El Sistema de la Restauración Española: Bipartidismo, Caciquismo y Manipulación Electoral

Características de los Partidos Políticos en la Restauración

Partido Conservador y Partido Liberal

Durante la Restauración Española, el panorama político estuvo dominado por dos partidos principales: el Conservador y el Liberal. El Partido Conservador se formó a partir de la integración de moderados, una facción de los antiguos carlistas, militares de la Unión Liberal y amplios sectores del catolicismo. Este partido se caracterizaba por su fuerte vinculación con la Iglesia, manifestada a través de la influencia en la enseñanza y las órdenes religiosas, así como por la imposición de restricciones en los derechos y libertades.

Por otro lado, el Partido Liberal aglutinó a miembros de la Unión Liberal, progresistas, demócratas y algunos republicanos, como Emilio Castelar. Su ideología se alineaba con los principios de la Constitución de 1869, aunque tuvieron que aceptar ciertos postulados de Cánovas, como la soberanía compartida. No obstante, exigían la ampliación de las garantías de los derechos individuales, incluyendo el sufragio universal masculino, la ley de asociaciones y la ley del jurado, entre otros. En esencia, se configuró como un partido progresista, con un carácter más laico y liberal en comparación con el partido de Cánovas.

Similitudes y Diferencias

A pesar de sus diferencias ideológicas, ambos partidos representaban a una oligarquía compuesta por grupos nobiliarios y burgueses, lo que minimizaba las diferencias sociales entre ellos. En la práctica política, ambos aceptaron las legislaciones promulgadas por el otro cuando estaban en el gobierno. Por ejemplo, el Partido Conservador aceptó la ley del “parlamento largo” de los liberales.

En el ámbito económico, inicialmente aplicaron medidas librecambistas, que luego derivaron en políticas proteccionistas. Ambos partidos mostraron escasa preocupación por la agricultura y el crecimiento industrial. Sin embargo, a partir de 1889, los partidos dinásticos tomaron conciencia de la cuestión social y obrera, desarrollando ciertas políticas para mejorar la situación laboral y social.

En cuanto a la cuestión religiosa y la enseñanza, ambos partidos se mostraron indiferentes ante el poder de la Iglesia y las órdenes religiosas, especialmente en el control de la enseñanza.

El Sistema Electoral: Encasillado y Pucherazo

El sistema de la Restauración se caracterizó por una profunda manipulación electoral, sustentada principalmente en dos prácticas: el encasillado y el pucherazo.

El Encasillado

El encasillado consistía en la designación, por parte del gobierno de turno, del candidato más favorable a sus intereses. Un ejemplo de esto era el diputado “camero”, elegido gracias a la acción de los caciques, sin tener ningún conocimiento de la circunscripción por la que era presentado. Este sistema garantizaba una mayoría cómoda en las Cortes para el partido en el poder, mientras que a los partidos no dinásticos se les impedía obtener una representación significativa.

Factores que Condicionaban el Sistema

El sistema estaba condicionado por varios factores, entre ellos:

  • El desinterés o desmotivación del pueblo hacia el sistema de partidos y las consultas electorales.
  • El atraso económico.
  • Las relaciones de dependencia entre campesinos y oligarquías terratenientes.
  • El analfabetismo de la población.

El Caciquismo

El caciquismo era fundamental para el funcionamiento del sistema. Cuando se obtenía la disolución del decreto real, el presidente del consejo y su ministro de gobernación creaban una lista de seguidores a los que se concedía un escaño. En las negociaciones locales, el cacique, que era el hombre que entregaba los votos de una provincia, ciudad o municipio, jugaba un papel crucial. El cacique creaba su clientela proporcionando trabajo y favoreciendo económica y socialmente a sus clientes, asegurando así su apoyo en las elecciones.

El Pucherazo

El pucherazo era otra práctica común que complementaba al encasillado. Consistía en una serie de manipulaciones para asegurar la imposición del candidato favorable a los propósitos ministeriales. Estas manipulaciones incluían:

  • Coacciones para influir en el voto.
  • Fraude en la confección de listas electorales.
  • Falseamiento del número de votos emitidos.
  • Robo y destrucción de las actas de las elecciones.
  • Adelanto o retraso de las horas de apertura y cierre de colegios sin previo aviso.

El Declive del Sistema

El sistema de la Restauración se basaba en el voto rural de zonas como Galicia y Andalucía oriental. Los votos de las ciudades, conocidos como “votos verdad”, representaban la oposición al gobierno y se convirtieron en una amenaza para el sistema. Aunque el caciquismo fue criticado por intelectuales urbanos, se prolongó hasta la Segunda República.

En conclusión, el sistema de la Restauración estableció una etapa de gran estabilidad política, pero su funcionamiento se fue deteriorando paulatinamente. En 1912, el asesinato de Canalejas marcó el inicio de la crisis del bipartidismo. En 1917, las Cortes entraron en crisis, y en 1923 se suspendió la Constitución de 1876. El último pilar que sostenía la Restauración, la Monarquía, cayó en 1931.