La riada en ‘Nos han dado la tierra’: Claves de un relato de Juan Rulfo

El Legado de Juan Rulfo: Un Vistazo a ‘Nos han dado la tierra’

Este relato del escritor mexicano Juan Rulfo forma parte de la obra El llano en llamas, publicada en 1953. La producción literaria de Rulfo, aunque concisa, se limita a dos obras fundamentales: la mencionada colección de quince relatos y la novela corta Pedro Páramo. A pesar de su brevedad, la trascendencia de estos textos, vinculados al movimiento literario del realismo mágico —en el que se inscriben autores como García Márquez, Cortázar y Vargas Llosa—, consagra a Rulfo como un clásico de la literatura en lengua española.

‘Nos han dado la tierra’ se presenta como una obra completa, donde cada elemento narrativo y significativo se explica dentro del propio texto. Como texto narrativo, se evidencian sus componentes esenciales: narrador, personajes, espacio, tiempo y acción. El tema central es la destrucción de los escasos bienes y cosechas de una familia campesina a causa de una riada. Este evento da título al relato, en el cual un niño, el hijo menor, narra cómo, tras la muerte de su tía Jacinta, una fuerte lluvia provoca una riada que arrasa las cosechas y se lleva la vaca que su padre había regalado a su hermana Tacha, de doce años. La pobreza de la familia ha llevado a las dos hermanas mayores a una vida de mala reputación, siendo expulsadas del hogar por su padre. Ante la pérdida de recursos, el padre teme que Tacha siga el mismo camino.

Estructura y Elementos Narrativos

El relato consta de 22 párrafos. Los dos primeros sirven de introducción: a la reciente muerte de la tía del joven narrador se suma la crecida del río que arruina las cosechas y se lleva la vaca regalada a Tacha. Entre los párrafos 3 y 11 se desarrolla la acción: el proceso de desborde del río y la devastación que causa en la familia. El nudo abarca los seis párrafos siguientes, donde los padres temen que la pobreza empuje a Tacha a escapar como lo hicieron sus hermanas. A partir del párrafo 18 hasta el final se produce el desenlace: la resignación se apodera de la familia ante la posibilidad de que Tacha repita el destino de sus hermanas.

Estilo y Lenguaje

La tipología literaria y narrativa del texto se manifiesta en el predominio de las funciones referencial —presente a lo largo de la narración para relatar los sucesos— y poética —a través de recursos estilísticos que embellecen el relato—. Se encuentran símiles hiperbólicos («por su cara corren…», «bramó…», «¿por qué se le ocurriría?») y descripciones vívidas («senos que prometen… atención»).

Voz Narrativa y Personajes

Los hechos se narran en primera persona a través de un narrador-testigo, lo que otorga al relato un alto grado de verosimilitud («la semana pasada… tía», «cuando me levanté»). Este narrador, un niño cuyo nombre desconocemos, cuenta los hechos desde su perspectiva, adaptándose a su edad y conocimiento. Junto al narrador, los personajes principales, dado su protagonismo, son: el padre, la madre, la Tambora, Tacha, un hombre anónimo que aporta información sobre los hechos y el propio narrador. También se mencionan personajes ausentes, como la tía Jacinta y las dos hermanas mayores.

Análisis Léxico-Semántico y Morfosintáctico

Desde el punto de vista léxico-semántico, el texto es fácilmente comprensible. Aunque aparecen términos poco habituales en el español general («tejaban», «cobija», «chapaleo»), su presencia en el contexto no impide la comprensión. En el plano morfosintáctico, se observa una alternancia de oraciones simples y compuestas que mantienen un equilibrio en el desarrollo del relato. Se identifican construcciones coloquiales como «de esa mujer… Tambora» en lugar de «de esa mujer a la que le dicen…». Asimismo, se utiliza la construcción sintáctica comparativa hasta en diez ocasiones («comenzó a llover como nunca»), reflejando un pensamiento elemental. En consonancia con esta sencillez expresiva, y considerando el nivel textual, los conectores son en su mayoría sumativos y adversativos («y», «pero», «sin embargo»), junto con algunos temporales («entonces», «después») y espaciales («allí donde»).