Características del Modernismo: Sociedad, Tecnología y Arte en la Era Moderna

El Modernismo: Una Revolución Artística

El término Modernismo fue acuñado por la crítica literaria en la década de 1960 para referirse a la revolución artística de alcance internacional que se desarrolló en Europa y América aproximadamente desde finales del siglo XIX (1870-1880) hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Este movimiento se caracteriza por dos rasgos fundamentales:

  • El cuestionamiento de la representación de la realidad (la mímesis).
  • El carácter experimental del arte.

Estos rasgos se manifiestan en todas las prácticas modernistas, incluyendo la pintura, la escultura, la arquitectura y, por supuesto, la literatura.

Cuestionamiento de la Representación Realista

El arte modernista cuestiona la representación del mundo que predominaba en el Realismo. Algunos ejemplos de este cuestionamiento son:

  • La ruptura de la cuarta pared en el teatro, donde los actores interactúan con el público o viceversa.
  • El uso del verso libre, que rompe con las estructuras métricas tradicionales.

Estos ejemplos demuestran cómo el arte modernista busca nuevas formas de representar la realidad, alejándose de la mímesis realista.

El Carácter Experimental del Arte Modernista

El arte modernista se centra en la experimentación con la forma y el significante, explorando los materiales con los que está hecho: palabras, sonidos, sintaxis, colores, líneas, etc. Busca generar nuevos sentidos a través de la experimentación formal.

Este enfoque experimental ha llevado a que el arte modernista sea a veces tildado de “deshumanizado”. De hecho, Ortega y Gasset abordó esta cuestión en su obra “La deshumanización del arte”. El objetivo era representar un mundo radicalmente diferente al anterior.

Tiempos Modernos: Aspectos Sociológicos y Políticos

Capitalismo y Tecnología en la Segunda Revolución Industrial

El Modernismo coincide con la Segunda Revolución Industrial, que se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX. Esta época se caracteriza por avances tecnológicos como:

  • El ferrocarril.
  • El barco de vapor.
  • La luz eléctrica.
  • El telégrafo.
  • La cámara portátil.
  • El cine.
  • El automóvil.
  • El aeroplano.

Estos avances trajeron consigo un aumento de la producción, el trabajo en cadena y, en muchos casos, duras condiciones laborales. Además, la necesidad de nuevos mercados impulsó la expansión colonial en África y Asia.

El Éxodo Rural y sus Consecuencias

Uno de los cambios sociales más importantes de esta época fue el éxodo rural. La gente abandonaba el campo para trabajar en las fábricas de las ciudades, lo que provocó un crecimiento urbano acelerado y, en muchos casos, desordenado. El campo, por otro lado, a menudo quedaba abandonado.

Esta situación generó dos respuestas artísticas contrapuestas:

  • Admiración por el progreso y la modernidad.
  • Rechazo a la destrucción del mundo tradicional y una vuelta a lo espiritual y religioso.

Un ejemplo de la fascinación por el progreso es el Manifiesto Futurista, publicado por Filippo Tommaso Marinetti en un periódico francés en 1909.

El Arte de la Gran Ciudad: Auge de las Metrópolis

Londres, París y Nueva York se convirtieron en los principales exponentes de la vida moderna. La ciudad representaba lo dinámico, lo transitorio y lo cambiante. La llegada de una nueva población provocó un crecimiento urbano desordenado.

Charles Baudelaire, en su libro “Las flores del mal”, refleja la fascinación por la vida moderna de París, aunque también lamenta la pérdida del París tradicional.

La fugacidad de la vida urbana se convierte en la idea de la masa y la multitud. Las ciudades se transforman arquitectónicamente, con la construcción de grandes edificios y avenidas, convirtiéndose en una manifestación de los avances tecnológicos.

Nueva York, con sus rascacielos, se erige como el emblema de la ciudad moderna por antonomasia, la imagen del mundo moderno.