El Teatro Español de Posguerra: Evolución y Tendencias (1939-1970)

Tras la Guerra Civil española, podemos encontrar las siguientes corrientes dentro del panorama español:

1. El Teatro del Exilio

Es el teatro creado por dramaturgos que se vieron obligados a abandonar el país al terminar la Guerra Civil y continuaron su producción teatral en los países en los que fueron acogidos.

El autor más destacado fue Alejandro Casona. Sus obras están muy bien construidas, con un lenguaje cuidado. Su mejor obra es La dama del alba (1944), sobre la visita de la muerte a una familia.

2. El Teatro de los Años 40

Las principales tendencias del teatro de los años 40 (1940 – 1955) son las siguientes:

2.1. Teatro Tradicional y Conformista (o Comercial)

Es continuación del teatro tradicional de autor de la guerra y está orientado hacia la distracción de un público sin demasiadas exigencias. Representa la continuidad del teatro sin ruptura.

Por un lado, las obras presentan una amable crítica de costumbres (siguiendo el modelo de Benavente). Por otro, es un divertido espejo de la realidad (siguiendo los modelos de Arniches y los hermanos Quintero).

Son obras bien construidas y con diálogos cuidados. La acción se desarrolla en ambientes de la clase media-alta y se basa en enredos sentimentales, en el humor fácil y en una cierta moralización del público. Defienden la familia y la religión.

Los autores más destacados son:

  • José Mª Pemán, con su obra de ideología franquista, La viudita naviera (1960).
  • Joaquín Calvo Sotelo, que se distinguió por escribir comedias sentimentales como Una muchachita de Valladolid (1957).
  • Juan Ignacio Luca de Tena, con su obra, de contenido histórico, ¿Dónde vas Alfonso XII? (1957).

2.2. Teatro Cómico o Humorístico (o de Evasión)

Son comedias de humor inverosímil y disparatado, cercanas al “teatro del absurdo” europeo.

Los autores más destacados son:

  • Enrique Jardiel Poncela, que hace comedias de humor, pero que intenta renovar el lenguaje dramático. Su obra más destacada es Eloísa está debajo de un almendro (1940).
  • Miguel Mihura. Sus obras son comedias de un humor desenfadado con presencia de crítica de la realidad contemporánea. Denuncia lo absurdo de ciertas situaciones de la vida cotidiana y las convenciones sociales que impiden al hombre ser feliz. A través del humor absurdo se presentan las contradicciones del ser humano.

Sus obras más destacadas son: Tres sombreros de copa (escrita en 1932 y no estrenada hasta 1952). En esta obra se enfrentan dos mundos y dos concepciones de la vida: el orden burgués (reglamentado y aburrido) y la espontaneidad, la alegría de vivir y la libertad de unas chicas de una compañía de variedades. El mecanismo social triunfa finalmente sobre la libertad individual.

Otras obras suyas importantes son Melocotón en almíbar (1958), sobre la convivencia entre una monja y unos ladrones, Maribel y la extraña familia (1959), y Ninette y un señor de Murcia (1964).

2.3. El Teatro Grave-Inconformista o Existencialista

Es la tendencia más representativa del teatro de posguerra, ya que pone en escena conflictos existenciales.

Los autores más destacados son:

Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo; y Escuadra hacia la muerte (1953) de Alfonso Sastre.

Este tipo de teatro tiene los siguientes rasgos:

  • a) Refleja en los escenarios la dura realidad de la España del momento; a diferencia del teatro burgués (que vive de espaldas a esa realidad).
  • b) Intenta que el espectador se identifique con los personajes de la escena.
  • c) Las obras se sitúan en un espacio y un tiempo determinados.

3. El Teatro de los Años 50

Nos encontramos con dos corrientes en el teatro de los años 50 (de 1955 a 1965):

3.1. Teatro Realista-Social (o de Protesta y Denuncia)

Esta corriente teatral está muy cercana a los planteamientos de la novela y la lírica social de posguerra, es decir, intentan hacer un testimonio crítico de las injusticias y desigualdades.

Aparece un nuevo público universitario y comienza un cierto relajamiento de la censura, aunque para sortearla, va a utilizar elementos simbólicos o alegóricos para tratar temas como la falta de libertad o la injusticia social.

Refleja situaciones de la explotación del hombre por el hombre o de la esclavitud del trabajador.

La técnica teatral utilizada es realista, con rasgos cercanos a la farsa y al esperpento para reflejar críticamente la realidad social española.

El autor más destacado es Antonio Buero Vallejo. Su teatro se centra en los grandes interrogantes de la condición humana y en los problemas del hombre contemporáneo. Une lo existencial y lo social. En sus obras también aparece un mensaje ético, una reflexión sobre el individuo, la justicia y la verdad. No quiere hacer un teatro minoritario y vanguardista, sino intentar acceder al gran público; por eso, a veces utiliza las fórmulas del teatro comercial.

Su obra se puede clasificar en tres etapas:

  • a) Primera etapa (1946- 1957): Utiliza un enfoque existencial junto con una técnica realista. La obra más destacada de este período es Historia de una escalera (1949), obra que transcurre en una casa de vecindad, por la que vemos pasar la vida de tres generaciones de familias modestas. Todas luchan por salir de esta escalera y todos fracasan. Otra obra importante es En la ardiente oscuridad (1950), ambientada en una institución para ciegos.
  • b) Segunda etapa (1958-1970): Predomina el enfoque social y ético. Sus obras son de tema histórico, en las que se vale del pasado para reflexionar sobre el presente. Las obras más importantes son Las Meninas (1960), sobre Velázquez, y El sueño de la razón (1970), sobre Goya. Pero la mejor obra de este período es El tragaluz (1967), donde se recoge un drama familiar ambientado en el sótano de una casa.
  • c) Tercera etapa (1971-2000): Aparecen contenidos sociales y políticos más evidentes. La obra más destacada es La Fundación (1974), ambientada en una celda de presos políticos.

Otros autores importantes de este grupo realista son:

  • José Mª Rodríguez Menéndez con su obra Los inocentes de la Moncloa (1960), sobre las angustias de unos jóvenes estudiantes.
  • Carlos Muñiz, con su obra El tintero (1961), sobre la burocracia deshumanizada.
  • Lauro Olmo, con su obra La camisa (1962), sobre la vida mísera de unos chabolistas.
  • José Martín Recuerda, con su obra Las salvajes en Puente San Gil (1963), cercana al esperpento.
  • Antonio Gala, con su obra Los verdes campos del Edén (1963).

4. El Teatro de los Años 60 y 70

A partir de los años 70 (entre 1965 y 1975) se produce un teatro más exigente y renovador, experimental en la forma y dirigido a un público minoritario.

Sus rasgos más destacados son:

  • a) Se ponen de moda los recursos vanguardistas extraverbales (sonoros y visuales) y, en general, las innovaciones escénicas de los grandes renovadores del teatro europeo en el siglo XX (B. Brecht).
  • b) Hay rechazo del realismo; se busca un carácter simbólico o alegórico en el nuevo teatro.
  • c) Es un teatro crítico con las condiciones sociales y políticas de la España del momento, Hay denuncia de las injusticias, se protesta por la falta de libertad ciudadana,…
  • d) Los personajes de las obras aparecen deshumanizados o caricaturizados, y se convierten en personajes-símbolo.
  • e) La acción dramática aparece fragmentada en breves secuencias que se suceden sin un orden lógico.
  • f) Hay una nueva concepción del espacio escénico y la sala de butacas (incluidos los espectadores) quedan integrados dentro del espacio escénico.
  • g) El teatro se considera un espectáculo total.
  • h) Los temas centrales de estas obras van a ser la dictadura política, la injusticia, la deshumanización,…

Los autores más destacados son:

  • Fernando Arrabal. Escribe y estrena en Francia la mayor parte de sus obras, siempre a medio camino entre el esperpento, el Surrealismo y el teatro del absurdo (teatro pánico). Sus obras más destacadas son El cementerio de automóviles (1959) y Picnic (1952).
  • Francisco Nieva. Crea un teatro imaginativo y simbólico (teatro furioso). Es un teatro muy barroco y exagerado. Sus obras más destacadas son Pelo de tormenta (1972) y Coronada y el toro (1974).
  • Antonio Gala, con un teatro difícilmente clasificable (teatro poético), con obras como Anillos para una dama (1973).

En esta década es interesante el nacimiento de una serie de grupos de teatro independiente, que van a actual al margen de los circuitos comerciales. Presentan un teatro renovador y muy comprometido social e ideológicamente. Todos estos grupos tienen como característica principal que hacen que el teatro salga a la calle y que el espectador participe como un actor más.

Los grupos más destacados son:

  • a) En Madrid: Tábano, Los Goliardos y TEU.
  • b) En Barcelona: El Joglars, Els Comediants, La Fura dels Baus y Dagoll Dagom.
  • c) En Bilbao: Akelarre.

5. El Teatro de los Años 80 y 90

En las dos últimas décadas del siglo XX, la característica más destacada del teatro español (teatro de la democracia) es la desaparición de la censura y el apoyo de las instituciones oficiales.

Se crean el Centro Dramático Nacional y la Compañía de Teatro Clásico.

Hay una síntesis entre lo experimental y lo popular que da como resultado una amplia variedad de tendencias:

  • a) Un teatro de línea tradicional, representada por autores como Fernando Fernán-Gómez, con su obra Las bicicletas son para el verano (1982); y José Sanchis Sinisterra con su obra ¡Ay Carmela!
  • b) Un teatro realista y social, sobre temas actuales, con un enfoque próximo al de la farsa o del sainete. Los autores más destacados son José Luis Alonso de Santos, con obras como La estanquera de Vallecas (1981) y Bajarse al moro (1985); y Fermín Cabal, con obras como Tú estás loco, Briones (1978) y Esta noche, gran velada (1983).
  • c) Un teatro experimental y vanguardista, con autores como Alfonso Vallejo, con su obra El cero transparente; la autora Paloma Pedrero con su obra Noches de amor efímero; y Alfonso Sastre con La taberna fantástica (1966, pero estrenada en 1985).