Antecedentes y Desarrollo de la Revolución Rusa de 1905

Estructura Política de Rusia a Principios del Siglo XX

Rusia estaba gobernada por los zares, quienes, además de ser los jefes del Estado, conservaban en sus manos el poder supremo del ejército y eran la máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa. Gobernaban bajo un régimen autoritario y despótico, en el que no cabían las libertades públicas. Este régimen policiaco y represivo provocó el nacimiento de movimientos clandestinos de protesta y rebeldía. En 1898, en un congreso celebrado en la ciudad de Minsk, se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Los bolcheviques defendían que la revolución debían hacerla y protagonizarla los obreros y los campesinos, y los mencheviques afirmaban que antes de una revolución obrera y campesina se debía llevar a cabo una revolución liberal burguesa. Existían asimismo otros dos partidos que fueron protagonistas en la revolución burguesa de 1917: el Partido Socialista Revolucionario, también llamado eserita, cuyo líder era Kerenski, que defendía una sociedad colectivista de base rural, por lo que tenía un fuerte apoyo entre el campesinado; y el Partido Constitucionalista Democrático, conocido como kadete, que era partidario de una república parlamentaria liberal.

Estructura Económica de Rusia a Principios del Siglo XX

La estructura económica rusa era arcaica. Sin haber incorporado los nuevos métodos de cultivo (abonos, maquinarias), la agricultura resultaba incapaz de producir lo necesario para alimentar a la población. El sector industrial era reducido para un país tan extenso, y el capital para su explotación era extranjero, lo que ocasionaba un fuerte endeudamiento con el exterior. Se impulsó fuertemente la industrialización gracias, principalmente, al desarrollo del ferrocarril.

Estructura Social de Rusia a Principios del Siglo XX

En el gran Imperio Ruso convivían más de diez etnias distintas, se hablaban diferentes lenguas y se profesaban diversas religiones. Más de 100 millones eran campesinos que vivían en régimen de servidumbre. En 1861, el zar Alejandro II decretó la abolición de la servidumbre. Los campesinos no salieron favorecidos, puesto que debían pagar su liberación. El Estado les adelantó la deuda para la adquisición de las tierras, lo que los convirtió en deudores del Estado y residentes obligados en la comunidad campesina. La mayoría social campesina y los obreros de los complejos fabriles de Moscú y San Petersburgo formaban la clase baja. Una pequeña parte de la población, compuesta por comerciantes, industriales, profesionales liberales como médicos o abogados de las grandes capitales y campesinos con grandes propiedades, constituía la clase media. Si bien la mayoría de las tierras estaban en manos de los nobles y los clérigos, que conformaban la clase alta, que además ocupaban todos los altos cargos de la Administración del Estado.

La Revolución de 1905

Se produjo una primera oleada revolucionaria que recorrió toda Rusia, motivada por la escasez de alimentos, la falta de trabajo y el descontento por la derrota frente a Japón. Los obreros de las principales fábricas del país y el campesinado se manifestaron continuamente. El 9 de enero, conocido como Domingo Sangriento, se organizó una manifestación pacífica de obreros, campesinos, mujeres y niños. Esta manifestación no exigía un cambio de régimen, ni cuestionaba la autoridad del zar, sino que protestaba por la miseria y la falta de libertades. La guardia del zar, formada por soldados cosacos, disparó contra los manifestantes y causó más de un millar de muertos.

Consecuencias de la Revolución de 1905

Los marineros del acorazado Potemkin, anclado en el puerto de Odesa en el mar Negro, se sublevaron contra la oficialidad, lo que provocó una fuerte represión. El zar firmó el Manifiesto de Octubre, en el que se comprometió a establecer un nuevo régimen político, basado en las libertades públicas y en la convocatoria de una Duma elegida por sufragio universal. Rusia pasó de ser una monarquía autoritaria a una monarquía constitucional.

Las primeras elecciones para la Duma fueron ganadas por el Partido Constitucionalista Democrático. El nuevo régimen no fue verdaderamente constitucional, pues el zar creó un Consejo de Estado con la facultad de controlar la Duma y conservó el derecho de veto y de disolución del Parlamento. El primer ministro inició algunas reformas en la agricultura, suprimió la vinculación del campesinado al mir y repartió tierras comunales. Pero fueron insuficientes, pues muchos campesinos las vendieron a ricos terratenientes y emigraron a las ciudades. El zar y su Consejo de Estado siguieron sin permitir la participación en las decisiones políticas y económicas. Nicolás II dejó el gobierno en manos de la zarina Alejandra, exacerbada absolutista, quien se hallaba bajo la influencia del monje Gregori Rasputín.