El Bienio Progresista (1931-1933)
El gobierno que se formó tras las elecciones de 1931 era una coalición republicano-socialista, similar al gobierno provisional, pero sin la participación del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux. Este gobierno se vio rápidamente presionado por los extremismos de izquierda y derecha. Ratificó las medidas del gobierno provisional y, en materia laboral, aprobó la Ley de Inspectores de Trabajo y la Ley de Intervención Obrera en la Empresa. En educación, se estableció que la escuela sería única, gratuita, obligatoria y mixta, prohibiendo a las órdenes religiosas ejercer la educación y eliminando la enseñanza de la religión.
El Ministro de la Guerra, Manuel Azaña, suprimió los grados de Capitán General y Teniente, y derogó la Ley de Jurisdicciones. En el ámbito agrario, se aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria en septiembre de 1932. Esta ley afectaba a las zonas de latifundio y a las tierras arrendadas a menos de 2 km de los pueblos, así como a aquellas arrendadas durante más de 12 años. Para llevarla a cabo, se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA), dotado con 50.000 millones de pesetas, una cantidad insuficiente que contribuyó al fracaso de la ley.
La situación social y política durante el Bienio Progresista
Obreros, jornaleros y mineros habían depositado muchas esperanzas en la República. Sin embargo, su situación de hambre, paro y bajos salarios provocó durísimos enfrentamientos. Hubo graves sucesos en Arnedo y el gobierno destituyó al general Sanjurjo, director de la Guardia Civil. En la derecha, surgieron Acción Española, con José María Gil-Robles, y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS). En la izquierda, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) dio pie a la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Los sucesos más graves ocurrieron en Casas Viejas, a los que se sumó el intento golpista de Sanjurjo, conocido como la “Sanjurjada”. Estos acontecimientos provocaron un escándalo que obligó al gobierno a convocar elecciones.
El Bienio Derechista o Conservador (1933-1935)
Se denomina así porque, aunque gobernaba el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, lo hacía con el apoyo de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), que exigió la rectificación de las políticas del Bienio Progresista. El gobierno publicó una Ley de Amnistía que se aplicó solo a los civiles y militares implicados en el golpe de Sanjurjo. Se paralizaron las reformas educativa y agraria. Además, el gobierno se enfrentó a las comunidades autónomas, suspendiendo la tramitación del Estatuto de Autonomía vasco. En Cataluña, se aprobó una ley que permitía a cualquier campesino que tuviera una renta de más de 12 años convertirse en propietario.
Panorama de las fuerzas políticas en 1934
- Derecha: Falange Española (FE) de las JONS, Renovación Española y CEDA.
- Centro: Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Partido Republicano Radical.
- Izquierda: Izquierda Republicana (IR) de Azaña, Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) de Casares Quiroga, Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) de Marcelino Domingo, Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Partido Laborista Español (PLE) y Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).
La Revolución de Octubre de 1934
El Partido Republicano Radical anunció que, por presión de la CEDA, tres ministros de esta formación entrarían en el gobierno. El PSOE amenazó con una huelga general para el 5 de octubre, que no fue apoyada por la CNT. La huelga triunfó en las ciudades, pero no en el campo. En Asturias, la huelga se convirtió en una revolución social: los obreros dominaron toda la provincia, destituyendo a las autoridades. En Madrid, la huelga fracasó porque el ejército acuarteló a las tropas el día anterior. En Barcelona, la huelga triunfó inicialmente con el apoyo de Companys, pero el general Batet sacó la artillería a la calle.
El 12 de octubre, la huelga terminó en toda España, excepto en Asturias, donde duró hasta el día 19. El gobierno tuvo que traer a la Legión, dirigida por Franco y López Ochoa. Se calcula que hubo 1.051 muertos, 284 de ellos de las fuerzas del orden, y 30.000 detenidos, entre ellos Lluís Companys, Manuel Azaña y los dirigentes socialistas. Hubo muchas condenas a muerte; la CEDA exigió su ejecución, pero el Partido Republicano Radical las indultó, lo que provocó la salida temporal de la CEDA del gobierno.
El Frente Popular (1936)
En 1935, los partidos políticos eran los mismos, excepto Renovación Española, que dio paso al Bloque Nacional, dirigido por Calvo Sotelo. El Bienio Derechista continuó con sus rectificaciones, suspendiendo el Estatuto de Autonomía catalán y el Parlament, y promulgando una nueva Ley de Reforma Agraria que anulaba los avances del Bienio Progresista. Esta ley impedía a cualquier arrendatario convertirse en propietario.
El 7 de febrero de 1936 se convocaron elecciones. Las izquierdas se unieron en el Frente Popular, formado por Izquierda Republicana, Acción Republicana, PSOE, Unión General de Trabajadores (UGT), Partido Comunista de España (PCE) y POUM. La CNT no se adhirió. El programa del Frente Popular consistía en:
- Reponer las leyes del Bienio Progresista.
- Decretar una ley de amnistía para los presos de la Revolución de 1934.
- Restablecer las garantías constitucionales.
Las derechas formaron otro bloque, compuesto por el Bloque Nacional y la CEDA. El PNV y FE de las JONS se quedaron al margen. El Frente Popular ganó las elecciones, pero el PSOE no entró en el gobierno. Manuel Azaña, como jefe de gobierno, promulgó una ley de amnistía, repuso a los funcionarios expulsados por el Bienio Derechista, restableció el Estatuto de Autonomía catalán y alejó a militares sospechosos de golpismo, como Franco (enviado a Canarias), Mola (a Pamplona) y Goded (a Baleares). También repuso la Ley de Reforma Agraria y publicó un decreto de expropiación que afectó a 500.000 hectáreas.
La crisis del Frente Popular y el camino hacia la Guerra Civil
El gobierno de Azaña perdió el control de la calle. El PSOE estaba dividido entre los moderados, liderados por Indalecio Prieto, y los radicales, encabezados por Largo Caballero. Prieto y Azaña llegaron a un acuerdo para que Prieto fuera jefe de gobierno y Azaña presidente de la República, lo que daría más base al gobierno. Para ello, había que destituir a Niceto Alcalá-Zamora. Azaña fue nombrado presidente de la República, pero Indalecio Prieto no consiguió ser jefe de gobierno porque el ala radical de Largo Caballero no lo apoyó.
En la primavera de 1936, se produjeron enfrentamientos entre falangistas y socialistas, y entre falangistas y miembros del POUM. El 15 de marzo, se declaró ilegal a Falange Española tras el intento de asesinato a Jiménez de Asúa. El 16 de junio, España era un caos. Se estaba preparando un golpe de Estado que necesitaba financiación. Banqueros, civiles, falangistas y carlistas, dirigidos por Fal Conde, y militares como Mola, Franco y Fanjul, se unieron en este propósito. La chispa estalló el 12 de julio, cuando fue asesinado José Castillo, del PSOE. Ese mismo día, guardias civiles y de asalto acudieron al domicilio de José Calvo Sotelo, a quien asesinaron en el cementerio de la Almudena.