Dualismo Alma-Cuerpo: Perspectivas de Platón, Aristóteles, San Agustín y Descartes

PLATÓN

En general, la filosofía de Platón es dualista. Esto significa que afirma la existencia de dos realidades. En lo que atañe al ser humano, estas dos realidades son el alma y el cuerpo. Platón define al ser humano como “la unión accidental de un alma y un cuerpo”. Esto significa que en virtud de su naturaleza no les corresponde estar unidas.

El alma es de naturaleza inmaterial y el cuerpo, al contrario, de naturaleza material. El alma, además, es simple, carece de partes, a causa de esto es eterna. El cuerpo posee la naturaleza material, es un compuesto heterogéneo y en este sentido, corruptible, es decir, mortal en cuanto este compuesto se rompa, se deshaga.

Platón considera que el alma es tripartita, y señala que estas partes son: alma racional, que tiene como función el conocimiento; alma irascible, que tiene como función la actividad noble del individuo (amistad, lealtad, generosidad…); y alma concupiscible, que tiene como función la actividad no noble del individuo (alimentación o reproducción).

Cuando el individuo muere, la unión del alma y el cuerpo se deshace, de manera que el alma se libera retornando al lugar que le corresponde en virtud de su naturaleza inmaterial. Este lugar es, para Platón, el mundo de las Ideas.

ARISTÓTELES

La ontología de Aristóteles, es decir, su teoría del ser o de la realidad es hilemórfica, esto significa que considera que todos los seres consisten en la unión sustancial de una materia (hyle) y una forma (morphe). Al consistir en una unión sustancial, materia y forma no se pueden dar por separado. Toda forma lo es de una materia, y toda materia está informada. No existe una materia amorfa.

En el ser humano esta estructura hilemórfica toma las figuras de alma y cuerpo. En coherencia, el alma y el cuerpo son inseparables, cuando el individuo muere el alma perece con él, porque el alma es principio vital, principio de movimiento y, por tanto, no puede sobrevivir a la vida.

Como en Platón, también Aristóteles establece la existencia de tres “almas” o de tres funciones vitales:

  • Alma vegetativa. La poseen todos los seres vivos y tiene a su cargo las funciones básicas de la vida (alimentación, reproducción y crecimiento). Es la propia de las plantas.
  • Alma sensitiva. La poseen solo los animales, incluido el ser humano. Tiene a su cargo las funciones de la sensibilidad y la percepción.
  • Alma racional. La posee únicamente el ser humano. Tiene a su cargo las funciones cognoscitivas.

SAN AGUSTÍN DE HIPONA

Tiene una enorme influencia de Platón. Considera que el ser humano consiste en la unión accidental de un alma y un cuerpo. Siendo el alma inmortal, pero no eterna. Respecto al origen del alma, San Agustín, maneja dos hipótesis. La primera dice que cada alma es creada individualmente por Dios. La segunda afirma que todas las almas proceden de las almas de Adán y Eva; esta teoría se denomina traducianismo, y está elaborada en coherencia con la idea del pecado original, con el cual nacen todos los individuos. Así, dicho pecado se transmitiría de generación en generación a través de las almas que son igualmente trasmitidas.

En el alma, San Agustín señala dos dimensiones:

  • Alma inferior. Tiene como función el conocimiento de las realidades corpóreas del mundo.
  • Alma superior. Para San Agustín, la única que es inmortal y la cual nos ilumina (teoría de la iluminación) proyectando las ideas ejemplares de las cosas. Ideas que el mismo Dios ha utilizado para crear el mundo.

DESCARTES

Su filosofía corresponde al siglo XVII, Edad Media, en la que tiene un enorme desarrollo ciencias como las matemáticas, la física, la medicina…

En relación al ser humano también mantiene un dualismo, sin embargo, en general considera que existen tres tipos de realidades. En sentido estricto solo una de estas puede ser denominada sustancia. En su Discurso del método define sustancia como aquello que no necesita de otra para existir. Estas tres realidades son:

  • Res extensa. Se traduce por cosa extensa, es decir, materia corpórea.
  • Res cogitans. Cosa pensante. En tanto que no posee extensión se podría calificar como sustancia espiritual. Tiene como atributo el conocimiento, la memoria, la imaginación y la voluntad.

Estas dos sustancias lo son solo en sentido relativo, es decir, la Res extensa no necesita de la Res cogitans para coexistir y viceversa. En sentido absoluto no son sustancias, pues ambos necesitan de Dios para coexistir. En sentido estricto, solo Dios es sustancia.

Res infinita. Cosa infinita. En realidad, Dios.

La Res extensa es todo lo que es corpóreo: plantas, animales y el cuerpo del ser humano. Esto significa que ninguna de estas cosas posee principio interno de movimiento. Los cuerpos de los seres vivos funcionan como máquinas. Consisten en un mecanismo compuesto por partes en contacto y que se mueven por una causalidad mecánica.

El problema que tiene que solucionar Descartes es el de la comunicación entre la Res extensa y la Res cogitans, en tanto que sustancias de la naturaleza opuesta (inconmensurable). Para ello, descartes postula la existencia de lo que llama glándula pineal. Una glándula localizada en la cabeza, que recibe estímulos de los espíritus animales produciendo una respuesta que consiste en el movimiento de alguna parte del cuerpo.