Laocoonte y sus hijos: Escultura helenística de la Antigua Grecia

Análisis material y formal

La obra que se nos presenta es una escultura de bulto redondo, en concreto un grupo escultórico. La composición crea un gran volumen compuesto por varios personajes, uno central de mayor tamaño y dos a los lados entrelazados con lo que parecen ser serpientes, creando una escena que subraya el movimiento y la tensión de la acción. Como podemos apreciar, ha sido realizada en mármol, pero la original, que era de origen romano, estaba compuesta de bronce.

El personaje de mayor tamaño destaca por su estudio anatómico y del rostro, con una musculatura hiperdesarrollada. Está apoyado en el asiento, del que cuelgan unos rígidos ropajes. Su pierna derecha está doblada y la izquierda retrasada, lo que acentúa la tensión de la postura.

La composición, más que piramidal, se puede considerar triangular. Las figuras laterales se abren en forma de ángulos rompiendo la verticalidad. Por lo tanto, nos encontramos ante un gran desequilibrio compositivo. El movimiento forzado y la tensión del conjunto se acentúan por la disposición de las serpientes que, con sus anillos de formas sinuosas con curvas y contracurvas, a la vez cierran y abren el conjunto.

Las calidades táctiles están estudiadas con gran virtuosismo técnico: piel, cabellos, los escasos vestidos. Podemos apreciar las rugosidades y texturas de la piel, los rizos con abundante labor de trépano en barbas (presenta profundas incisiones para dar efecto de gran relieve de claroscuro), los cabellos que acentúan los efectos de luz y sombra y el acanalamiento rígido de los mínimos paños.

Los rostros y gestos son tremendamente expresivos, reflejan miedo y dolor, pero lo gestual y emotivo no sólo está en los rostros, sino en los cuerpos en movimiento, en el dinamismo de la composición, en el ritmo marcado por brazos, piernas y serpientes: lo dramático, el pathos, se ha impuesto definitivamente.

Por el análisis de los personajes, deducimos que se trata de un tema de carácter mitológico. Además, las figuras (tal y como comentamos) expresan dramatismo en sus rostros, presentándonos un momento de extrema tensión o dolor. Esto nos lleva a pensar que hablamos de una obra de un momento de la historia en el que aspectos psicológicos y contextuales son especialmente trabajados por el artista.

Análisis del contenido (significado)

El tema representado aquí es mitológico: el sacerdote troyano Laocoonte es castigado por los dioses a morir junto a sus hijos por dos enormes serpientes marinas. Esta obra expresa como ninguna del mundo antiguo la cólera de los dioses y los castigos crueles que estos podían imponían a los mortales. Simboliza el enfrentamiento entre las fuerzas poderosas y la impotencia humana. En este caso, es castigado por convencer a sus compatriotas a no aceptar el Caballo de Troya como regalo de los griegos; los dioses, al ver frustrados sus planes de destruir Troya, enviaron dos gigantescas serpientes de mar para que se apoderaran del sacerdote y de sus dos desafortunados hijos, apresándolos entre sus anillos.

No podemos hablar de que esta obra tenga una funcionalidad concreta, sin embargo, sí que tiene un cierto carácter propagandístico, en relación con el poder social, ya que se mandaban a encargar por los más ricos. Tenía una funcionalidad “religiosa”: ver los castigos que se podían recibir cuando los mortales desobedecían o enojaban a los dioses.

Estilo artístico

La obra pertenece al Arte Griego, y más concretamente al período helenístico, que se caracteriza por la pérdida del equilibrio formal y psicológico. Tendencia a representar lo naturalista y el realismo extremo, aunque este resulte desagradable, se prefiere lo feo a la belleza formal, triunfa lo anecdótico, lo recargado, lo expresivo; se alcanza la perfección en el movimiento, con escorzos, composiciones en diagonal, desequilibrio en los cuerpos, dramatismo y tensión en los rostros. Se pierde parte de la independencia e individualismo de los artistas, al concentrarse estos en talleres o escuelas.

Relación de la obra con su contexto histórico

La muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C. va a suponer la pérdida de la unidad de acción del mundo griego: sus generales se repartirán en trozos su inmenso Imperio y surgirán monarquías hereditarias en Egipto, Siria, Macedonia, Pérgamo… En estos momentos se va a producir una fusión entre la cultura griega y los gustos orientales. Ahora las obras las encargarán estos ricos monarcas o grandes generales, con un gran afán propagandístico, con el deseo de mostrar su poder y su lujo. Van desapareciendo progresivamente los ideales de belleza, armonía y equilibrio del clasicismo griego. Todo esto es claramente apreciable en esta obra, así como el desequilibrio y el sentido de crisis y decadencia que supone el Helenismo dentro de la civilización griega, próxima a ser dominada por Roma.