El Liberalismo en España: Moderados, Progresistas y Reformas del Siglo XIX

La Década Moderada

Configuración del Régimen Moderado

En las elecciones de 1844, los moderados obtuvieron la victoria y formaron gobierno bajo el liderazgo del general Narváez. Impulsaron una política basada en los principios del liberalismo moderado, llevando a cabo una fuerte represión contra los progresistas. El régimen se asentó sobre el predominio de la burguesía terrateniente y no dudó en amañar las elecciones para asegurar su permanencia en el poder.

La Constitución de 1845

El gobierno preparó una reforma de la Constitución de 1837 que se aprobó en 1845, siguiendo las ideas del moderantismo. Los ayuntamientos y diputaciones quedaron sometidos a la administración central, se otorgó exclusividad a la religión católica, se anuló la libertad de imprenta, lo que supuso un control sobre la prensa, y en 1846 se planteó un sufragio censitario muy restringido.

El Concordato con la Santa Sede

Los moderados intentaron resolver sus diferencias con la Iglesia. En 1851 se firmó el Concordato con la Santa Sede, que establecía la suspensión de la venta de los bienes eclesiásticos desamortizados y el retorno de los no vendidos. Con esto, el Estado se comprometía al sostenimiento de la Iglesia española.

La Institucionalización del Estado Liberal

El moderantismo pretendió consolidar la estructura del nuevo Estado liberal bajo los principios del centralismo, la uniformidad y la jerarquización. Se emprendió una reforma fiscal para aumentar los ingresos de la Hacienda pública. Para poner fin a las leyes del Antiguo Régimen, se promulgó un nuevo Código Penal y se reformó el Código Civil. También se abordó una reforma de la administración pública, reorganizando los poderes de los cargos del Estado. La Ley de Administración Local de 1845 dispuso que los alcaldes de los municipios de más de 2000 habitantes y de las capitales de provincia serían nombrados por la Corona. Se estableció un sistema nacional de instrucción pública y en 1844 se creó la Guardia Civil, un cuerpo con finalidades civiles pero con estructura militar.

La Crisis del Gobierno Moderado

Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al Estado. En 1846 se alternaron en el poder tres gobiernos. El autoritarismo se agudizó con el gobierno de Bravo Murillo (1852), quien propuso una reforma constitucional basada en una dictadura tecnócrata. La propuesta fracasó y Bravo Murillo dejó el gobierno, lo que permitió a los progresistas retornar al poder en 1854.

Las Diferentes Corrientes del Liberalismo

Los partidos políticos del siglo XIX no eran como los concebimos en la actualidad. Constituían agrupaciones de personalidades alrededor de algún notable, civil o militar. Eran más bien corrientes de opinión que se unían para participar en las elecciones.

Los Moderados

Se definían como “personas de orden” y eran un grupo heterogéneo. Defendían el derecho a la propiedad como garantía del orden que querían preservar. Concebían la libertad como un bien individual, pero anteponían los principios de autoridad y orden social. Entre sus líderes destacaban Narváez y Bravo Murillo. Defendían la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona y se mostraban partidarios de limitar los derechos individuales. Representaban la opción más clerical del liberalismo.

Los Progresistas

Se consideraban defensores de la libertad y predominaban en la mediana y pequeña burguesía. Su denominador común era el espíritu de reforma. Defendían la soberanía nacional como fuente de legitimidad del poder y el predominio de las Cortes en el sistema político. Rechazaban la intervención de la Corona en la vida política. Entre sus dirigentes destacaron Mendizábal, Espartero y Prim. Eran partidarios de otorgar amplios derechos individuales y colectivos. Mantenían el principio del sufragio censitario y defendían la necesidad de una reforma agraria para poner fin a la propiedad vinculada.

El Bienio Progresista

La Legislación Económica

Las líneas de acción más importantes del gobierno progresista fueron la reanudación de la obra desamortizadora y la extensión de la red ferroviaria. La Ley Desamortizadora de Madoz (1855) afectó tanto a bienes propios como comunales. En 1837, con la eliminación de la propiedad vinculada, se pretendía conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización económica. Parte de los ingresos percibidos fueron a parar a la red de ferrocarriles, lo que atrajo capital extranjero.

Los Efectos de la Reforma Agraria

La abolición de los señoríos y derechos jurisdiccionales no significó la pérdida de los derechos sobre la tierra de los antiguos señores. Los campesinos quedaron libres de las rentas señoriales y se convirtieron en jornaleros o arrendatarios. La desvinculación de la tierra y las desamortizaciones permitieron una profunda modificación de la propiedad territorial. La esperanza de que la mayoría de los campesinos se convirtieran en propietarios no se cumplió, ya que fueron los que tenían dinero y poder quienes se quedaron con las tierras. La desamortización cumplió con muchos de sus objetivos y mejoró el rendimiento de las tierras.