René Descartes: Duda, Certeza, Alma, Cuerpo y Pensamiento

Noción 1: Duda y Certeza

El método cartesiano sigue una serie de reglas por las que no se puede tomar nada falso como verdadero. Estas reglas son: regla de la evidencia, regla del análisis, regla de la síntesis y regla de la enumeración. Esta duda ha de tener carácter:

  • Universal: aplicada a todo lo que puede ser dudado.
  • Metodológica: la duda no es un fin, sino un método para llegar a algo.
  • Provisional: Descartes no se propone sustituir las proposiciones en las que creía por otras nuevas.
  • Teorética: no debe extenderse a la conducta; adopta una moral provisional que no llega a las creencias religiosas.

Pone en duda, como punto de partida, su sistema de pensamiento, duda de todo, estableciendo así los campos de la duda:

  • Reales: duda de la fiabilidad de los sentidos.
  • Verosímiles: incapacidad de diferenciar la vigilia del sueño.
  • Hipotéticas: hipótesis del genio maligno (ser poderoso que quiere inducirnos a error).

De la duda, Descartes obtiene el primer juicio cierto, pues yo, al dudar, pienso, y para pensarlo es necesario que yo sea cosa alguna. De ahí consigue su primera certeza: pienso, luego existo.

Noción 2: Alma y Cuerpo

A través de la duda, Descartes llega a la primera verdad de la que partirá su nueva filosofía: pienso, luego existo. Pues es un juicio claro y distinto que se manifiesta con absoluta certeza, es evidente e indudable. De esta manera, se muestra la existencia del yo, que se constituye como una sustancia. Hay dos tipos de sustancia:

  • Las que forman la res cogitans (entre las que se encuentra el yo).
  • Las que forman la res extensa (que son las cosas materiales).

Según Descartes, las sustancias poseen modos y atributos. Los modos son las propiedades accidentales de las sustancias. Los modos de la res extensa pueden ser la longitud, la altura, la anchura, el volumen, etc., mientras que los de la res cogitans son la inteligencia, la memoria, etc. Los atributos son las propiedades esenciales que diferencian a las sustancias entre sí, son la esencia, la naturaleza de las sustancias. El atributo de la res extensa es la extensión y el propio de la res cogitans es el pensamiento.

Descartes define al hombre como un compuesto sustancial de cuerpo y alma, formando el cuerpo la res extensa y el alma la res cogitans, diferenciando, por tanto, cuerpo y alma. Para él, la existencia del alma, del pensamiento, del espíritu, etc., es tan cierta como la del cuerpo, pues mientras la existencia del alma se demuestra racionalmente partiendo de la duda, para demostrar la existencia del cuerpo es necesario recurrir a los sentidos, y lo que estos nos muestran puede no ser verdad si existiera el Deus Deceptor, genio maligno que nos engaña. Por eso, Descartes dice que podría subsistir sin el cuerpo, pues la esencia del alma es el pensamiento, que intrínsecamente no tiene nada que ver con la corporeidad. Cuando demuestra la existencia de Dios, concluye que lo que los sentidos nos muestran es verdad y que el cuerpo existe. Además, este está dirigido por el alma a través de la glándula pineal.

Noción 3: Pensamiento e Ideas

Partiendo de la duda como antesala de la certeza, Descartes llega al primer juicio evidente, claro y distinto, que es el pienso, luego existo, pues yo, al dudar y al pensar que todo es falso, es necesario que sea alguna cosa. De esta manera, demuestra la existencia del yo como sustancia que existe directamente y cuya esencia es el pensamiento.

Hay dos tipos de pensamiento:

  • Voluntades: que son los que quiero y no pueden ser falsas, pero se pueden querer cosas perjudiciales o inexistentes.
  • Afecciones: son pensamientos afectivos, estados internos del sujeto que tampoco pueden ser falsos, pues no dependen de nada externo.
  • Juicios: en los que sí puede haber problema para distinguir la verdad. Pretenden informar de una realidad externa que debería poder verificarse sensorialmente.

Una vez demostrado que yo existo como sujeto, se demuestra también que Dios existe, pues si yo, que soy imperfecto, tengo en mí la idea de un ser perfecto, es porque esta ha de haber sido puesta en mí por el ser perfecto efectivo. Ahora habrá que demostrar la existencia del mundo. Yo puedo hablar del mundo en cuanto tengo ideas. Las ideas se dividen respecto a su cualidad y origen:

  • Ideas innatas: no dependen del exterior ni de la experiencia, son extraempíricas.
  • Ideas adventicias: son las de las cosas del mundo. Estas ideas podrían proceder del exterior o ser creadas por mí mismo.
  • Ideas ficticias: son las ideas fantásticas que provienen de nuestra imaginación.

Cogito y Criterio de Verdad

Descartes presenta en su método, y más concretamente en el principio de evidencia, que dudará de todo aquello que no pueda ser demostrado clara y distintamente. Una idea clara es aquella que está presente y abierta a la mente, que piensa, y es distinta a aquella idea clara que está separada de otra idea y que no tiene nada en sí que no sea claro. Entre las razones que Descartes propone para la duda están la de que los sentidos en ocasiones engañan, que a veces cometemos paralogismos, por ello rechaza todos los razonamientos antes tomados como demostraciones, y que no somos capaces de distinguir el sueño de la vigilia.

Una vez llegado a este punto, es necesario un primer juicio claro y distinto capaz de establecerse como principio de una nueva filosofía. Descartes lo obtiene a partir de que yo, al dudar, pienso, y si pienso, existo. Luego, pienso, luego existo, es una evidencia, pues no hay lugar a duda. Se muestra así la existencia del yo como pensante a través del cogito, ergo sum (pienso, luego existo). Podría parecer que este juicio nos sumiría en el solipsismo, es decir, que se muestra que yo soy una sustancia cuya esencia es el pensamiento, pero, sin embargo, se deduce que si asumí como verdadera mi existencia es porque se presentó clara y distintamente a mi espíritu. También se asume que todo lo que se presenta a mi espíritu de manera clara y distinta será igualmente tomado por verdadero.

Por ello, el cogito se distingue como fundamento de la nueva filosofía que Descartes pretende que sea el basamento último de todas las ciencias. Como dice Husserl, la originalidad de Descartes en este tema se hace patente en el doble significado que atribuye al yo como fundamento primero: epistemológicamente, constituye el primer principio de un sistema deductivo, que supone el desplazamiento de otros principios del lugar preeminente del que gozaban en la época medieval y la afirmación del pensamiento libre. Desde el punto de vista metafísico, el cogito significa defender que no es Dios, sino el hombre el que constituye el sujeto. Esta primordialidad del sujeto es lo que conduce a Descartes a argumentar un criterio de certeza capaz de discernir lo verdadero de lo falso a través de la claridad y la distinción.