Consolidación de la Democracia en España: Adolfo Suárez y la Constitución de 1978

El Segundo Gobierno de la Monarquía: Adolfo Suárez y el Camino a la Democracia

El Rey nombró como sustituto a Adolfo Suárez. Pocos creyeron en la capacidad de este hombre joven (43 años) y con escasos contactos para afrontar el enorme reto que suponía llevar a España a un régimen democrático. Esto se acentuó al anunciar la composición de su gobierno, que estaba integrado por personajes con poco prestigio político. Sin embargo, este gobierno, con el apoyo del Rey, fue capaz de desmantelar todo el aparato del régimen franquista e iniciar el camino hacia la democracia y hacia la Constitución.

La Ley para la Reforma Política de 1976

En noviembre de 1976, Suárez consiguió que las Cortes franquistas autorizaran su propio desmantelamiento al aprobar la Ley para la Reforma Política. Esta ley creaba unas Cortes bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado), que se formarían a través de unas elecciones generales libres en las que concurrirían diferentes partidos políticos. Se acababa así con la democracia orgánica basada en la representación de la nación a través de las familias, los municipios y el Sindicato Vertical. La Ley para la Reforma Política fue sometida y aprobada en referéndum por el pueblo español en diciembre de 1976.

Una vez aprobada la Ley para la Reforma Política, los partidos pudieron desenvolverse con mayor libertad e, in extremis, se llegó a legalizar al Partido Comunista. El gobierno era consciente de que sin su participación no se podría presentar ante la opinión pública nacional e internacional como auténticamente libres las elecciones.

Las Elecciones del 15 de Junio de 1977: Resultados

Las elecciones se celebraron en junio de 1977, pacíficamente y con una gran participación popular.

  • Ganó, con un 34% de los votos, la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido que había creado el propio Suárez a base de diversas facciones del centro derecha y del centro izquierda. La UCD carecía de unidad ideológica, lo que está en la base de su derrumbe, pero fue el gran artífice de la Transición.
  • El partido Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga obtuvo unos pobres resultados (8%). La derecha antidemocrática, partidaria de la continuidad del régimen anterior, fue barrida del mapa político, lo que demostraba el escasísimo apoyo que su postura concitaba en el pueblo español.
  • El Partido Comunista también obtuvo unos pobres resultados (9% de los votos).
  • El auténtico vencedor de la izquierda fue, un tanto sorprendentemente, el PSOE, liderado por Felipe González, obteniendo un 28% de los votos.

En conclusión, valorando los resultados de las elecciones, se puede decir que los españoles optaron por la moderación, rechazando las posturas extremas y premiaron la labor que estaba haciendo Suárez, dándole la confianza para que fuera él quien dirigiera el siguiente reto: darle a España una Constitución democrática.

El Segundo Gobierno de Suárez: Pactos de La Moncloa y Proceso Constituyente

Suárez se dispuso a formar gobierno frente a una coalición liderada por el PSOE de Felipe González. En este gobierno estaban presentes algunas personalidades clave, como el general Gutiérrez Mellado, que tuvo que hacer frente a un Ejército franquista; el economista Enrique Fuentes Quintana, que se enfrentó a la crisis económica; y Francisco Fernández Ordóñez, autor primero de la reforma fiscal y de la “ley del divorcio”.

Las dos labores a las que se enfrentó el gobierno fueron resolver la crisis económica y dotar a España de una Constitución:

El Consenso Económico: los Pactos de la Moncloa

Para solucionar la crisis económica, Fuentes Quintana acometió un plan de saneamiento y reforma de la economía basado en la contención de los salarios y en la reforma fiscal, con el objetivo de hacer descender la tasa de paro y la inflación, que habían crecido desde 1973.

Para conseguirlo, se apeló al consenso de la oposición y de los sindicatos en los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977).

El Consenso Político: la Constitución de 1978

El segundo y más importante ejercicio de consenso fue la elaboración y aprobación por las Cortes de una nueva Constitución que sustituyera el entramado de Leyes Fundamentales franquistas. Se nombró una comisión compuesta por representantes de todas las fuerzas políticas de la nación. El anteproyecto fue aprobado por las Cortes con tan sólo dos votos en contra y catorce abstenciones. La Constitución era homologable a las del resto de los países democráticos europeos: ponía el acento en el reconocimiento de los derechos fundamentales y las libertades públicas, consagraba la monarquía parlamentaria como fórmula política del Estado, que se declaraba aconfesional y, como novedad, establecía el Estado de las autonomías frente al tradicional Estado centralizado.

Algunos miembros de Alianza Popular se mostraron contrarios al texto constitucional, por la cuestión de las autonomías, mientras que el PNV lo criticó por no haber satisfecho sus exigencias, pero el Congreso lo votó por amplísima mayoría. El pueblo español votó a favor de la Constitución, por muy amplia mayoría, en un referéndum celebrado en diciembre de 1978. Votaron el 67 % de los ciudadanos y de los que votaron el 87 % lo hizo a favor y el 7 % en contra. En las provincias vascas se abstuvieron algo más de la mitad de los ciudadanos, como había pedido el PNV, y de los que votaron el 68 % lo hicieron a favor y el 23 % en contra. En Cataluña, la Constitución tuvo un gran apoyo en el referéndum.

El 6 de diciembre de 1978 el pueblo era llamado para que diera su apoyo a las reformas emprendidas para que aprobara la Constitución. Casi el 88% de los votantes dio su apoyo al nuevo texto constitucional. El presidente Suárez convocaba elecciones generales para marzo de 1979, finalizaba así el período constituyente y se abría paso el legislativo.