Estructura, Temas y Personajes en ‘La Casa de Bernarda Alba’ de Federico García Lorca

Estructura de *La Casa de Bernarda Alba***

Estructura Externa

*La Casa de Bernarda Alba* es una obra teatral escrita en prosa. Se divide en tres actos, que a su vez se subdividen en escenas. Esta estructura contribuye a una sensación de dinamismo, donde los acontecimientos se suceden de forma lineal y vertiginosa. La obra está concebida para ser representada, por lo que incluye tanto el texto dialogado como las indicaciones para la puesta en escena (acotaciones). A excepción de algunos pasajes, como las intervenciones de María Josefa o las canciones de los segadores, la obra está escrita en prosa. Presenta los elementos típicos del teatro, como las acotaciones y la estructura dialogada, con los nombres de los personajes precediendo a sus intervenciones.

Estructura Interna

En su estructura interna, se observa una clara unidad dramática de lugar, lo que genera una atmósfera de asfixia y opresión. También se mantiene la unidad de acción, ya que todos los sucesos giran en torno al mismo conflicto central. Sin embargo, no hay unidad de tiempo, porque la obra abarca acontecimientos que se extienden por un período indeterminado, superior a 24 horas. Se aprecia una estructura circular en el contenido: la obra comienza con una muerte (la del marido de Bernarda) y la imposición de luto y silencio, y concluye con otra muerte (la de Adela) y la reiteración del silencio. Además, existe una correspondencia entre actos, tiempo y espacio.

  • Acto I (Presentación): La acción dramática se centra en Bernarda, la aparición de Pepe y su intención de casarse con Angustias. El espacio es una habitación blanquísima, a primera hora de la mañana.
  • Acto II (Nudo): Después de un tiempo no definido, se borda el ajuar de Angustias, Martirio se enamora y Adela tiene relaciones con Pepe. La acción transcurre en una habitación blanca, a primera hora de la tarde.
  • Acto III (Desenlace): También después de un tiempo no definido, la acción se sitúa en un patio con paredes muy blancas, durante la noche del último día.

Cada acto presenta un movimiento interno que va de la calma al conflicto y, finalmente, a la violencia. En el Acto I, la calma inicial se refleja en el silencio, el sonido de las campanas y la conversación de las criadas. De ahí, se pasa a los conflictos: la imposición del luto, los intentos de rebeldía de Adela, la violencia de Bernarda con Angustias, la herencia y la aparición de Pepe. El acto concluye con la lucha de María Josefa, que es arrastrada a su habitación. En el Acto II, la calma se manifiesta en las mujeres cosiendo y conversando. Los conflictos surgen con el enfrentamiento entre Adela y Poncia, el episodio del retrato, las insinuaciones de Poncia y el enfrentamiento entre Adela y Martirio. La violencia culmina con el linchamiento. El Acto III comienza con la calma de las mujeres cenando y la visita de Prudencia. Los conflictos se desarrollan en los encuentros de Bernarda con Poncia, de Martirio con María Josefa y de Adela con Martirio. El acto concluye con la violencia del disparo de escopeta y el suicidio de Adela.

Otras coincidencias refuerzan la circularidad, como el inicio y el final con el repicar de las campanas, o que la primera y la última palabra de Bernarda sea “¡Silencio!”. Cada acto comienza con el adverbio de tiempo “ya”. Finalmente, la obra presenta un juego de alternancias y contraposiciones entre la realidad visible y la imaginada: personajes invisibles y aludidos (como Pepe o los segadores) frente a los visibles; la acción oculta y la representada; el espacio visible (el interior de la casa) y el aludido (el exterior); el tiempo representado y el no representado. Todo ello simboliza el enfrentamiento entre realidad y deseo en las mujeres, la lucha entre libertad y opresión, entre el amor decente y el libidinoso, entre lo blanco y lo negro.

Los avisos, indicios o presagios son muy característicos en García Lorca. Su función es crear tensión emotiva, un clima que prepara al espectador para la tragedia final. Un ejemplo son las palabras de María Josefa en el Acto III, que vaticinan la destrucción total: *”Pepe el Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar, porque vosotras sois granos de trigo.”*

Temas Principales en *La Casa de Bernarda Alba***

Autoridad vs. Libertad

El tema principal de la obra es el enfrentamiento entre la autoridad y la libertad. Bernarda representa una moral autoritaria, rígida y convencional, mientras que Adela y María Josefa encarnan el deseo de libertad y un modelo de conducta abierto y progresista. Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda impone a sus cinco hijas un luto riguroso de ocho años, con normas opresivas basadas en la autoridad que le confiere su posición de cabeza de familia. Adela y María Josefa se rebelan contra esta imposición, mientras que Angustias, Magdalena, Amelia y Martirio se resignan. Las criadas, Poncia y Criada, temen a Bernarda y no se atreven a enfrentarse a ella, limitándose a murmurar a sus espaldas. El autoritarismo de Bernarda se manifiesta desde su primera intervención hasta sus últimas palabras, mostrando la constancia de su carácter. Frente a la tímida rebeldía de Magdalena, Adela expresa su deseo de libertad a través del amor, usando un abanico de flores rojas y verdes en lugar del negro del luto, probándose un vestido verde y enfrentándose a su madre al entregarse a Pepe el Romano y romper el bastón de Bernarda, símbolo de su poder. El suicidio de Adela somete a las demás hermanas a la total dominación de Bernarda. María Josefa también se rebela a través de la locura, pero su sueño de libertad es igualmente estéril.

El Anhelo de Amor y la Búsqueda del Varón

Otro tema central es el amor sensual y la búsqueda del varón. *La Casa de Bernarda Alba* es un drama de mujeres sin amor, con el temor ancestral a la soltería. Los ocho años de luto impuestos por Bernarda impiden cualquier relación amorosa, pero la irrupción de Pepe el Romano desencadena una tormenta de pasiones entre las mujeres solteras, que ven en el varón una vía de liberación y felicidad. La presencia del hombre como búsqueda de libertad y como objeto de deseo se manifiesta a través de historias amorosas de otros personajes (Poncia y el marido de Bernarda, Paca la Roseta, Adelaida, el pretendiente de Martirio, Enrique Humanes, Evaristo el Colorín, el canto de los segadores y la prostituta) y a través de las vivencias de los personajes (la pasión de Adela, el caballo semental como símbolo de pasión erótica, la envidia de Martirio hacia Angustias, que se va a casar con Pepe).

La Hipocresía y la Obsesión por la Honra

La preocupación por el qué dirán y por mantener la honra es un tema clásico en la literatura española desde el siglo XVI, que se vincula con la hipocresía dentro de la obra. Se trata de una hipocresía que oculta la realidad, ya que nada de lo ocurrido en la casa puede salir de sus muros. Bernarda está obsesionada con la limpieza (habitaciones blanquísimas), con ocultar la locura de su madre y con imponer la idea de que Adela ha muerto virgen. La honra, que es la percepción que los demás tienen de uno mismo, exige un comportamiento público intachable, basado en el cristianismo tradicional: prohibición de relaciones sexuales prematrimoniales, respeto a la autoridad materna y pasividad de la mujer ante el hombre. La honra no solo afecta al pecador, sino a toda la familia.

Las Diferencias Sociales

Las diferencias sociales y el orgullo de pertenecer a una casta superior son temas patentes en la obra. Se aprecian claras tensiones sociales, con una jerarquía definida por la riqueza de Bernarda, seguida por Poncia, Criada y, finalmente, la mendiga. En esta jerarquía, domina la crueldad del superior sobre el inferior y la sumisión del inferior ante el superior. La desigualdad afecta incluso a las hermanas, ya que Angustias, la mayor, es la heredera del primer marido de Bernarda y, por tanto, la más rica. Esto lleva a que Pepe el Romano la elija como esposa, a pesar de ser mayor y de sentirse atraído por Adela.

El Odio, la Envidia y la Marginación de la Mujer

El odio y la envidia entre las mujeres son temas recurrentes, así como la marginación de la mujer en la sociedad de la época. Tanto desde el interior de la casa como desde el exterior, se condena a las mujeres de moral relajada (Paca la Roseta y la hija de la Librada) y se obliga a la mujer a someterse a normas sociales que la discriminan en beneficio del hombre, siempre que mantengan una apariencia de honradez y decencia.

Los Personajes de *La Casa de Bernarda Alba***

En la obra hay personajes visibles, invisibles y aludidos. Los visibles pueden ser protagonistas o secundarios. Entre los visibles protagonistas se encuentran Bernarda, Poncia, Magdalena, Amelia, Martirio, Adela y Angustias. Los visibles secundarios son Criada, la mendiga, Prudencia, Muchacha y las mujeres del pueblo. Los personajes invisibles son Pepe el Romano, la hija de la Librada y los segadores (como personaje colectivo). Los personajes aludidos son Antonio María Benavides, Enrique Humanes, Paca la Roseta, Adelaida, la mujer de las lentejuelas, el notario don Arturo y el hombre de los encajes.

El nombre de los personajes es significativo, ya que representa su carácter. Los protagonistas se dividen en dos grupos según su nombre:

  • Nombres propios y simbólicos: Bernarda Alba (fuerza de oso y blanca), Angustias (triste, apagada), Magdalena (con tendencia al llanto), Amelia (posiblemente derivado de ‘miel’, dulce), Martirio (fea, enferma, acomplejada), Adela (de carácter noble), Poncia (que se lava las manos, como Poncio Pilatos), Prudencia (vieja y prudente).
  • Nombres descriptivos, según su oficio o función, y genéricos, que indican una clase social: mendiga, muchacha, Criada.

El autor proporciona información sobre los personajes a través de la caracterización indirecta (lo que otros personajes dicen de un tercero), la autodefinición (Martirio se describe como débil y fea, Adela presume de juventud y belleza), la acción, el diálogo, los movimientos escénicos y los objetos que poseen (el bastón de Bernarda, el vestido de Adela).

Caracterización de los Personajes Principales

  • Bernarda: Autoritario, dominadora, cruel. Solo le preocupan los bienes materiales y la honra, las apariencias.
  • Criada: Rencorosa hacia el amo, obedece a Poncia, pero es cruel con la mendiga. El difunto, Antonio Benavides, se aprovechaba de ella.
  • Poncia: Es la confidente de Bernarda, sus ojos y sus oídos. Intenta evitar la tragedia, pero recibe el desprecio de Bernarda por su inferioridad social, por lo que se lava las manos de lo que pueda suceder.
  • Adela: Simboliza el ansia de libertad, junto a María Josefa, a través del amor. Veinte años, hermosa, decidida. Como todas, se ve envuelta en odios, rencores, celos y envidias.
  • Martirio: Veinticuatro años. Personaje frustrado y atormentado por su naturaleza enfermiza y su fealdad. Siente celos de Adela y envidia de Angustias. Roba el retrato de Pepe el Romano. Desencadena la tragedia final con su mentira.
  • Amelia: Unida a Martirio. No se mete con nadie ni es mala. Es conciliadora, pero sin iniciativa propia por miedo a lo desconocido.
  • Magdalena: Acepta su condición de mujer. Odia a Angustias.
  • Angustias: La mayor. Vieja y enferma, pero dueña de casi todo el dinero. Es odiada por todas.
  • Prudencia: Contrasta con la actitud de Bernarda. Tiene una hija que ejerció su libertad.
  • Pepe el Romano: Omnipresente en la obra a pesar de ser invisible. Pretende a Angustias por su dinero, pero es apasionado con Adela. Martirio lo ama. Joven, atractivo y viril, pero lo mueve el dinero y es egoísta y práctico.

Relaciones entre los Personajes

La relación entre Bernarda y las criadas (Criada y Poncia) está marcada por el odio y el resentimiento de clase. Las criadas murmuran contra Bernarda y desean su mal, pero la temen y no se enfrentan directamente a ella. Cada personaje tiende a humillar al que se sitúa en un estrato inferior. Las relaciones entre la madre y las hijas están marcadas por el autoritarismo y la rigidez de una educación que las condena a obedecer sin cuestionar las órdenes maternas, una educación basada en el miedo y en la negación de la libertad. La rebeldía de Adela es fruto de esa opresión. Las relaciones entre las hermanas están presididas por el odio y la envidia. Todas odian y envidian a Angustias por su dinero y su boda con Pepe el Romano; Angustias odia a sus hermanas por sus recelos, y Martirio envidia a Adela por su juventud, belleza y su relación con Pepe. Magdalena y Adela sienten afecto mutuo, al igual que Amelia y Martirio. El drama de estas mujeres es la falta de amor y el temor a la soltería. La relación de Bernarda con sus vecinas es de miedo y temor, con un odio mutuo.

El Espacio y el Tiempo en *La Casa de Bernarda Alba***

El Espacio

La información sobre el espacio se obtiene a través de las acotaciones, que informan sobre la ambientación, el color y la luz. Se distinguen dos ámbitos espaciales: el interior de la casa, que representa la opresión, y el exterior, que simboliza la libertad y la vida. El espacio interior es angustioso, similar a un convento, una prisión o el infierno, donde falta el aire y el agua (símbolo de vida y erotismo), en contraste con el pozo, que representa la frustración y el fracaso. Hay un movimiento interno del espacio en la casa: en cada acto es más interior (Acto I: habitación interior; Acto II: más al interior; Acto III: patio interior). Esto implica un alejamiento progresivo del exterior a medida que aumentan las tensiones y los conflictos psicológicos. Algunos elementos significan contactos con el exterior, aunque con personajes aludidos: la ventana por la que hablan Angustias y Pepe, el corral donde se producen los contactos eróticos entre Pepe y Adela y donde duerme el caballo semental, y los colores (blanco/negro; negro/verde). Frente a la casa está el mundo exterior, aludido y no representado, donde se desatan las pasiones eróticas (Paca la Roseta, los segadores, la hija de la Librada). Se produce un contraste entre el espacio visible (la casa), un mundo cerrado, sin libertad, sin amor, triste, frustrado, solo de mujeres, que representa la realidad para ellas; y el espacio aludido, un mundo abierto, libre, lleno de impulsos eróticos, alegre, vital, independiente, feliz, el mundo de los hombres, que representa el deseo.

El Tiempo

En cuanto al tiempo, existe un tiempo externo que se refiere a la época en la que se desarrolla la acción: el primer tercio del siglo XX, una España negra con estructuras sociales basadas en la autoridad y las creencias tradicionales. La acción transcurre en verano, en medio de un calor sofocante, símbolo del ambiente dentro de la casa. También hay un tiempo interno. La acción se desarrolla en tres días indeterminados. Entre cada acto pasa un tiempo indeterminado, pero en conjunto parece un solo día, desde el amanecer hasta la noche. El tiempo interno es lento, monótono, reflejando la monotonía de la vida de las mujeres. Hay una relación entre la acción dramática (tres actos: presentación, nudo y desenlace), el espacio (tres cuadros: habitación interior y patio interior) y el tiempo (habitación blanquísima-mañana, habitación blanca-tarde, patio interior-noche). El paso del tiempo se deduce de las informaciones que aportan los personajes.

Recursos Literarios en *La Casa de Bernarda Alba***

Indicaciones de las Acotaciones

Las acotaciones informan sobre la puesta en escena y la intención comunicativa de los personajes. En la obra, las acotaciones proporcionan información espacial y ambiental, sobre el vestuario (el bastón de Bernarda, los abanicos de flores…), sobre el tiempo y aclaran gestos de los personajes (furiosa, con tristeza).

Empleo del Diálogo, los Apartes y el Monólogo

En las obras dramáticas se distingue entre texto dramático primario (lo que escuchan los espectadores) y texto dramático secundario (las acotaciones). Dentro del primario se encuentran el diálogo, los apartes y el monólogo. En *La Casa de Bernarda Alba*, los diálogos pueden ser de exposición y respuesta breve en discusiones y enfrentamientos, o de exposición y respuesta amplia, cuando un personaje cuenta una historia larga y otro asiente. Según el contenido, hay diálogos informativos, de acotación (cuando los personajes informan sobre la escena, el lugar o el tiempo) y de acción (cuando hay enfrentamientos y la acción avanza). Aparecen rasgos típicos del diálogo, como abundancia de pronombres personales, deícticos pronominales y adverbiales, vocativos, apelativos, sintaxis corta y elipsis. Los apartes son palabras que dice un personaje, pero que no son percibidas por los demás, aunque sí por el espectador. En la obra, los apartes son escasos y se usan para insultar a otro personaje. El monólogo es el discurso de un solo personaje que expresa su sentir u opinión. Solo se usa una vez, en la intervención de Criada al principio de la obra, donde critica a Bernarda por su riqueza y a su difunto marido por su lujuria, y luego se lamenta por la muerte del marido de Bernarda.

El Lenguaje y el Estilo

El lenguaje utilizado configura el estilo de la obra de manera significativa. Se destacan varios elementos lingüísticos que reflejan el ambiente rural y los caracteres de los personajes:

  • Rasgos coloquiales: Abundan insultos, maldiciones, vulgarismos, andalucismos, habla rural, refranes y fórmulas de tratamiento que reflejan la condición social y el carácter de cada personaje.
  • Caracterización a través del habla: El lenguaje de cada personaje está cuidadosamente elaborado para reflejar su personalidad y su posición social. Bernarda utiliza un lenguaje autoritario y seco, mientras que Adela se expresa con mayor lirismo y pasión.
  • Recursos poéticos: García Lorca emplea anáforas, metonimias, hipérboles, metáforas, comparaciones y símbolos para enriquecer el lenguaje poético de la obra.
  • Símbolos recurrentes: El agua, los colores (blanco, negro, verde), el caballo, el bastón, entre otros, son símbolos que se repiten a lo largo de la obra y que adquieren múltiples significados.
  • Concepción del autor sobre el género literario: García Lorca consideraba el teatro como un instrumento expresivo y educativo. Su teatro poético refleja sus obsesiones personales, fusionando la dimensión humana con la estética y buscando la verosimilitud a través de elementos realistas y poéticos.