Evolución y Diversidad Lingüística en España: Desde el Latín hasta la Actualidad

Las Lenguas de España

Salvo el vasco, cuyo origen se desconoce, todas las lenguas que se hablan en la actualidad en la Península Ibérica proceden del latín, la lengua que Roma extendió por todo su imperio. Por ello se denominan lenguas romances.

Del Latín a los Romances

Lenguas Prerromanas

Antes de la colonización convivían en la península una gran diversidad de pueblos de dos culturas diferentes: pueblos célticos de origen indoeuropeo y los pueblos ibéricos de procedencia más incierta. Había además otros pueblos como los celtíberos, las colonias fenicias y griegas y los vascones. Lo que existía no era una o varias lenguas, sino un buen número de hablas distintas.

La Romanización

Los pueblos de Hispania se van incorporando al mundo cultural latino. Adoptan la lengua, las costumbres y la vida de los romanos en un proceso llamado romanización. El latín que se generalizó en la península ibérica, como en las otras zonas de Romania, no era latín clásico, sino la variedad oral y que conocemos como latín vulgar que servía como lengua común que permitía la comunicación entre todos los pueblos del vasto imperio romano.

El Latín en la España Visigótica

La fragmentación del latín hablado se acentúa a partir del siglo V, cuando las invasiones germánicas terminan con el Imperio Romano. Finalmente, acabó siendo abandonada, no sin antes haber dejado influencia en la lengua hispano latina, pero también en la común y en la onomástica. Poco se puede decir de la evolución del latín hispano románico en los siglos V-VIII, dada la carencia de textos escritos. Este latín de la época visigótica carece de unidad.

La Situación Lingüística en la Edad Media

Los Romances Hispánicos (siglos VIII-XII)

En la península ibérica, el proceso de diferenciación de las distintas lenguas romances está condicionado por la ocupación de la mayor parte del territorio por los árabes.

En el oeste, desde Galicia hasta Cantabria se extiende el reino leonés. Desde el punto de vista lingüístico, el reino leonés carece de unidad; lo que existe es una serie de dialectos que con el tiempo irán expandiéndose de norte a sur. En el extremo oriental de León, en lo que en principio era el condado de Castilla, se formó el castellano. Esta lengua romance no fue sino un conjunto de hablas diversas muy abiertas, dado su carácter fronterizo, a las influencias vecinas, en especial de la lengua vasca.

La Expansión del Castellano (siglos XII-XV)

En el centro de la península, el castellano se impone con fuerza, propagándose en un doble movimiento. Apoyándose en su predominio militar sobre los reinos vecinos. A finales de la Edad Media, el castellano se ha impuesto ya como lengua común. Es fundamental la labor de Alfonso X, con su clara conciencia de que la lengua romance debía convertirse en el instrumento de la comunicación social en todos sus ámbitos. Las obras de este rey y de sus colaboradores suponen la consolidación de la variedad del castellano más evolucionada.

Situación Lingüística en los Siglos de Oro

La evolución en estos dos siglos está marcada por varios factores sociopolíticos: la unificación política de la Península, el centralismo político, la expansión de ambos reinos y el intenso contacto con el resto de países europeos. En cuanto a las otras lenguas españolas, se mantiene la situación de desequilibrio con respecto al castellano. El castellano, se convierte en lengua nacional. El Humanismo renacentista, en su anhelo de dignificar las lenguas romances, contribuye enormemente a su fijación y enriquecimiento. La imprenta colaboró también decisivamente en la uniformación de la lengua en todos los niveles. La colonización de América le permite salir fuera de sus fronteras naturales y expandirse por el mundo. En cuanto a los cambios en la lengua castellana, hay que señalar que esta época tiene lugar un reajuste consonántico que configura el sistema fonológico que hoy conocemos.

El Castellano en los Siglos XVIII y XIX

En el siglo XVIII concluye la labor de normativización del castellano que Nebrija había iniciado siglos antes. La RAE, fundada en 1713 por Felipe V, fija la norma gramatical de la lengua y le da estabilidad en la escritura mediante publicación de obras: el Diccionario de Autoridades y la Gramática. La preocupación de la RAE era doble: Por un lado, pretende dar solución a una serie de vacilaciones. Por otro lado, siguiendo el primero de los principios de su lema Limpia, fija y da esplendor, se propone a desterrar de la lengua los usos exagerados que había en ciertas obras.