Evolución Histórica de España: Desde la Edad de los Metales hasta el Reinado de Fernando VII

Las Edades del Metal (III y II milenio a.C.)

El descubrimiento y uso de los metales introdujo la jerarquización en las sociedades: quien poseía metal tenía la riqueza y la fuerza. La riqueza minera del sur y este peninsular (cobre, oro, plata) y su situación estratégica como acceso al estaño (Galicia, islas Británicas) la convirtieron en foco de atracción para los pueblos más desarrollados del Mediterráneo oriental, que conocían cómo trabajar el metal pero carecían de él. A cambio de metales, ofrecían a las poblaciones indígenas cerámica, tejidos, adornos, etc. Estos colonizadores orientales promovieron la aparición de varias culturas, con poblados en alto, enterramientos de mayor envergadura para los más poderosos, etc., siendo las más destacadas:

  • La cultura megalítica (III milenio), formada por construcciones de grandes piedras (menhires, dólmenes…), con los restos más destacados en Extremadura y Andalucía. Pertenece a la Edad del Cobre.
  • En el sureste peninsular, la cultura de El Argar (Almería), perteneciente a la Edad del Bronce.
  • La cultura talayótica (I milenio) de las islas Baleares, en torno a poblados amurallados, con construcciones como la taula, el talayot y la naveta.

Íberos, Tartesios y Pueblos del Centro y Norte de la Península Ibérica

En el norte, a través de los Pirineos, irrumpió un pueblo centroeuropeo –los celtas-, que introdujeron el hierro y el rito de la incineración.

  • Por su parte, los pueblos indígenas, sucesores de las culturas prehistóricas, se vieron influidos por estos colonizadores, con los que realizaron una profunda “aculturación” o mezcla de culturas. El resultado de dicha mezcla fue la aparición de dos áreas o zonas culturalmente diferenciadas:
  1. Los íberos, que vivían en el sur y el este peninsular, se vieron influidos por los colonizadores orientales, alcanzando un mayor nivel de desarrollo. Formaban ciudades-estado, gobernadas por reyezuelos, aunque en el sur llegó a formarse un poderoso reino, el de Tartessos (tesoro del Carambolo), que alcanzó su máximo esplendor hacia el siglo VI a.C., aunque posteriormente cayó bajo dominio cartaginés.
  2. Los pueblos del centro y del oeste (celtíberos, lusitanos…) y los del norte (astures, cántabros…) se vieron influidos por los celtas, alcanzando menor desarrollo. La pobreza de tierras o su mal reparto empujaban a muchos de ellos al bandolerismo o a contratarse como mercenarios.

La Hispania Romana

  1. En el 218 a.C. llega el primer ejército romano a la península para combatir a los cartagineses en la II Guerra Púnica: fue el inicio de la conquista de España (Hispania) por Roma.
  2. La conquista tuvo una larga duración (casi dos siglos en diversas etapas) y fue muy sangrienta, con numerosas guerras contra los pueblos del interior y del norte. Finalmente, con el emperador Octavio Augusto (19 a. C.) queda pacificado todo el territorio, realizándose una división del mismo en tres provincias (Bética, Lusitania, Tarraconense) que se mantendrá hasta el siglo III d.C., cuando se amplíe con tres provincias más (Gallaecia, Cartaginense, Baleárica).
  3. La romanización de las provincias peninsulares fue muy intensa, adoptándose los modos de vida romanos como costumbres, religión, derecho, lengua, edificios civiles (teatros, anfiteatros), obras de ingeniería (calzadas, puentes, acueductos)…, sobre todo en el Levante y en la Bética. De las lenguas anteriores sobrevivió exclusivamente el vascuence, mientras que del latín proceden las actuales lenguas habladas en la península.
  4. La romanización se vio favorecida por el gran desarrollo económico (agricultura, minería, comercio) y urbano (muchas ciudades españolas tienen su origen en esta época). Los romanos convirtieron la península en una colonia de explotación de materias primas (minerales, aceite, trigo, vino) para abastecer a la metrópoli (Roma).
  5. Desde el siglo III d.C., coincidiendo con la crisis política, económica y espiritual que padece el Imperio, el cristianismo progresa, especialmente en las ciudades hispanas. Se trata de una religión monoteísta, de moral estricta, que hace hincapié en el sacrificio personal y el amor al prójimo, y con un mensaje de salvación y esperanza al creer en una vida eterna tras la muerte.

(Decadencia, en 409 Hispania invadida por pueblos germánicos, caída del Imperio Romano 476)

La Invasión Islámica. Al-Ándalus (ss. VIII-XV)

  1. En el 711, tras su victoria sobre los visigodos en la batalla de Guadalete, los musulmanes (árabes, sirios y bereberes) invaden España ocupándola toda, excepto el extremo norte (Cordillera Cantábrica y Pirineos), que no fue nunca de su interés. Fue una conquista muy rápida -4 años-, favorecida por varios factores:
    • Las luchas sucesorias al trono visigodo, al ser una monarquía electiva.
    • El interés de una parte de la nobleza hispanogoda en conservar sus tierras les llevó a pactar con los invasores, a quienes daban 1/3 de sus propiedades.
    • La falta de apoyo popular del reino visigodo (campesinos siervos, fuertes impuestos, persecución de judíos), los enfrenta a unos invasores que prometían tolerancia religiosa y reducción de impuestos.

AL-ÁNDALUS es el nombre que recibe en árabe el territorio peninsular controlado por los musulmanes (sea cual sea su extensión).

Etapas políticas de Al-Ándalus

  • Provincia o emirato dependiente del gran imperio islámico que se extendía desde la India a la península ibérica.
  • Desde mediados del siglo VIII hasta principios del siglo XI, Al-Ándalus es un Estado independiente, primero como emirato con Abderramán I, y más tarde como califato de Córdoba, desde que Abderramán III se autoproclamó jefe religioso y político (califa) del mundo musulmán. Fue el período de máximo poder militar y político en Al-Ándalus.
  • Crisis política y división en numerosos y pequeños reinos de Taifas (como los de Sevilla, Niebla, Morón, Carmona, Arcos, Córdoba, Almería, etc., y sólo en nuestra región) que favoreció la expansión hacia el sur de los territorios cristianos del norte.
  • Desde el norte de África, los musulmanes andalusíes recibieron ayuda en la lucha contra los cristianos por parte primero del Imperio Almorávide (siglo XI) y luego del Imperio Almohade (siglo XII), aunque perdiendo su independencia política y pasando a depender de los mismos.
  • Desde el siglo XIII sólo permanecerá el pequeño reino de Granada (en las provincias actuales de Málaga, Granada y Almería), que finalmente será conquistado en 1492 por los Reyes Católicos.
  1. Fue un período de gran esplendor económico, basado en una agricultura de regadío muy extendida, el desarrollo de la industria artesana y del comercio mediterráneo con Oriente. Se caracterizó asimismo por un gran desarrollo urbano -que ha dejado su impronta en el plano de numerosas ciudades y pueblos españoles- y un gran esplendor cultural.

Los judíos, por su parte, presentes en España (Sefarad) desde el siglo I, constituían una importante minoría urbana de cierto poder económico formada por comerciantes, artesanos y profesionales, aunque segregados en barrios llamados juderías.

  1. El Islam fue la religión dominante, aunque al principio coexistió con la minoría cristiana (mozárabes) y la judía. El árabe fue la lengua culta, aunque siguió usándose la lengua romance.
  2. Las principales aportaciones de Al-Ándalus fueron nuevos cultivos (arroz, caña de azúcar, naranja, algodón…), nuevos sistemas de regadío (norias, molinos de agua…), palabras procedentes del árabe, la numeración árabe, el papel, la brújula, el ajedrez, importantes monumentos (Mezquita de Córdoba, Giralda de Sevilla, Alhambra de Granada), sin olvidar la conservación de gran parte del legado clásico grecorromano gracias a las traducciones al árabe y también al hebreo.

Los Reinos Cristianos del Norte desde el Siglo VIII hasta el Siglo XIII

Los primeros siglos (ss. VIII – X)

  1. Ante el avance musulmán se crean distintos núcleos de resistencia cristianos en el norte montañoso peninsular, apenas ocupado por los musulmanes; aquí se encuentra el origen de la división política, lingüística y cultural que, en parte, se ha conservado hasta nuestros días.
  2. Fue, primero, en Asturias dónde se creó un reino tras la legendaria victoria de Covadonga (¿722?): este reino asturiano se extendió rápidamente hacia Vizcaya, Galicia y la Meseta norte (despoblada tras la invasión) aprovechando la escasa o nula presencia musulmana existente, llamándose Reino de León cuando sea esta ciudad su nueva capital. Fue el reino más poderoso y extenso entre los cristianos, y el de mayor prestigio, gracias al descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, que ocasionó peregrinaciones desde toda Europa.

La parte oriental, más expuesta a las incursiones islámicas, se conocerá como Castilla y se convertirá en un condado independiente del reino de León.

  1. En los Pirineos, los francos desde Francia crearon como una provincia fronteriza defensiva para prevenir nuevas incursiones musulmanas, será la Marca Hispánica, aunque pronto los distintos territorios que la formaron romperán vínculos con el rey franco y se independizarán formando Navarra, Aragón y el condado de Barcelona (desde el siglo IX). Debido a la abundante población musulmana asentada en el valle del Ebro (Tudela, Zaragoza, Lérida), estos Estados tuvieron una escasa expansión territorial hasta el siglo XI.

El gran avance cristiano: La Reconquista (ss. XI–XIII) (y repoblación)

  1. A partir del siglo XI (1031) desaparece el califato de Córdoba, que es sustituido por múltiples reinos (llamados de Taifas) que, enfrentados entre sí, permiten el rápido avance cristiano hacia el sur. Este proceso de avance militar y subsiguiente repoblación es conocido con el nombre de Reconquista. En las tierras ocupadas militarmente por los reinos cristianos, la mayor parte de la población de las ciudades musulmanas es expulsada y sustituida por cristianos del norte que reciben tierras y casas (repoblación).

No obstante, la Reconquista no supuso un continuo enfrentamiento durante ocho siglos entre cristianos y musulmanes: hubo periodos de paz y tolerancia, con intercambios comerciales y culturales; hubo numerosas alianzas entre musulmanes y cristianos contra otros musulmanes y cristianos.

Distinguimos 3 etapas: (aunque la Reconquista acabará con la toma de Granada en 1492 por los Reyes Católicos):

a) Siglo XI

  • Avance cristiano hacia el valle del Ebro y del Tajo, conquistando ciudades de gran importancia como Zaragoza, Tortosa, y, sobre todo, Toledo (1085). Este avance es detenido por los Almorávides procedentes del norte de África, que vienen en socorro de los musulmanes españoles.
  • El reino de León se convierte en el mayor territorio cristiano, pues ocupa la Meseta norte, aunque su parte oriental, el Condado de Castilla es, en la práctica, independiente.
  • El reino de Navarra queda encerrado entre Castilla y Aragón, terminando así su expansión. Aragoneses y catalanes ocupan el valle del Ebro, una de las áreas más pobladas de Al-Ándalus.

b) Siglo XII

  • El avance cristiano se hace lento por la llegada de los Almohades, que sustituyen a los Almorávides como defensores del Islam en la península.
  • El reino de León pierde importancia política al no poder evitar la independencia del Reino de Portugal en el oeste y la expansión de Castilla, que ahora será ya un reino y que acabará absorbiendo al propio reino leonés.
  • El reino de Aragón y el Condado de Barcelona se unen formando la Corona de Aragón: será una Unión Dinástica (por matrimonio), es decir, tendrán unos mismos reyes y una misma política de expansión militar, pero conservarán sus instituciones, leyes, monedas y lenguas propias.

c) Siglo XIII

El desplome del Imperio Almohade tras la victoria cristiana de Las Navas de Tolosa (Jaén) en 1212 va a dar la señal del gran avance cristiano hacia el sur:

  • Portugal ocupa el Alentejo y el Algarve (fin de su Reconquista).
  • Castilla y León (reinados de Fernando III y Alfonso X) ocupan el valle del Guadalquivir (Córdoba, Jaén y finalmente Sevilla en 1248) y el reino de Murcia.
  • La Corona de Aragón (en el reinado de Jaime I) ocupa el reino de Valencia y de Mallorca (fin de su Reconquista).
  • La presencia musulmana se reduce al Reino de Granada.

Economía, Sociedad, Organización Política y Cultura en los Reinos Cristianos

  1. Economía. Si en los primeros siglos predomina una agricultura y ganadería de autoconsumo, de bajos rendimientos, a partir del siglo XI se produjo un aumento de la población y de la producción agrícola y ganadera lanar (ésta en Castilla) que favorecieron el crecimiento de las ciudades y con ellas la especialización de los oficios artesanales y del comercio tanto local (mercados semanales, ferias anuales) como exterior, destacando el comercio catalán y los ejes Burgos-puertos del Cantábrico y Sevilla.
  2. En la sociedad cristiana, siguiendo el esquema de la Europa de entonces, una minoría de nobles laicos y eclesiásticos ejerce su dominio sobre una gran masa de población jurídicamente libre (artesanos, comerciantes…) o semilibre (campesinos dependientes). Lo que distingue a la sociedad peninsular es la existencia de dos minorías étnico-religiosas: la musulmana o mudéjar (campesinos y artesanos de escaso relieve) y la judía, que vive en las ciudades y se dedica al comercio, la medicina, la artesanía de lujo, al préstamo e incluso a recaudar impuestos.
  3. La organización política de los reinos cristianos era bastante similar: a la cabeza del Estado un rey que transmite el poder de manera hereditaria, que era jefe del ejército y juez supremo, asesorado por personas de confianza de origen normalmente noble o eclesiástico (el Consejo Real o Curia) y con delegados para gobernar los territorios de su patrimonio. Otra institución destacable son las Cortes, surgida en el siglo XII y formada por representantes de la nobleza, del clero y de ciertas ciudades (burgueses), que aprobaban los impuestos solicitados por el monarca a cambio de concesiones de éste.

No obstante, la autoridad real se ve muy mermada por el poder que localmente ejercen los nobles en las tierras sobre las que tienen el señorío territorial (derecho a tener dichas tierras) y/o jurisdiccional (derecho a gobernarlas)

La diferencia principal era que en la Corona de Castilla los límites legales a la autoridad del rey eran menores, mientras que en la Corona de Aragón existían leyes e instituciones que limitaban el poder del monarca (monarquía pactista).

  1. En el ámbito cultural, hay que destacar: el nacimiento de las lenguas romances, derivadas del latín vulgar (castellano, gallego, catalán, portugués…); la poderosa influencia de la Iglesia en la educación y las costumbres; el papel jugado por el Camino de Santiago en la propagación de la cultura europea (cantares de gesta, arte románico, arte gótico…); y la importancia de las escuelas de traductores en la propagación del saber greco-oriental hacia el mundo cristiano occidental.

Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media (ss. XIV y XV)

  1. Al igual que en Europa occidental, la sociedad medieval peninsular conoció una profunda crisis demográfica (Peste Negra, 1348), que originó una crisis económica y social considerable.
  2. Castilla fue el reino que tuvo una pronta recuperación y en el siglo XV tendrá ya un gran desarrollo ganadero (ovejas), comercial (exportación de lana y hierro), e industrial (paños de lana). Políticamente se produce un progresivo aumento del poder del monarca frente a la nobleza, aunque con numerosos enfrentamientos. Por otra parte, al conquistar Tarifa y posteriormente Algeciras, reabren el estrecho de Gibraltar al comercio cristiano e inician un importante comercio con los italianos de Génova.
  3. En la Corona de Aragón y en Navarra, la crisis demográfica y económica fue más profunda y de más larga duración, especialmente en Cataluña (Valencia sustituye a Barcelona como principal centro urbano y comercial del reino). Políticamente, los reyes aragoneses, lanzados a la conquista de territorios italianos (Sicilia, Cerdeña, Nápoles), necesitados de dinero y barcos, tuvieron que pactar con la nobleza y la poderosa burguesía de Barcelona a cambio de aumentar sus poderes frente al monarca: nació así la Generalidad (extendida después a Valencia y Aragón), que constituía una representación permanente de las Cortes catalanas para vigilar el cumplimiento de los acuerdos adoptados en aquéllas.
  4. Portugal tuvo en el s. XV su época dorada con la expansión por el Atlántico (Ceuta, Madeira, Azores) y la exploración de la costa occidental de África para abrir una ruta comercial oceánica con la India.
  5. El reino nazarí de Granada, tributario de Castilla, superpoblada por los refugiados andalusíes del Guadalquivir, conoció una época de prosperidad comercial e industrial (seda).

Descubrimiento de América, su Conquista y su Organización

  1. A finales del siglo XV, Castilla y Portugal rivalizaban por encontrar una ruta hacia las Indias (Asia, de donde procedían las carísimas especias) a través del Atlántico, ya que la vía tradicional por el Mediterráneo se hallaba amenazada por los turcos (otomanos).

En estas circunstancias, y una vez terminada la conquista de Granada, los Reyes Católicos apoyaron el proyecto del marino genovés Cristóbal Colón, que pretendía llegar a Asia navegando por el Atlántico hacia el oeste (Colón aceptaba que la Tierra era redonda, aunque pensaba que la circunferencia terrestre era más pequeña). La expedición salió de Palos de la Frontera y, tras una travesía más larga de la esperada, llegaron a la isla de Guanahaní, en el archipiélago de las Bahamas, el 12 de octubre de 1492.

  1. Se inició entonces un proceso de exploración y conquista que amplió el dominio español:
    • Núñez de Balboa atravesó el istmo de Panamá y llegó al océano Pacífico, confirmando que se trataba de un nuevo continente distinto a Asia y que adoptaría el nombre de América.
    • Hernán Cortés realizó la conquista y destrucción del Imperio azteca (en México), apoderándose de sus riquezas. Fue clave las desavenencias entre los indígenas aprovechada por los españoles.
    • En un proceso similar, Francisco Pizarro y Diego de Almagro conquistaron la zona andina entre Perú, Ecuador y Bolivia, pertenecientes al Imperio inca.
  2. Los nuevos territorios fueron incorporados a Castilla, donde se hallaba el Consejo de Indias como máximo órgano de gobierno de dichos territorios. En el nuevo continente, se crearon en principio dos virreinatos, el de Nueva España (que abarcaba toda Centroamérica) y el de Perú: los virreyes representaban al rey y dirigían la administración, el ejército y la justicia.
  3. Los recursos económicos americanos se convirtieron en una fuente de ingresos esencial para la monarquía española.
    • Las explotaciones mineras, especialmente de plata, se hallaban en Perú y Bolivia (minas del Potosí) y en México. La propiedad de las minas era del rey, que concedía su explotación a cambio de un quinto (20%) de la producción. Se empleaba en ellas mano de obra indígena mediante el sistema de la mita (trabajo obligatorio y rotatorio, a cambio de un salario).
    • El comercio se efectuaba en régimen de monopolio desde Sevilla (único puerto de entrada y salida de productos), donde estaba la Casa de Contratación.
    • La explotación agropecuaria adquirió formas variadas, destacando por un lado la plantación (cultivos tropicales para la exportación: caña de azúcar, tabaco, plantas tintóreas…) y por otro la hacienda (cereales y ganado para el consumo americano). Para obtener mano de obra se empleó el sistema de la encomienda, por la cual un grupo de indígenas era entregado a un colonizador a cambio de su evangelización y protección.
  4. Durante el siglo XVI, las duras condiciones de trabajo y sobre todo las epidemias introducidas por los españoles (viruela, sarampión…), para las que los indígenas no tenían resistencia inmunológica, provocaron una enorme mortandad: ello obligó a recurrir a esclavos africanos, cuyo tráfico hacia América creció en el siglo XVII. Los abusos que generó la explotación de los nativos fueron denunciados por misioneros como el sevillano Fray Bartolomé de las Casas.

El Imperio Español bajo los Austrias (siglos XVI-XVII)

Con la llegada a España de Carlos I (su madre Juana, hija de los RR.CC., incapacitada para reinar) se inicia una nueva dinastía (la casa de Austria o de Habsburgo) que no sólo reinará en España si no que lo hará también en múltiples territorios de Europa, América, Asia y África, constituyendo el primer gran imperio de la época moderna.

  1. La formación del imperio español en Europa fue casual, derivada de las distintas herencias territoriales que el rey Carlos I había recibido. La política matrimonial de los RR.CC. nunca había pretendido formar un gran imperio en Europa, solamente aislar a su principal enemigo, Francia, y la unificación con Portugal. Carlos I heredó…:
    • De su madre Juana “la loca”: el reino de Castilla y las nuevas tierras descubiertas y que se conquistaban en América, los reinos de Navarra y de Aragón, más las posesiones italianas (Sicilia, Cerdeña y Nápoles).
    • De su padre Felipe “el Hermoso”: los Países Bajos, Flandes, Luxemburgo, el Franco Condado y Austria, así como los derechos para ser coronado emperador de Alemania (cosa que consigue en 1530 pasando a ser conocido como Carlos I de España y V de Alemania).
  2. Evolución de la dinastía de los Austrias (los Habsburgo españoles):
    • En el siglo XVI reinaron Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598). Es en este siglo cuando se produce el período de máximo esplendor político de la monarquía española, y en concreto en 1580 cuando Felipe II es proclamado rey de Portugal, unificándose la península y añadiéndose al imperio los territorios que los portugueses poseían en América (Brasil), África y Asia. (Austrias mayores).
    • En el siglo XVII reinaron Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700). En este siglo, el imperio entrará paulatinamente en decadencia debido a las numerosas guerras que ha de librar para conservar su hegemonía en Europa frente a Francia, que finalmente se alzará triunfante con Luis XIV. (Austrias menores).
  3. Los principales objetivos políticos de los Austrias, fueron:
    1. Conservar todos los territorios heredados por Carlos I, a pesar de su diversidad y dispersión geográfica.
    2. La defensa de la fe católica, al ser el país más poderoso de Europa:
      • Frente al Islam enfrentándose a los turcos y a los berberiscos (piratería en el Mediterráneo)
      • Frente a la Reforma protestante, con guerras de religión en Alemania (Guerra de los Treinta Años, 1618-1648); y en los Países Bajos, que se independizarán del imperio tras un largo enfrentamiento (1568-1648)
  4. Los principales Estados rivales de la hegemonía política española fueron:
    • Francia, cercada por los territorios españoles que le impedían su expansión territorial y que finalmente se alzó victoriosa en este largo enfrentamiento.
    • Inglaterra, por la rivalidad comercial y colonial en América. (potencia marítima)
    • El Imperio turco, principal potencia musulmana que apoyaba a los piratas berberiscos del norte de África y que extendía sus territorios por Centroeuropa hasta la misma Viena.
  5. Las consecuencias de la política hegemónica de los Austrias fueron:
    1. Decadencia económica y demográfica del reino de Castilla al ser el principal valedor de esa política imperial, por ser el más poblado y rico, y por poseer allí el monarca mayor poder que en los demás reinos.
    2. Las riquezas obtenidas en las colonias americanas se destinaron a sufragar las guerras y a obtener productos manufacturados en Europa, que a la larga fue la más favorecida por la llegada de esas grandes cantidades de oro y plata americanos (Inglaterra, Holanda, Francia).
    3. La ruptura de la unidad peninsular: Portugal se independizó en la época más crítica del imperio (1640), y Cataluña intentó romper vínculos con la monarquía cuando se le solicitó una mayor participación en los gastos militares del imperio.

Introducción

  ¿Qué entendemos por Antiguo Régimen? El Antiguo Régimen es una expresión que se utilizó por vez primera durante la Revolución Francesa y que designaba al sistema político-social existente en Europa durante los siglos XVII y XVIII, caracterizado por una economía de predominio agrario, una sociedad estamental heredera del mundo feudal, y unos Estados de tipo absolutista, en los que todo el poder se concentraba en la figura del monarca.

POBLACIÓN Y ECONOMÍA ESPAÑOLA DEL  S. XVIII

a)  Hacia 1715 la población española rondaría los 7 o 7.5 millones de habitantes, mientras que a finales de siglo se alcanzaría algo más de 11 millones, fue por tanto el siglo XVIII un período de crecimiento demográfico aunque no fue igual para todas las regiones: el incremento fue mayor para Cataluña y Levante, así como para la cornisa cantábrica, Galicia y Andalucía, mientras que el interior presentaba un crecimiento menor; es a partir de este periodo cuando la población peninsular tiende a concentrarse en las regiones costeras y el interior va perdiendo peso demográfico y económico a excepción de Madrid.  Este crecimiento demográfico se debió a la disminución de las mortalidades catastróficas(hambres y epidemias), sobre todo a la retirada de la peste, aunque la mortalidad siguió siendo muy alta (38%º )y ligeramente inferior a la también muy alta natalidad (42%º). La existencia de un elevado número de hijos se explica porque la mayoría de ellos no llegaban a la pubertad y porque su trabajo era una ayuda a la economía familiar.

b)  La agricultura era el sector económico fundamental en esta época. De él vivía la mayoría de la población y de él se obtenían casi todas las rentas de la nobleza y el clero. Era en buena parte una agricultura de subsistencia* y técnicamente muy atrasada con predominio del secano* y un uso generalizado del barbecho*. Consecuencia de esta situación de atraso eran las frecuentes crisis de subsistencia, o hambrunas,  originadas por cualquier mala situación climatológica que ocasionaba una mala cosecha, con la consiguiente subida de precios y el hambre.  Predominaban los cereales (sobre todo el trigo), la vid y el olivo; a destacar la introducción de cultivos americanos, el maíz y la patata que enriquecieron la pobre agricultura del norte húmedo peninsular.

 En cuanto a la ganadería, destacaba la cabaña ovina* (lana), sobre todo en Castilla, dedicándose una gran cantidad de tierras para pastos, en perjuicio de los cultivos, y  controlada por la Mesta*.

 La causa del atraso agrícola español se encontraba;

1. En el desigual reparto de la propiedad agraria, herencia de la Reconquista* (repoblaciones realizadas con distribución de tierras en función de la ayuda prestada al monarca).Los propietarios de la tierra eran una minoría, una parte correspondía a la Iglesia y otra, casi la mitad de las tierras de cultivo, a la nobleza. La mayoría de los campesinos eran aparceros, arrendatarios y jornaleros.

2. La propiedad de la tierra no era libre, la mayor parte de los propietarios no podían vender sus tierras porque la propiedad estaba vinculada, es decir, que podían disfrutar de los beneficios económicos pero no podían venderlas al pertenecer a la familia o a una institución; no se podía hacer mejoras con la venta de una parte de las tierras y no podían comprarlas los comerciantes o los ricos labradores que intentarían sacar un mayor provecho por el gasto realizado en la compra.

 3. El resultado principal de todo esto es que había una poderosa clase de rentistas que casi nunca invertía en mejorar la producción; se derrochaba en lujos de la vida cortesana o, por otro lado, en obras de caridad que producían un estancamiento económico.

c)  La industria era completamente artesanal y apenas empleaba a unos 200.000 trabajadores; se caracterizaba por su dispersión geográfica(repartida por todo el país),  por el control que sobre ella realizaban los gremios* y  por su atraso técnico. Lo más característico de este período fue la aparición de las manufacturas (primeras grandes fábricas aunque de carácter artesanal) tanto de iniciativa privada como estatal. Entre las industrias privadas destacaban la industria textil de algodón (las indianas) que tendría desarrollo en Cataluña, más en Barcelona, y que tenía como destino la exportación a las colonias americanas(ya que el consumo interno del país era mínimo);se superaron las 100 fábricas a finales de siglo; también destacó la industria sedera valenciana y la forja de hierro y la fabricación de armas en las provincias vascas.

d)   El comercio exterior llegó a tener gran importancia y se realizaba con las colonias americanas, que solo podían comerciar con España, aunque la mayoría eran mercancías extranjeras. A principios de siglo este comercio estaba aún monopolizado por Sevilla, aunque por problemas de navegabilidad del Guadalquivir pasaría a Cádiz.

El comercio interior era casi inexistente, debido al ínfimo poder de consumo de la población, solo el practicado con Madrid era importante, además las comunicaciones eran pésimas y solo a mediados de siglo se intentó crear una red de carreteras que comunicara Madrid con las regiones costeras.


LA SOCIEDAD DEL SIGLO XVIII

a)   Era una sociedad estamental: La sociedad de aquella época se basaba en el nacimiento, la tradición, la riqueza y existía una jerarquía social muy rígida basada en el privilegio, o sea, la posesión de una serie de preeminencias legales por parte de los dos grupos dirigentes de la sociedad, el clero y la nobleza, frente al resto de la población, o Tercer Estado, que carecía de ellos.

b) Principales privilegios:

1) Los privilegiados tenían tribunales y leyes distintos al resto de la población, siendo las penas de los delitos de diferente dureza según la importancia social del individuo.

 2) Ocupaban los principales cargos del Estado (en el ejército solo accedían al grado de oficial los nobles) y tenían preferencia en los actos públicos.

3) La exención de impuestos.

4) Los más poderosos tenían poder jurisdiccional, que significa la sustitución del monarca por el señor noble o eclesiástico en muchos territorios para las  funciones de justicia y de orden, recibiendo además los impuestos por dicha labor.

c) Principales grupos sociales de la nobleza y el clero:

1) La nobleza presentaba enormes diferencias económicas entre los Títulos (119 Grandes de España y 535 títulos nobiliarios) y el resto de dignidades de segundo orden, así como

con los miles de hidalgos, muy abundantes en el tercio norte peninsular. Su poder económico se basaba en la propiedad de la tierra y en  los inmuebles urbanos; en los beneficios que producían los derechos jurisdiccionales (tasas, peajes, impuestos, prestaciones de trabajo, etc.), y por el monopolio de los cargos públicos (además estaban exentos de pagar impuestos)

2) El clero: (en torno a los 150.000) Detentaban un gran número de privilegios, como unos tribunales eclesiásticos (no podían ser detenidos por los alguaciles ni éstos podían entrar en las iglesias sin autorización). Además tenían también exención fiscal y disfrutaban de privilegios formales como un tratamiento especial y la precedencia en los actos públicos. Existían enormes diferencias económicas y culturales entre el bajo clero (párrocos y monjes, de extracción campesina en general) y el alto clero (obispos, abades, generalmente eran segundones de la nobleza o burgueses); estos últimos llevaban un tren de vida ostentoso similar al de la nobleza, mientras que la vida del bajo clero no se diferenciaba de la de un campesino.

d) Los grupos sociales no privilegiados: (Tercer estado)

 1) El campesinado, representa la mayor parte de la población del país, siendo el principal contribuyente. Se puede distinguir entre el propietario libre (mayoritario en la mitad norte del país), el aparcero* y arrendatario* de tierras, y los jornaleros (más numerosos en la mitad sur). La situación general era de subsistencia dependiendo siempre de las cosechas de cada año, eran pobres y analfabetos, aunque no faltaban campesinos ricos. La iglesia tenía una gran influencia sobre ellos, ya que el púlpito*era su única fuente de información.

2) La población urbana presentaba una gran variedad y sólo les unía su condición de plebeyos* (no tenían privilegios). Estaban:

a) Los artesanos, agrupados en gremios de oficios (instituciones de origen medieval que controlaba la producción y la competencia entre lo mismos)y constituidos por maestros, oficiales y aprendices.

 b) Los burgueses (comerciantes, armadores*, banqueros, fabricantes, profesiones liberales*),era un núcleo reducido de población acomodada, con algunas familias muy ricas, más numerosos en las ciudades costeras y en general estaban descontentos con la sociedad del Antiguo Régimen que limitaba su ascenso social (la única forma era conseguir un título mediante matrimonio o por nombramiento real).

c) Los trabajadores eran en su mayoría criados, empleados de tiendas y obreros de manufacturas y, en general, tenían ideas similares a la de sus señores y patronos.

3) Había también un numeroso grupo de población marginal,

a) Los gitanos, presentes en nuestro país desde antes de los Reyes Católicos y que pronto serán perseguidos por su carácter nómada y la tenencia de leyes, lengua y costumbres distintos, se pretendió, sin éxito, asimilarlos por la fuerza al resto de la sociedad. 

b) los mendigos, enfermos, tullidos, que vivían de la caridad, delincuentes…


El reinado de Felipe V.   (desde 1700 hasta 1746)

Felipe V estableció medidas uniformizadoras y centralizadoras, que seguían el modelo francés:

a) Mediante los Decretos de Nueva Planta, se impusieron las leyes y organismos de Castilla (Cortes, Consejo de Castilla, corregidores…) en los reinos de la Corona de Aragón, que habían apoyado al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión. Por ello, Navarra y las provincias vascas, fieles a Felipe V, conservaron sus fueros.

b) La centralización administrativa territorial se consiguió mediante la división en provincias del territorio español, cuyo gobierno recaía en un Capitán General (autoridad política y militar), una Audiencia (Tribunal de Justicia) y un Intendente (administrador de la Hacienda e impulsor de la economía provincial).

c) La administración central fue reorganizada, creándose las “secretarías de despacho”, antecedentes de los actuales ministerios. Los más importantes eran: Estado (política exterior), Hacienda. Marina, Guerra y Justicia. Los secretarios eran nombrados por el Rey.

● Por otra parte, Felipe V puso en práctica una política regalista para controlar a la Iglesia, rasgo también común del absolutismo. Así, va a firmar un Concordato que permitirá al monarca nombrar determinados cargos eclesiásticos y recaudar las rentas de las sedes obispales vacantes.


El reinado de Carlos III.  (desde 1759 hasta 1788)

Carlos III es el prototipo de monarca ilustrado en España. Ya era rey de Nápoles y a su llegada a España se encontró con el Motín de Esquilache, un levantamiento popular que catalizó el descontento por la carestía, la falta de alimentos… y la oposición de los grupos privilegiados a las reformas. De todas maneras el monarca reemprendió pronto su programa reformista, con ayuda de ministros como Campomanes, Floridablanca, Jovellanos, o el mismo Olavide, superintendente de Andalucía.

• Continuando con el regalismo, decretó la expulsión de los jesuitas en 1767, acusados de ser los instigadores del Motín de Esquilache, lo que supuso la confiscación de todos sus bienes.

• Estableció el servicio militar obligatorio con el sistema de quintas.

Se renovaron los planes de estudios universitarios, incorporándose el estudio de las ciencias “modernas”, como matemáticas, física experimental, ingeniería…

Dignificó el trabajo, al declararse honestas todas las profesiones.

• En la agricultura, se promovieron repoblaciones -como la que hizo Olavide en Sierra Morena- e incluso se llevaron a cabo desamortizaciones de algunas tierras comunales.

• Se construyeron manufacturas estatales (Reales Fábricas), con el propósito de contribuir al fomento de la industria en España, especialmente de productos de lujo y suministros militares: Ejemplos: Cristalería de La Granja, Fábrica de Tabacos de Sevilla

• Se adoptaron medidas para fomentar el comercio interior: creación de carreteras, canales y puertos, y eliminación de aduanas (entre la Corona de Aragón y la de Castilla, salvo para Navarra y las Vascongadas*).

•…y el comercio exterior: se suprimió el sistema de flotas (los barcos podían salir de Cádiz cuando quisieran, sin necesidad de que se formara una flota), y se crearon Compañías Comerciales, a las que se da el monopolio del comercio con algún lugar o producto. El fracaso de estas Compañías (debido sobre todo al contrabando) condujo a la liberalización del comercio americano, autorizándose a muchos puertos españoles a comerciar con América (1778); fue el fin del monopolio de Cádiz, si bien los colonos americanos sólo podían comerciar con España.

• Apoyo a la creación de Sociedades Económicas de Amigos del País, para fomentar la agricultura, el comercio y la industria a nivel provincial.

● El reinado de Carlos IV se vio pronto condicionado por la Revolución Francesa, que procuraba imponer en España un régimen nuevo, de carácter liberal. Significó prácticamente el fin de las reformas.


LAS RELACIONES HISPANOFRANCESAS ENTRE 1793 Y 1808: DE LA GUERRA DE CONVENCIÓN AL ESTALLIDO DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA, PASANDO POR EL MOTIN DE ARANJUEZ Y LAS ABDICACIONES DE BAYONA.

1.- CONTEXTO INTERNACIONAL,  Los comienzos del siglo XIX en Europa en el ámbito político, son un momento de transición entre el Antiguo y el Nuevo Régimen. Recordemos, ha tenido lugar la Revolución Francesa (1789), lo que ha supuesto la primera implantación de un régimen político liberal en el continente europeo; Napoleón ha recibido el nombramiento de emperador en 1804, y su política exterior, muy agresiva, se destina a conquistar Europa implantando en ella regímenes liberales. (Recordemos que en casi todos los países europeos en este momento hay monarquías absolutas). La expansión napoleónica por Europa es muy exitosa, puesto que en muchos países cuenta con el apoyo de una buena parte de la población, que espera más o menos ansiosamente el cambio de régimen. No olvidemos que el gran enemigo del emperador es Gran Bretaña, dueña del dominio marítimo y empeñada en no encontrar ningún competidor en el terreno continental. Su “aliada del alma” será Portugal, que le proporcionará un apoyo importante desde su costa atlántica. España por su parte, ha sido aliada tradicional de Francia, aunque en estos momentos esta alianza no pasa por su mejor momento.  

2.- CONTEXTO NACIONAL.- PRECEDENTES    (política exterior)

Reina en España en estos momentos el Borbón Carlos IV, quien lo hace de una manera absoluta. Aliado tradicional de Francia como decimos, donde reina su primo Luis XVI, Carlos asiste horrorizado al estallido de la revolución primero, y a la decapitación de Luis más tarde. Cierre de fronteras, aislamiento, ruptura de relaciones…. y más tarde declaración de guerra; la misma reacción que el resto de potencias absolutas europeas. Es la Guerra de la Convención (1793 – 95) , en la que, después de unos primeros momentos de éxito, comenzamos a perder posiciones ante el imparable ejército revolucionario y popular francés, situación que nos conduce a firmar la Paz de Basilea (1795), seguida en 1797 del Tratado de San Ildefonso,  que nos devuelve la amistad con Francia y, en consecuencia, la tradicional enemistad con Gran Bretaña y con su tradicional aliada, Portugal. Ambos re_aliados, es decir, Francia y España, tienen serias prevenciones frente a Gran Bretaña: en Francia, Napoleón ha sido incapaz de ocuparla, por lo que se plantea someterla a un “Bloqueo continental”  (comercial); y en España, tememos un aliento británico a nuestras colonias americanas, que en breve reclamarán su independencia. Diversos enfrentamientos con ellos nos hacen sufrir reveses importantes, de entre los que cabe destacar la batalla del cabo de San Vicente, o la de Trafalgar de 1805. Era ya por entonces primer ministro de Carlos IV el odiado Manuel Godoy, “íntimo” de la caprichosa reina, Mª Luisa de Parma. Bajo su mandato, España seguía sumida en una crisis económica de carácter financiero (es decir, falta de numerario (falta de dinero) , del estilo de las que experimentaban los países sometidos al Antiguo Régimen, que se veía motivada por el hecho de que sólo pagaban impuestos los miembros del Tercer Estado, y que Godoy intentó  amortiguar poniendo a la venta en pública subasta una séptima parte de las propiedades eclesiásticas (“Desamortización de Godoy”) .    

No olvidemos igualmente, que los privilegios de nobleza y clero estaban cada vez más contestados por la difusión de las ideas ilustradas, presentes también en España, donde podíamos encontrar en aquellos momentos (desde el punto de vista ideológico), varios grupos de opinión: ilustrados o reformistas , partidarios de mantener el Antiguo Régimen aunque con “reformas”, nunca cambios profundos; antiilustrados o inmovilistas , y liberales o revolucionarios , partidarios de introducir el liberalismo político. 

 Es el mismo Godoy quien firma con Francia el Tratado de Fontainebleau (1807), en el que se estipula que ambos aliados conquistarán Portugal y se la repartirán, tanto la metrópoli como sus extensas y atractivas colonias en ultramar.

Para ello, Napoleón manda abundantes tropas a España, tantas, que da la impresión de que estamos siendo invadidos. Godoy propone a la familia real el traslado a Sevilla y Cádiz para después huir a nuestras colonias en América. La Corte, un sector de la nobleza, enemigos de Godoy y partidarios de sustituir al rey por su hijo Fernando VII, organizan un motín sólo aparentemente popular (en realidad preparado, como decimos): El motín de Aranjuez de marzo de 1808, que provocó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo, Fernando VII, que asumía el trono el 19 de marzo de 1808 con el beneplácito de Napoleón.

 Las abdicaciones de Bayona

 Napoleón no reconoció, sin embargo a Fernando VII.

Las tropas francesas entraban mientras tanto en Madrid al mando del general Murat, momento que aprovecha Napoleón para convocar a padre e hijo en la ciudad fronteriza de Bayona, donde los forzó a abdicar a favor de su hermano, José I, que se convierte así, en rey de España.

 Convocó asimismo a continuación, y allí en Bayona, una Asamblea de Notables que aprobó una especie de Constitución, el llamado Estatuto de Bayona que, a pesar de mantener casi todo el poder en manos del rey, pretendía dar un tinte liberal al régimen político. Se trata de una Carta Otorgada. Partidario de modernizar este país, puso en marcha un programa reformista con el que pretendía liquidar definitivamente el Antiguo Régimen. Entre sus medidas destacan la abolición del Régimen Señorial, la desamortización de tierras de la Iglesia y la desvinculación de mayorazgos y tierras de manos muertas.  Sin embargo, a ojos de la población española, José I era un rey ilegítimo. Además, la violenta actuación de las tropas francesas terminó poniendo a la mayoría de la población en su contra. 

 Nunca se llegó a poner en práctica este programa porque comenzó

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. y los Decretos

 Estas Cortes suponen el fin jurídico y político del Antiguo Régimen, y el inicio del sistema político liberal.  El proceso es el siguiente:

En enero de 1810 de disuelve la Junta Suprema Central.

Mientras, se mantiene una Regencia de 5 miembros dejada a su marcha por Fernando VII y se organiza una consulta al país por medio de ayuntamientos y Juntas Provinciales, para ver qué medidas reformistas debían adoptar las Cortes.

El desastroso gobierno de Carlos IV hizo que la opinión más extendida fuera la necesidad de restringir los poderes absolutos del monarca.

Dificultad para elegir diputados, para llegar a Cádiz, más el ambiente liberal de la ciudad, influyen en la “opinión” de la cámara.  

Las Cortes se reúnen en 1810 en la Isla de León, actual San Fernando: comienza ganando el sector liberal, al hacerse con una única cámara, y reconociéndose la soberanía nacional.

Estas Cortes elaboran LA CONSTITUCION:  La Pepa. Contiene una Declaración de Derechos del Ciudadano: libertad, igualdad, propiedad; se introduce el término “ nación ”, entendiendo como tal el conjunto de ciudadanos de ambos hemisferios: península y colonias americanas. Artículos que tratan sobre la estructura del Estado: Poder legislativo: unicameral, sufragio universal, masculino e indirecto, diputados por 2 años, e inviolables en sus funciones. Ejecutivo: puede vetar las leyes por 2 años y está sujeto al refrendo de los ministros, que tenían responsabilidad penal. Judicial, reside en tribunales. Otros artículos: planteaban la reforma de la Hacienda y los impuestos, la creación de un ejército nacional, y la implantación de una enseñanza primaria pública y obligatoria. El territorio quedaba  dividido en provincias y diputaciones, los ayuntamientos serían electivos. Creación de la Milicia Nacional, cuerpo de ejército al que se pertenecería de manera voluntaria: pensado por tanto para que defendiera la nueva España constitucional. Estado CONFESIONAL CATÓLICO (apostólico y Romano).

Además de la Constitución, las Cortes producen los DECRETOS, cuyo objetivo era terminar con el Antiguo Régimen y crear el estado liberal; mediante esos Decretos, las Cortes de Cádiz pretendieron modernizar el país y poder aplicar la Constitución. Los más destacados:

 Supresión señoríos jurisdiccionales y respeto de los territoriales (son propietarios), que pasan a ser propiedad de los señores. Los campesinos no serán dueños de las tierras.  Los señores pierden su capacidad de juzgar y de “gobernar” sus tierras.

Eliminación de mayorazgos.

Desamortización tierras comunales.

Abolición Inquisición.

Libertad de imprenta, aunque controlada por la iglesia en lo tocante a lo religioso.

Fin de los gremios.

Libertad de trabajo, frente a “encomendación” : debían aparecer los “contratos” de trabajo.

Unificación del mercado.

La sociedad española no participaba, ni mucho menos, de esas ideas. Los diputados gaditanos, no lo olvidemos, habían redactado esta Constitución y estos Decretos, en un país en guerra, y en una ciudad bastante aislada de lo que ocurría en el resto del país.

 Al terminar la guerra, (1814), una vez firmada la Paz de Valençay, vuelve el rey Fernando VII, pero no firma la Constitución; por lo tanto no entra en vigor, y España vuelve a ser un país absolutista.


 El reinado de FERNANDO VII   (1814-1833)

Apoyado por el Manifiesto de los Persas, firmado por 69 diputados absolutistas, y presentado al monarca bajo la voz de “¡Vivan las caenas!”, restaura de nuevo el absolutismo, en un contexto internacional favorable. (Vencido también Napoleón, el Congreso de Viena de 1814  devuelve  a  sus  tronos  a  los  monarcas  absolutos  destronados  por  las  armas napoleónicas).

Se abre así el llamado SEXENIO ABSOLUTO entre 1814 y 1820. Fernando VII anula toda la obra  legislativa de las Cortes de Cádiz y reprime durísimamente a los liberales.

 La ruina general del país se acentúa tras la guerra, incluida la quiebra financiera del Estado y la pérdida del mercado colonial (que los ingleses iban poco a poco dominando).

Sólo la eliminación de los privilegios económicos de la nobleza y  el clero hubiesen podido solucionar el problema, pero dichos grupos se negaban a perderlos,  recibiendo además el apoyo del propio rey.

●  Frente a esta situación, se produjo la reorganización clandestina de los liberales (en sociedades  secretas = masonería), que obtuvieron apoyo entre los oficiales del ejército, muy descontentos por  varios motivos (retraso en las pagas, el escaso reconocimiento a los guerrilleros, la guerra en las colonias).

Nada de extraño que desde 1814 se produjeran pronunciamientos, es decir, golpes militares locales que proclamaban otra vez vigente la Constitución de Cádiz, pues consideraban al liberalismo la única opción política que podía salvar al país: una vez rebelados, esperaban a que en otros puntos de España se alzaran también otros militares contra el absolutismo, así como el apoyo de las ciudades. Después de varios fracasos, en 1820 triunfa en Las Cabezas de San Juan, el protagonizado por Rafael Riego, iniciando así un nuevo período liberal en la historia de España.


Entramos en ese momento en el llamado TRIENIO LIBERAL, 1820- 1823, caracterizado por:

 a)  Una abundante legislación encaminada a eliminar privilegios (régimen señorial, mayorazgo) y  crear, entre otras, una Contribución Territorial Única para así mejorar la maltrecha Hacienda del Estado. La Inquisición fue abolida de nuevo.

 b)  La actitud involucionista del rey, contrario a la política liberal y a las medidas antieclesiásticas. 

 c)  La inestabilidad gubernamental producida por los propios liberales al dividirse en moderados y exaltados:

   Los moderados eran partidarios de realizar las reformas con prudencia y de llegar a acuerdos con el rey, la nobleza y el clero. Rechazaban la participación política de las clases populares.  Por ello  estaban a favor de un gobierno fuerte, sufragio censitario, Cortes bicamerales y libertad de prensa limitada.

  Los exaltados eran partidarios de acelerar las reformas y de satisfacer los intereses de amplias capas populares, aunque hubiera que enfrentarse a rey, nobleza y clero (eran anticlericales). Estaban a favor de un Gobierno controlado por las Cortes, sufragio universal, Cortes unicamerales y amplia libertad de prensa.

 d) Las algaradas callejeras de los liberales más radicales y los levantamientos en el norte de los absolutistas (que formaron una Regencia en Urgel, que decía gobernar en nombre del monarca, a quien consideraban prisionero del gobierno).

Pero lo que dio la puntilla al régimen constitucional fue la intervención en nuestro país de las potencias absolutistas, unidas en la Santa Alianza, para restaurar el absolutismo. De este modo se envió un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, que con  el  apoyo  de  los  absolutistas  españoles, y sin oposición popular, entraron en España y finalmente “liberaron” al monarca… de esta forma se volvió otra vez al absolutismo.


 La década ominosa (1823-1833)

 Se caracterizó por el retorno al absolutismo y la consiguiente represión hacia los liberales:

1)   Lo primero que hizo Fernando VII al recuperar sus poderes fue la anulación de toda la legislación del Trienio y la abolición de la Constitución. 

2)   Después siguieron las medidas represivas persiguiéndose a los liberales en todas partes

– se crearon Juntas de Purificación para depurar a todos los funcionarios y profesores de tendencia liberal.

–  se crearon los Voluntarios Realistas, milicias cuya misión era defender el absolutismo.

La Inquisición, que había sido abolida, ya no volvió a crearse.                           

Aunque  la  represión  fue  muy  dura  los  primeros  años,  la  situación  fue cambiando debido a la quiebra absoluta de la Hacienda. Así se racionalizó el gobierno (creándose por primera vez el Consejo de Ministros), se redujeron los gastos y se confeccionaron presupuestos para así controlar la Hacienda, para lo que se contó hasta con ministros reformistas (liberales moderados) pues eran los más capacitados para desempeñar esas funciones. 

3)   Estas medidas no solucionaron mucho la situación del país (el  problema fundamental seguía estando en que los más ricos no pagaban impuestos) pero sí originó un problema  más:  la división  de los absolutistas en dos bandos: reformistas (partidarios de acercarse a los liberales más moderados)  y “realistas” o partidarios del absolutismo total y que tenían en don Carlos su principal valedor (era el hermano del rey y heredero, pues el rey –bueno, sus sucesivas esposas- no terminaban de tener hijos).

Pero en 1829 Fernando VII contraía matrimonio, por cuarta vez, con su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y esta vez por fin sí iba a tener descendencia: en 1830 nace la infanta  Isabel originando un grave  problema sucesorio.  Fernando publicó la Pragmática Sanción, por la cual se permitía que el trono  pudiese pasar a una princesa en el caso de no haber un descendiente varón. Por supuesto don Carlos María Isidro de Borbón, (hermano de Fdo. VII) y sus partidarios (los futuros carlistas) no aceptaron la misma  y a la muerte del rey, en 1833,  estallará la guerra civil  que fue al mismo tiempo una guerra de sucesión al trono español y un episodio más en el enfrentamiento entre liberales (que van a ver en el apoyo a la viuda y a su hija una oportunidad para recuperar el poder) y absolutistas.