Piet Mondrian: Neoplasticismo y la Abstracción Geométrica

Contexto Histórico

El contexto histórico en el que se desarrolla la obra de Piet Mondrian está marcado por la Primera Guerra Mundial (1914-1919) y el regreso de Picasso al naturalismo. En este periodo, se observan dos concepciones de la realidad que coexisten y se influyen mutuamente:

  • El movimiento dadaísta, con figuras como Marcel Duchamp y Francis Picabia.
  • La pintura metafísica, representada por Giorgio de Chirico, que atrajo a Marc Chagall.
  • El constructivismo, que surge en oposición al dadaísmo.

Evolución Artística de Piet Mondrian

La trayectoria artística de Mondrian experimentó una notable transformación:

  • En sus inicios, sus obras eran paisajes serenos, pintados en gamas de grises delicados, malvas y verdes oscuros.
  • En 1908, influenciado por el pintor Jan Toorop, comenzó a experimentar con colores más brillantes.
  • En 1911, se trasladó a París, donde adoptó el estilo cubista, que gradualmente lo condujo hacia la abstracción.
  • En 1917, junto con el pintor Theo van Doesburg y un grupo de jóvenes arquitectos y artistas, fundó la revista De Stijl. Esta publicación le sirvió como plataforma para difundir el neoplasticismo hasta 1924. El neoplasticismo se define como un arte al margen de la naturaleza, que busca representar las verdades absolutas del universo. La pintura de Mondrian se expresaría a partir de entonces exclusivamente a través de unas cuantas líneas rectas y planos de colores primarios.
  • En 1925, se desvinculó del grupo De Stijl y, en 1931, se unió al grupo Abstraction-Création de August Herbin.
  • En 1938, emigró a Londres.
  • En el otoño de 1940, tras los bombardeos de Londres y la entrada de los alemanes en París, Mondrian aceptó la invitación del pintor americano Harry Holtzman y se instaló en Nueva York. En América, su estilo perdió la rigidez anterior y adquirió una mayor libertad y un ritmo más vivo.

Importancia de la Figura de Mondrian

Piet Mondrian, máximo representante del neoplasticismo holandés, propone, a partir de la razón y de modelos teórico-prácticos concretos, una nueva ordenación geométrica del mundo en contra de la irracionalidad destructora de la Primera Guerra Mundial. Tiende siempre a la máxima reducción de los elementos integrantes de la obra artística y convierte las líneas verticales y horizontales, así como los tres colores elementales (amarillo, azul y rojo) en la base de toda su gramática formal. Se caracteriza, en definitiva, por la elementalidad, racionalidad y funcionalidad de las formas.

Concreta de manera rigurosa su poética de los valores primarios o estructurales de la visión: la línea, el plano y el color. Critica al cubismo porque es aún poco racional, dado que del análisis no pasa a la síntesis. Debido a sus intereses filosóficos y religiosos, Mondrian hace una crítica al cartesianismo cubista desde el punto de vista rigorista de Spinoza. Y debido a que la constitución de la mente es igual para todos, la mente tiene que partir de nociones comunes.

Toda la pintura de Mondrian es una operación sobre naciones comunes, sobre la mentalidad de la línea, del plano y de los colores fundamentales. Todas las obras realizadas entre 1920 y 1940 se parecen: son un enrejado de ordenadas que forman recuadros de distintos tamaños y colores elementales, entre los que predomina el blanco (la luz).

Un cuadro de Mondrian es una superficie impresionada con pocos colores: es la pantalla pictórica de los impresionistas que los cubistas habían transformado en pantalla plástica. Transforma la superficie (empírica) en plano (ente matemático). Al dividir la superficie mediante las coordenadas verticales y horizontales, resuelve en una proporción métrica todo lo que en la naturaleza se da como anchura y altura. Solo queda lo que se da en la tercera dimensión y que son las infinitas sensaciones que varían según el color local, la distancia y la luz.

Las líneas negras tienen una función muy precisa: sin ellas, los colores se influirían y, según Mondrian, entre los colores no tienen que existir relaciones de fuerza sino métricas: no son los sentidos sino la mente quien tiene que valorarlos. Mondrian, de hecho, nos demuestra tres cosas: en primer lugar, que la percepción de un color no cambia; en segundo lugar, que la valoración del color percibido cambia con la amplitud del área que cubre y con su forma; y en tercer lugar, que dos zonas de distinta extensión tienen el mismo valor cuando la diversidad de extensión está compensada por distintas profundidades de tono.

La postura moral de Mondrian es eliminar el aspecto trágico de la vida, y es trágico todo lo que viene del inconsciente. Es trágico lo que Mondrian llama el barroco moderno: el expresionismo, el surrealismo, la alegría de vivir de Matisse, las deformaciones de Picasso. El artista, para Mondrian, no tiene derecho a influir emotiva y sentimentalmente al prójimo: si descubre una verdad, tiene el deber de mostrar cómo ha llegado a ella. Consciente de la responsabilidad cultural del artista, hace de la pintura un proyecto de vida social.

A pesar de la voluntaria frialdad de su pintura, Mondrian es, después de Cézanne, la más alta, lúcida y cultivada conciencia de la historia del arte moderno.

Tableau II de Piet Mondrian

  • Estilo y época: Neoplasticismo. El nombre de Piet Mondrian está vinculado al grupo neoplasticista holandés aglutinado en torno a la revista De Stijl.
  • Técnica: Óleo sobre lienzo.
  • Título: Composición II.
  • Autor: Piet Mondrian.

Significado y Función de la Obra

Todos los cuadros de Mondrian entre 1920 y 1949 se parecen entre sí: una parrilla de gruesas líneas de color negro que forman cuadros de distintas dimensiones que contienen colores primarios (azul, rojo y amarillo) junto con el blanco (luz) y el negro (ausencia de luz). Cada uno de ellos depende de una sensación perceptiva y, por lo tanto, sensorial y emotiva, y diferente.

En su composición de 1927, se trata de una superficie impresionada con pocos colores: blanco, negro, amarillo y azul, separados por líneas rectas de color negro. Estas líneas sirven para cortar, para aislar los colores, y así evitar su mutua influencia. Subdividiendo la superficie mediante coordenadas verticales y horizontales, resuelve con una proporción métrica todo lo que en la naturaleza aparece como altura y anchura. Son variaciones de cantidad de color, son distintas como lo pueden ser los números.

Estilo y Elementos más Característicos

Después de Cézanne y tras la experiencia cubista de Picasso, el paso consecuente era claro: prescindir de la figuración. Mondrian entra en contacto en París con el cubismo en 1911; a partir de ese momento, somete a la naturaleza a un proceso de esquematización que desemboca en la abstracción. El movimiento pretende llegar hasta sus últimas consecuencias de la pureza de la plástica y, para ello, defiende el empleo exclusivo de la línea, el plano, los tres colores primarios (azul, rojo y amarillo) y los no colores (blanco, negro, gris). Se busca la armonía entre el espacio, la forma y el color.

La abstracción geométrica presenta las siguientes características: el empleo de formas geométricas, con un claro predominio de la línea recta; ausencia de cualquier referencia a imágenes de la naturaleza; utilización de colores puros y planos; planteamiento del arte como función social.

Iconografía

El rojo (cálido) y el azul (frío) son los términos del registro de las variaciones. El amarillo da la máxima luminosidad al cuadro. La valoración del color percibido cambia de acuerdo con la amplitud del área que cubre o de acuerdo con su forma (diferentes rectángulos con un sentido horizontal o vertical). También demuestra que dos zonas con extensiones distintas tienen el mismo valor cuando su diferencia está compensada por las diversas gradaciones de la tonalidad. La proporción perfecta se logra cuando todos los valores del sistema se equilibran formando un plano geométrico. Parece, y en cierto modo lo es, una operación matemática.

El planteamiento moral de Mondrian es el de eliminar lo trágico de la vida; es decir, todo cuanto procede del inconsciente, de los complejos de culpa y de poder, de superioridad o inferioridad. Para Mondrian, el artista carece del derecho de influir emotivamente en el prójimo; si consigue descubrir una verdad, tiene el derecho de mostrar cómo ha llegado a ella y, si puede mostrarlo, tiene el deber de poner esa verdad en conocimiento de todos.

Mondrian convierte a la pintura en un proyecto de vida social: no imagina una sociedad utópica sin contradicciones, sino una sociedad capaz de resolver sus contradicciones con la razón y sin recurrir a la violencia. Por ello mismo, en su mente, su pintura se enmarca en un urbanismo perfecto; la ciudad que anhela es el espacio vital de una sociedad cuyos actos, siendo un poco producto puro de la conciencia en su unidad, sean a un tiempo racionales, morales y éticos. No es, por tanto, sorprendente que la concepción tuviera una profunda influencia en la arquitectura, y no tanto en las formas arquitectónicas como en la valoración de la funcionalidad vital de los espacios. Por ello, puede decirse que, a pesar de su intencionada frialdad de su pintura, Mondrian fue, después de Cézanne, la conciencia más alta, más lúcida, más civil de la historia del arte moderno.

Para Mondrian, en las composiciones, las líneas verticales serían el elemento masculino y las horizontales el femenino. A partir del color y de las formas matemáticas de los rectángulos, el pintor ha de crear la belleza, el equilibrio y la armonía. El tamaño de los rectángulos y el peso visual de los colores son los elementos básicos y suficientes para elaborar la composición lo más esquemática posible con un ritmo mesurado.