexionan sobre España, como fueron Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu.
- Crítica realizada por los nacionalistas, como los catalanes, los más afectados de la crisis.
- Movimiento obrero que denunció la marginación del pueblo en la vida pública.
- Regeneracionismo, que proponía una solución, entre ellos, Macías Picabea, Lucas Mallada y Joaquín Costa, autor de Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno español. Indicaban que los males de España eran el aislamiento del cuerpo electoral, la corrupción y el atraso económico y social con respecto a otros países. Defendían la reorganización de la vida política, la limpieza del sistema electoral, la reforma educativa, la ayuda social, las obras públicas, etc. Algunos políticos como Maura, Canalejas o Silvela adoptaron algunas ideas.