Panorama Político y Social en España (1902-1923)
El 17 de mayo de 1902, Alfonso XIII juró la Constitución de 1876, manifestando su voluntad de intervenir directamente en política, algo impropio de un monarca constitucional, y de ligarse estrechamente al ejército. El sistema de la Restauración dependía de que se diese solución a los problemas existentes:
- Deterioro de los partidos dinásticos: La muerte de Cánovas y Sagasta rompió la unidad del partido conservador y liberal, al carecer de figuras capaces de hacer frente a los problemas creados por una situación económica y social cambiante. Antonio Maura en el partido conservador y José Canalejas en el liberal intentaron sin éxito liderar este cambio.
- Avance de los partidos no dinásticos: Sin un programa político definido ni una actitud clara frente a los problemas sociales, la idea de sustituir la monarquía por una república ganó adeptos con la aparición de partidos republicanos. A ellos se oponían los tradicionalistas, herederos del carlismo.
- Los nacionalismos disgregadores: En Cataluña, País Vasco y Galicia se crearon partidos que defendían la autonomía regional.
- El movimiento obrero: Creció en la política sindical. El socialismo y el anarquismo avanzaron frente al régimen monárquico y burgués de Cánovas. Las masas proletarias se abrieron hueco; el sufragio y los atentados les sirvieron como instrumentos de avance.
Intentos de Reforma del Sistema (1902-1912)
El regeneracionismo, surgido tras la decepción del desastre del 98, impulsó la idea de que los males del país se debían al desgobierno y que eran necesarias reformas. A pesar de la división interna y la corrupción, la fórmula canovista del “turno de partidos” se mantuvo. El monarca recurrió a conservadores (Maura) y a liberales (Moret). Entre 1902 y 1907 hubo diez presidentes, en lo que se conoció como “crisis orientales”.
Maura y su “revolución desde arriba” propusieron una reforma para eliminar el caciquismo, ordenar la administración local, controlar el orden público y acabar con la guerra de Marruecos. La Semana Trágica de Barcelona (1909) truncó este intento. La decisión de enviar a Melilla unidades de refuerzo formadas por reservistas para responder a la agresión de marroquíes a trabajadores empleados en la construcción de un ferrocarril provocó el estallido social. Cuando los reservistas salieron del puerto, comenzaron las barricadas, manifestaciones y una huelga general. La represión y los juicios sumarísimos, como el fusilamiento de Ferrer Guardia, provocaron la dimisión de Maura al grito de “¡Maura no!”.
José Canalejas presidió el gobierno de 1910 a 1912. Menos autoritario que Maura, representaba el ala izquierdista liberal. Entre sus logros destacan la Ley del Candado, que recortaba la instalación de nuevas órdenes religiosas; la ruptura de relaciones con el Vaticano; la Ley de Mancomunidades, que permitía cierta autonomía y competencias a las distintas regiones; y la Ley de Reclutamiento, que establecía el servicio militar obligatorio. Controló con mano dura a los huelguistas. Su asesinato por Pardiñas en 1912 desmoronó su proyecto.
Hundimiento del “Turno Pacífico de Partidos” (1912-1923)
Las causas del fracaso del sistema político de Cánovas fueron:
- La división de los conservadores (Maura y Dato) y de los liberales (Romanones y García Prieto).
- El intervencionismo del rey para hacer y deshacer gobiernos.
- La inestabilidad internacional provocada por la Primera Guerra Mundial. Aunque España se mantuvo neutral, la guerra tuvo un gran impacto económico y social.
La crisis de 1917 fue un momento crucial. En Rusia triunfó la revolución bolchevique y la guerra mundial cambió de signo con la entrada de Estados Unidos. En España, los pilares del sistema se tambalearon: el ejército se agrupó en Juntas de Defensa; los parlamentarios actuaron al margen del reglamento de las Cortes; y los movimientos obreros convocaron una huelga general revolucionaria. Aunque se superó la crisis, el sistema quedó herido de muerte. La gripe de 1918 colaboró en el deterioro de la situación.
Entre 1918 y 1920, se instauraron gobiernos de concentración nacional en un clima de gran tensión social, conocido como el “trienio bolchevique”. Se sucedieron huelgas, como la de “La Canadiense” en Barcelona, y el pistolerismo, con la respuesta de la burguesía creando sindicatos libres contra líderes sindicales.
El Camino hacia la Dictadura: El Desastre de Annual
La presencia de España en África, de carácter militar, se había mantenido relativamente pacífica desde 1904, con intercambios económicos y culturales secundarios. Sin embargo, las tribus del Rif nunca entablaron un entendimiento cordial con España. Las hostilidades comenzaron en 1909 con la guerra de Melilla, causante de la Semana Trágica de Barcelona. Mantener el protectorado se convirtió en una sangría constante que dividió a la opinión pública y al ejército. La repercusión de la cuestión marroquí fue determinante: la Ley de Reclutamientos, las Juntas de Defensa, etc.
Al final de la Primera Guerra Mundial, estalló la sublevación rifeña. Apareció un nacionalismo revolucionario que se enfrentó a la autoridad del sultán y a la administración española. Dámaso Berenguer se encargó de ocupar la zona occidental, y Fernández Silvestre, la oriental. La guerra se inició sin apoyo ministerial, pero sí con el del rey. Silvestre comenzó por su cuenta, con el apoyo del rey, una serie de operaciones militares que terminaron en sangrientas derrotas, culminando en el Desastre de Annual en 1921. Abdelkrim masacró a los españoles. Melilla se salvó gracias a los refuerzos del general Sanjurjo, entre los que se encontraba la Legión, comandada por Franco.
El Desastre de Annual provocó una gran conmoción. Los partidos de izquierda pidieron una profunda investigación que apuntaba al rey. Se encargó a Picasso un informe que no llegó a publicarse. Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado, instaurando una dictadura militar y suspendiendo la Constitución de 1876, pieza clave de la democracia y del sistema canovista.