La Segunda República Española: Orígenes, Reformas y Desafíos

La Segunda República Española (1931-1936)

La Segunda República española comenzó con entusiasmo en 1931, pero se polarizó rápidamente, llevando a una guerra civil en 1936-1939. El fracaso de la Segunda República se atribuye a tres factores principales: la depresión económica mundial de 1929, el crecimiento demográfico que aumentó el desempleo y fortaleció a los sindicatos, y la creciente tensión política en Europa debido al ascenso del nazismo en Alemania.

Periodos

  • La República de Izquierdas (1931-1933)
    • Periodo constituyente y Gobierno Provisional
    • El Bienio Reformista
  • Bienio Negro. Intento de una República de Derechas (1934-1936)
  • Gobierno del Frente Popular (Enero de 1936-18 de Julio de 1939)

El Gobierno Provisional, liderado por Alcalá Zamora, convocó elecciones para redactar una nueva Constitución, donde las mujeres participaron por primera vez como candidatas y tres fueron elegidas diputadas. La Constitución de 1931 introdujo el voto femenino y abordó la autonomía regional. Garantizó derechos individuales y sociales, separación Iglesia-Estado y posibilidad de expropiaciones. Estableció un presidente elegido por diputados y un Tribunal de Garantías Constitucionales. Azaña presidió el primer gobierno constitucional, integrando a izquierdistas y socialistas, mientras Alcalá Zamora asumió la presidencia en un gesto de conciliación.

Durante el Bienio Reformador (1931-1933), liderado por Manuel Azaña, la República emprendió un extenso programa de reformas que abordaron problemas agrarios, religiosos, militares y autonómicos. Sin embargo, la manera en que se trataron estos problemas contribuyó a polarizar la sociedad española y desencadenar la Guerra Civil. Azaña fue el principal impulsor de estos cambios.

Reformas Clave

A. La reforma militar liderada por Azaña buscaba someter al ejército al poder civil y reducir su tamaño, generando resistencia y conspiraciones, como la sublevación de Sanjurjo en 1932. Tras el triunfo del Frente Popular, los militares intentaron anular las elecciones y prepararon el Alzamiento Nacional contra la República.

B. Se estableció un régimen autonómico provisional en Cataluña tras la proclamación de la República, culminando con la aprobación del Estatuto en 1932. Aunque fue suspendido durante el Bienio Negro, fue restituido con el Frente Popular. El Estatuto Vasco enfrentó dificultades y solo fue aprobado en 1936. En Galicia, el Estatuto se aprobó en 1938, pero no se aplicó debido a la guerra civil.

C. La reforma religiosa se enfrentó a la tradición católica y a tensiones con la Iglesia. Hubo choques con el Cardenal Segura y manifestaciones antirrepublicanas, resultando en la quema de conventos y la expulsión del Cardenal. La República buscaba limitar el poder de la Iglesia, generando debate sobre la libertad religiosa y las relaciones Iglesia-Estado.

El programa de reforma religiosa incluyó la libertad religiosa, la separación Iglesia-Estado, la limitación de la influencia clerical en la educación, la expulsión de comunidades religiosas extranjeras, la nacionalización de bienes religiosos y la promulgación de leyes de matrimonio civil y divorcio, así como la igualdad de todos los hijos.

La Ley de Reforma Agraria, aprobada tras el intento de golpe de Sanjurjo, expropió tierras de la aristocracia y participantes del golpe sin indemnización, declaró expropiables los latifundios y terrenos incultos, y estableció la propiedad estatal para asentar campesinos. Sin embargo, el ritmo de distribución de tierras fue lento, generando frustración entre los jornaleros y propietarios agrarios. En el Bienio Negro se impulsó una contrarreforma agraria, pero con el triunfo del Frente Popular se reactivó, provocando invasiones masivas de propiedades en varias regiones.

La Segunda República española surgió con una atmósfera de esperanza y renovación tras la caída de la monarquía. Sin embargo, esta ilusión se vio empañada por la creciente oposición de la derecha política, respaldada por la jerarquía católica, que se intensificó con el tiempo debido a conflictos sociales y tensiones ideológicas. El Bienio Reformista de izquierdas liderado por Azaña buscó implementar reformas progresistas, pero enfrentó obstáculos y resistencia, especialmente por parte de sectores conservadores y militares descontentos. Durante el Bienio de Centro-Derecha (1934-1936), se revirtieron algunas reformas y se impulsaron medidas más conservadoras, lo que generó mayor polarización y crisis política. La Revolución de Octubre de 1934 reflejó este clima de tensión y enfrentamiento, con insurrecciones en Cataluña y Asturias. Estos eventos agudizaron las divisiones políticas y sociales en el país, preparando el terreno para un conflicto más profundo.

La llegada del Frente Popular en 1936 supuso un intento de reactivar las reformas y calmar las tensiones, pero la crispación política y social seguía en aumento. La radicalización de las posturas, los conflictos laborales y la violencia callejera contribuyeron a un clima de inestabilidad y malestar generalizado. Este clima de agitación fue aprovechado por sectores militares y políticos de la derecha para llevar a cabo una sublevación militar, dando inicio a la trágica Guerra Civil española.

En conclusión, la Segunda República española estuvo marcada por la polarización, la inestabilidad política y la creciente violencia, culminando en la tragedia de la Guerra Civil.