Ascenso y Consolidación de la Dictadura de Primo de Rivera en España (1923-1930)

El Contexto Previo al Golpe de Estado de 1923

La Crisis del Sistema de la Restauración

El desastre de Annual en 1921 provocó una profunda crisis en España. La derrota militar en Marruecos generó una ola de protestas tanto del ejército como de la opinión pública. Los militares exigían mayores inversiones en armamento para poder responder a la humillación sufrida y vengar la derrota.

La inestabilidad política se acentuaba con la división de los partidos tradicionales, el Conservador y el Liberal. Además, el ascenso de socialistas y republicanos, junto con el auge de los nacionalismos en Cataluña y el País Vasco, alarmaba a la oligarquía y a los militares conservadores. A esto se sumaba la fundación del Partido Comunista de España en 1921. La derecha veía en un gobierno autoritario la solución para frenar la protesta social y el auge del movimiento obrero.

La prensa, tanto de izquierdas como de derechas, criticaba duramente al gobierno y a los partidos del turno, buscando acabar con los problemas endémicos del sistema de la Restauración.

El Golpe de Estado de Primo de Rivera

La Noche del 12 al 13 de Septiembre de 1923

En la noche del 12 al 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, declaró el estado de guerra en su región. Difundió un manifiesto titulado Al país y al ejército españoles, donde, con un tono regeneracionista, prometía acabar con el terrorismo, la agitación separatista, el desorden y la utilización política de la Guerra de Marruecos. El Gobierno, incapaz de reaccionar, acudió al rey Alfonso XIII. Sin embargo, el monarca dejó pasar el tiempo y, finalmente, apoyó abiertamente al general sublevado, a quien confió la tarea de formar Gobierno. Así, el régimen de Cánovas llegaba a su fin.

El Apoyo de la Burguesía y la Pasividad del Movimiento Obrero

El golpe de Estado fue posible gracias a la actitud de dos fuerzas clave: la burguesía y el movimiento obrero. La burguesía, especialmente la catalana, apoyó la dictadura, ya que esta prometía frenar a la clase obrera y a los políticos de los antiguos partidos, en su mayoría defensores de la España agraria y terrateniente.

Por otro lado, el movimiento obrero, carente de una firme conciencia política, no opuso resistencia. Los obreros, que sufrirían las consecuencias del régimen, se mantuvieron en calma. El Partido Socialista y la UGT adoptaron una postura expectante, llegando incluso a la aceptación y colaboración durante los casi siete años del gobierno de Primo de Rivera.

La Instauración de la Dictadura

El Manifiesto Regeneracionista y las Primeras Medidas

El nuevo régimen militar se presentó al país con un manifiesto de intenciones regeneracionistas. Sin embargo, las primeras medidas se orientaron a implantar una dictadura férrea, donde el ejército asumía un papel casi monopolístico en todos los resortes del poder. El rey aceptó la propuesta de nombrar ministro único al general Primo de Rivera, quien estaría asistido por un Directorio Militar compuesto exclusivamente por jefes del ejército. Se configuraba así una dictadura de carácter claramente personalista.

Las Medidas del Directorio Militar

Primo de Rivera implementó una serie de medidas para desmantelar el sistema anterior. Entre las primeras acciones del Directorio Militar se encuentran:

  • a) Suspensión del régimen constitucional (Constitución de 1876).
  • b) Disolución de las cámaras legislativas (Congreso y Senado).
  • c) Sustitución de todos los gobernadores civiles por militares, quienes asumieron todo el poder en las provincias.
  • d) Disolución de todos los ayuntamientos y cese de todos los concejales, que fueron sustituidos por juntas de vocales elegidos entre los mayores contribuyentes.
  • e) Prohibición de las actividades de los partidos políticos y sindicatos.
  • f) Suspensión de las garantías constitucionales sobre tiempo de detención, mandamiento judicial, libertad de domicilio, asociación, reunión y expresión.
  • g) Férrea censura de prensa para evitar cualquier crítica a la dictadura.

Además, se mantuvo en vigor durante meses la declaración del estado de guerra, se adoptaron medidas represivas contra organizaciones obreras como la CNT y se promovió, con poco éxito, la extensión a toda España del somatén catalán como instrumento de control social.

La Cuestión Nacionalista

Cataluña y el País Vasco bajo la Dictadura

Primo de Rivera se mostró reacio a reconocer el hecho diferencial catalán. Se suspendió la enseñanza del catalán e incluso se castellanizó el nombre de las calles. Estas acciones debilitaron a la Lliga Regionalista, un firme apoyo monárquico en Cataluña, mientras crecían otras formaciones más radicales como Estat Català.

En el País Vasco, la actitud de la dictadura fue similar, llegando a clausurar Aberri, el periódico del Partido Nacionalista Vasco. La política de Primo de Rivera respecto al problema nacionalista fue, en definitiva, contraproducente, ya que, lejos de eliminar el nacionalismo, lo enfrentó con la monarquía, lo que contribuyó en gran medida a su caída en 1931.