Evolución y Legado de Al-Ándalus y los Reinos Cristianos en la Península Ibérica

Al-Ándalus: Evolución Política

Los musulmanes vencieron en la batalla de Guadalete (711 d.C.) al rey visigodo Rodrigo. En Al-Ándalus se formó, desde la invasión, un floreciente estado que políticamente pasó por varias etapas:

  • Emirato dependiente: Al-Ándalus se convirtió en una provincia del imperio islámico al mando de un gobernador o emir al servicio del califa de Damasco.
  • Emirato independiente: A mediados del siglo VIII, fundado por Abderramán I, de la familia Omeya, con capital en Córdoba.
  • Califato de Córdoba: Fue proclamado por Abderramán III (929 d.C.), que se convirtió en jefe político y religioso de Al-Ándalus e inauguró un periodo de esplendor.

En el 1031 se desintegrará el califato, formándose pequeños reinos de taifas. Almorávides, a finales del siglo XI, y Almohades, a finales del siglo XII, intentarán contener el avance cristiano hacia el sur hasta que en 1492 caiga ante los Reyes Católicos el reino musulmán de Granada, poniendo fin a la presencia musulmana en la Península.

Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura. El Legado Judío en la Península Ibérica

Tras la conquista, Al-Ándalus se incorporó al gran circuito económico musulmán basado en la utilización de una misma lengua, el árabe, y una misma moneda, el dinar, por lo que se produjo un gran impulso del comercio y de las ciudades. Córdoba llegó a tener 200.000 habitantes. Los musulmanes introdujeron cultivos como el arroz, la caña de azúcar y los cítricos, mejorando las técnicas de regadío.

La sociedad de Al-Ándalus era heterogénea, pues a los musulmanes, árabes y bereberes, hay que añadir los muladíes (hispanos convertidos al Islam y que constituyeron la mayoría de la población), la minoría mozárabe, que eran los cristianos que se negaron a convertirse y que por ello pagaban un tributo, al igual que los judíos.

En la cultura, los musulmanes introdujeron la ciencia griega e india. Destacando médicos como Avenzoar y filósofos como Averroes.

La llegada de los musulmanes supuso la renovación cultural de la comunidad judía sefardí. Se recuperaron los textos clásicos de la filosofía griega, en especial los de Aristóteles. También destacaron en la medicina y en la mística, con la aparición de la cábala. La expulsión de los judíos coincidirá con la caída en 1492 del Reino de Granada.

Los Reinos Cristianos: Evolución de la Conquista de la Península y Organización Política

Tras la invasión musulmana en el 711, quedaron algunos reductos que escaparon a su dominio y terminaron formando pequeños reinos entre los siglos VIII-X.

El reino de Asturias dominó la costa cantábrica hasta establecer su capital en León. En los Pirineos surgieron Navarra, Aragón y los condados catalanes.

Los grandes avances de la Reconquista se iniciaron con la desintegración del califato en el siglo XI (1031) debido a la debilidad de las taifas. León y Castilla se unieron con Alfonso VI, que conquistó Toledo en 1085. En el siglo XII, con la presencia de almorávides y almohades, la Reconquista avanzó poco hasta que Alfonso VIII de Castilla unió a los reinos cristianos que vencieron en las Navas de Tolosa (1212), tras lo cual en el siglo XIII se fue reconquistando todo el valle del Guadalquivir gracias a las campañas de Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio. En Aragón, Jaime I el Conquistador tomó Valencia y las Baleares. En el siglo XIV se produjo una crisis económica y social, pero a finales del XV los Reyes Católicos consiguieron conquistar Granada.

Con la Reconquista se consolidaron los nuevos reinos cristianos, cuyas monarquías de tipo feudal debían garantizar la paz, el orden y la justicia. Para ello se servían de los nobles y el clero, que asesoraban al rey en el Aula Regia. En 1188, en el reino de León, por primera vez se añadieron representantes del estamento popular, constituyéndose las Cortes como órgano de representación de los súbditos dividido en estamentos.

Modelos de Repoblación y Organización Estamental en los Reinos Cristianos Medievales

Hasta el siglo XI, los cristianos repoblaron hasta el río Duero. Estas tierras estaban casi despobladas y fueron ocupadas por campesinos a los que se les reconocía su propiedad mediante presura. Entre los siglos XI y XIII, los cristianos ocuparon territorios entre el Duero y el Tajo, así como Zaragoza y el sur de Cataluña, mediante fueros o cartas pueblas que concedían los reyes a las nuevas ciudades. A partir del siglo XIII, se repueblan los valles del Guadiana y Guadalquivir, así como Valencia, mediante el sistema de repartimientos, entregando el rey grandes latifundios a la nobleza y órdenes militares.

El rey premiaba a los nobles con repartimientos de tierras y con señoríos, es decir, con la administración de amplios territorios de los que a cambio obtenían rentas. Así se consolidó la sociedad estamental, en la que se pertenecía a un estamento por sangre o nacimiento, y ello determinaba el papel social. Los nobles y la iglesia no pagaban impuestos y la mayor parte de la sociedad eran campesinos sin tierras.

La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla y de Aragón y en el Reino de Navarra

En Castilla se produjo una crisis en el siglo XIV, con crisis agrarias y la peste negra (1348), la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara (1366-1369) con la victoria de Enrique, y los pogromos de judíos. En el siglo XV se producirá una recuperación demográfica.

En Aragón se produjo un fuerte crecimiento económico durante la primera mitad del siglo XIV, debido a la expansión por el Mediterráneo, ocupando Sicilia, Cerdeña y el Reino de Nápoles. En el siglo XV se producirá una grave crisis que afectó en especial a Cataluña a causa de la peste negra.

Navarra estuvo más orientada a Francia que hacia los reinos hispánicos. Hasta 1328 formó parte de la monarquía francesa. En el siglo XIV sufrió una gran crisis, debido a las malas cosechas y la peste negra. A mediados del siglo XV se produjo la guerra civil entre Juan II y su hijo Carlos de Viana, hasta la muerte de Carlos.