Política Económica del Franquismo: De la Autarquía al Desarrollismo
Transformaciones Económicas
Tras la Guerra Civil, el panorama económico español era desalentador. La solución que se tomó fue la autárquica, intentando valerse únicamente de los recursos propios del país, ocasionando un gran retroceso. La década de 1940 fue desastrosa: hambre, malas cosechas, restricciones eléctricas… Se impuso la cartilla de racionamiento, que apenas permitía sobrevivir, y el enriquecimiento de una minoría acaparadora de productos que vendía en el mercado negro. Las dificultades aumentaron a partir de 1945, cuando España quedó aislada internacionalmente. En estas condiciones, el intervencionismo estatal se hizo permanente. La supresión de la reforma agraria y su sustitución por una serie de organismos como el Instituto Nacional de Colonización y la creación del Servicio Nacional del Trigo no consiguieron solucionar los problemas. Siguiendo el modelo de la Italia fascista, se creó el Instituto Nacional de Industria. A la vez, se multiplicaban los monopolios: RENFE, CAMPSA… Desde 1941, la inflación y los precios suben, mientras la cotización de la peseta cayó en picado. Pero esta situación no pareció afectar a grandes empresarios y banqueros, que aumentaron sus beneficios al tiempo que la situación económica de los trabajadores empeoraba.
La década de 1950, conocida como década bisagra, supuso la transición de la autarquía al desarrollismo de los 60. Se benefició del fin del aislamiento a partir de 1952. La ayuda económica y técnica de los Estados Unidos desde 1953 y la integración de España en el comercio internacional facilitaron el aumento de la importación de bienes. Poco a poco comienza a crearse empleo, se reanudan las relaciones comerciales con los países europeos, recuperándose la economía. La consolidación del crecimiento se produce tras la entrada en el gobierno de ministros tecnócratas del Opus Dei. En 1957 entra en funcionamiento Televisión Española. En 1958, España entra en la OCDE. La dictadura se consolida y se diluyen las posibilidades de derribarla. El nuevo gobierno tomó un primer conjunto de medidas pre-estabilizadoras, que pretendían evitar la quiebra de la balanza de pagos y frenar la inflación. Pero el principal hito se dio en 1959 con el Decreto Ley de Nueva Ordenación Económica, conocido como Plan de Estabilización. Entre las medidas se encuentran: reducir el déficit del Estado, limitar los créditos y flexibilizar los tipos de intereses, unificando el cambio monetario. Estas medidas consiguieron frenar la inflación y mejorar la balanza de pagos.
Inspirándose en el modelo keynesiano de Francia, se inicia una planificación cuyo objetivo era el logro del desarrollo económico; se crearon organismos para supervisar esta planificación: la Oficina de Coordinación y Programación Económica y la Comisaría del Plan de Desarrollo. El primer plan de desarrollo se llevó a cabo durante el periodo 1964-1967. Consistía en promover el desarrollo industrial regional mediante la constitución de cinco polos de desarrollo (La Coruña, Vigo, Valladolid, Zaragoza y Sevilla). Las deficiencias estructurales fueron tenidas en cuenta en el segundo plan de desarrollo (1969-1971). Se optó por avanzar hacia una economía más competitiva. La crisis que se inició en 1973 perjudicó los resultados del tercer plan de desarrollo (1972-1975). Todas estas medidas facilitaron la integración en la economía occidental e impulsaron el crecimiento del PIB; aumentaron la renta per cápita, las inversiones extranjeras… Pero se creció con grandes desequilibrios territoriales. A esto se suman el elevado coste medioambiental y urbanístico y el intervencionismo estatal, que paralizó el proceso de liberalización de la economía.
Los Cambios Sociales
España es una nación demográficamente en retroceso. Durante los años de la posguerra, la población se estanca por la emigración. Hasta la década de los 60 no se produce un incremento considerable. Además del fenómeno de la emigración exterior, habría que mencionar el éxodo rural hacia las principales ciudades del País Vasco, Madrid, etc. El éxodo rural trajo un desequilibrio regional entre un interior que se iba despoblando y un litoral cada vez más poblado. Durante las décadas de los 40 y los 50, la mayoría de la población activa se dedicaba al sector primario. En esos años, España se aproximó al modelo occidental industrializado, impulsado por los medios de comunicación, el turismo… También se produjo el fenómeno de la progresiva secularización de la sociedad, especialmente a partir del Concilio Vaticano II. Paralelamente, se produjo una adaptación del modelo sindical. La Ley de Convenios Colectivos Sindicales pretendió flexibilizar las relaciones laborales, admitiendo la negociación colectiva en una misma rama. En 1971 se publica la Ley Sindical, que permitía una mayor representatividad de los obreros. Pero ni las asociaciones políticas ni las obreras fueron legalizadas, teniendo que actuar los sindicatos en la clandestinidad.
La mujer volvió al sometimiento machista, con la pérdida de todos los derechos conseguidos durante la II República. Como ejemplos, cabe citar la prohibición de los anticonceptivos, la mujer casada era representada por el marido, quien le daba permiso para trabajar fuera de casa, solo se castigaba el adulterio femenino, se prohibió la coeducación, etc. En la década de los 70 todo comenzó a cambiar, se aceptó la coeducación a raíz de la Ley General de Educación.
La Oposición a la Dictadura y la Crisis del Franquismo (1973-1975)
Oposición al Régimen
El régimen de Franco nació con una clara vocación represiva que se plasmó en la Ley de Responsabilidades Políticas. La oposición al régimen adoptó diversas formas:
- El maquis: consistió en la acción guerrillera que desplegaron antiguos combatientes de la Guerra Civil que combatieron en Francia contra la ocupación nazi y luego regresaron a España.
- La ambigüedad de Don Juan de Borbón: tras la muerte de Alfonso XIII en Roma, su hijo Don Juan asumió la jefatura de la Casa Real. Don Juan apoyó en un principio la causa franquista e intentó luchar durante la Guerra Civil, pero Franco no se lo permitió para no molestar al carlismo. Tras la victoria de Franco, Don Juan le instó a que facilitara la restauración de la monarquía, pero el dictador lo negó. El triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial llevó a Don Juan a firmar el Manifiesto de Lausana, en el que se defendía una monarquía parlamentaria para España, pero con la consolidación del régimen franquista, Don Juan se dio cuenta de que solo acercándose a Franco sería posible. En una entrevista con el dictador en 1948, Don Juan accedió a que su hijo, el infante Don Juan Carlos, fuera educado en España bajo la tutela de Franco.
- La oposición de los partidos políticos y sindicatos en la clandestinidad: la dureza de la represión desmanteló las estructuras de los partidos políticos, cuyos dirigentes estaban en el exilio, en la cárcel o habían sido ejecutados. En los años 50, el PCE fue el partido que mejor se reorganizó y creó una fuerte estructura clandestina que le llevó a ser la más importante fuerza de oposición a la dictadura.
Durante la década de 1950, crece la oposición al régimen en dos nuevos ámbitos:
- En las zonas industriales se producen huelgas, se protesta por los bajos salarios y el régimen se verá obligado a incrementar los sueldos.
- En 1956, en la Universidad de Madrid, se produce una protesta estudiantil contra el encuadramiento forzoso de los estudiantes en el sindicato de Falange.
El Exilio
El triunfo del franquismo provocó la mayor corriente de exiliados de la historia de España. La mayoría de los exiliados salió tras la caída de Cataluña en febrero de 1939. Unas 450.000 personas salieron a Francia, donde fueron concentrados en campos de concentración. Buena parte de los exiliados en Francia acabaría luchando contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial y participaría en la resistencia francesa. Muchos sufrieron los rigores de la represión, siendo entregados al régimen de Franco o recluidos en los campos de concentración nazis. México fue la patria dorada de los exiliados, por las facilidades dadas por su presidente, Lázaro Cárdenas, para acogerlos. En México fijaría su sede el gobierno de la Segunda República en el exilio. Otro caso fue el de los llamados niños de Rusia, evacuados a la Unión Soviética para huir de las penurias de la Guerra Civil. Especialmente significativo fue el exilio de intelectuales, que constituyeron la llamada España peregrina. Este exilio provocó un notable empobrecimiento cultural de la España franquista.
A partir de la década de los 60, la oposición política y social a la dictadura se incrementó y empleó nuevas formas de lucha. Esta oposición tendrá las siguientes manifestaciones:
- Las protestas obreras: comenzaron a canalizarse a través de sindicatos no reconocidos por el régimen. Destaca Comisiones Obreras. Las huelgas obreras pasaron a ser habituales a partir de 1967.
- Las protestas estudiantiles: generalizadas entre 1965-69 y que llevaron al gobierno a declarar el estado de excepción. Además, los estudiantes empezaron a contar con el apoyo de algunos profesores, como Tierno Galván y García Calvo.
- Los movimientos vecinales y ciudadanos: fundamentalmente en barriadas obreras y de grandes urbes como Madrid y Barcelona.
- El tradicional respaldo de la Iglesia Católica al régimen: comenzó a verse amenazado a partir del espíritu modernizador del Concilio Vaticano II. Sacerdotes vascos y catalanes condenaron al franquismo. El regalismo franquista provocó enfrentamientos con Juan XXIII y Pablo VI, pudiendo constatarse tensas relaciones España-Papado a principios de los 70. Incluso surgieron movimientos de tipo parroquial que desembocaron en las Hermandades Obreras de Acción Católica, germen de Comisiones Obreras.
- La oposición política: liderada por el PCE, dirigido por Santiago Carrillo. Durante estas fechas, la estrategia del PCE era favorecer el”eurocomunism”. En Cataluña, la actividad comunista fue encabezada por el PSUC, mientras que el papel del PSOE fue determinante en la transición. Podemos destacar su renovación a partir del Congreso de Suresnes (1974), que llevó a Felipe González a la dirección. Por último, la reivindicación de la democracia realizada en Múnich por diversos miembros de la oposición. La prensa franquista calificó el encuentro de”bichos opositore” como”contuberni”.
- El terrorismo político: fundamentalmente de ETA, movimiento revolucionario nacido en 1959 por jóvenes nacionalistas vascos descontentos con la pasividad del PNV. Cometió su primer atentado en 1968. En 1975 surgirán otras organizaciones terroristas como el FRAP y los GRAPO.
El régimen no permanecerá impasible a dichos movimientos, prueba de ello fueron la multitud de sentencias represivas. Destacan el fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau (1963), el conocido proceso 1001 contra dirigentes de CCOO (1973)…