Transvaloración en Nietzsche: Moral de Señores y Esclavos

La Transvaloración de los Valores en Nietzsche

La idea principal del texto es la transvaloración de los valores, un concepto central en la filosofía de Friedrich Nietzsche. Según Nietzsche, el hombre noble se autodefine como “bueno”, y, por oposición, todo lo contrario a él será “malo”. Sin embargo, existe otro punto de vista que surge del resentimiento de los esclavos hacia el hombre noble, que se contrapone a la moral noble. Lo que es “malo” para la moral noble pasa a ser “bueno” para la moral de los esclavos, y lo que es “bueno” para la moral noble se convierte en “perverso” para la moral de los esclavos.

De este modo, cada hombre, ya sea noble o esclavo, se considerará a sí mismo como “bueno”, y como “malo” a lo inferior o superior, respectivamente.

Conceptos Clave

  • Hombre noble: Representa al hombre bueno de la moral noble. Es fuerte, dominante y superior. Proviene de los guerreros aristócratas y es el creador de la moral de los señores.
  • Resentimiento: Sentimiento predominante del hombre plebeyo contra el hombre noble y fuerte.

Friedrich Nietzsche: Crítica y Deconstrucción

Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX. Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basándose en el análisis de las actitudes morales hacia la vida.

La Moral del Señor y la Moral del Esclavo

Para comprender la afirmación de Nietzsche “aquel que la moral del resentimiento considera hombre perverso es el hombre noble mismo”, es necesario entender su teoría sobre el origen de los valores. Nietzsche busca destruir los viejos ideales y crear nuevos, analizando el origen de los valores. La voluntad de poder aspira siempre a ser más fuerte, y si es decadente, busca crecer. A partir de esto, plantea dos direcciones de la fuerza, es decir, dos tipos de vida: la ascendente, que se caracteriza por ser activa, y la descendente, que se caracteriza por ser reactiva (que niega la vida).

A partir de estos conceptos de ascendente y descendente, Nietzsche sostiene que la moral depende de cómo se reconozcan los valores de la vida. Así, distingue entre la moral del señor y la moral del esclavo.

Moral del Señor (Moral Noble)

Creada por los guerreros aristócratas para autoafirmarse, se caracteriza por ser guerrera, propietaria, fuerte y poderosa. El hombre noble es feliz porque libera su energía en la actividad; el combate es su felicidad, y confía en su poder y en sus instintos. Esta moral considera como “bueno” al hombre noble, fuerte, activo y dominador, y como “malo” al hombre esclavo, débil, rencoroso y oprimido.

Moral del Esclavo (Moral del Rebaño o del Resentimiento)

Creada a partir del resentimiento del hombre esclavo hacia el hombre noble y superior, se caracteriza por ser plebeya, débil, cobarde y fracasada. El hombre esclavo no puede confiar en sus instintos porque los niega, y no encuentra en sí mismo nada digno. Niega como “malo” todo lo que el noble defiende como “bueno”. Esta moral surge de la reacción contra los valores de la moral noble. Considera como “bueno” al hombre esclavo, débil, oprimido, impotente y pobre, y como “perverso” al hombre bueno de la moral noble, es decir, al hombre superior, fuerte, opresor, dominante y sincero.

La Contradicción entre Morales

Nietzsche afirma que “aquel hombre que la moral del resentimiento considera hombre perverso es el hombre noble mismo” porque estas dos morales se contradicen. Al considerarse el hombre noble como “bueno” en la moral de los señores, la moral del resentimiento, al negar como “malo” todo aquello que la moral de los señores toma como “bueno”, dirá que el hombre noble es “perverso” desde su perspectiva.

La Moral como Invención Cultural

Nietzsche concibe la moral como invenciones culturales de los hombres, que surgen de actitudes vitales diferentes y se utilizan como signo o máscara que esconde una realidad más profunda: una voluntad que afirma o niega la vida, una fuerza noble o plebeya que quiere imponerse. Según Nietzsche, hay morales sanas o enfermizas, dependiendo de si surgen de la afirmación de la vida o de su negación. Afirma que todas las morales se agrupan en dos tipos: la moral de señores o moral noble, y la moral del rebaño o moral de los esclavos, aunque reconoce la existencia de otros tipos de moral intermedias.

Comparación con David Hume

En contraste, el filósofo escocés David Hume sostiene que la moral no es normativa y, por lo tanto, no establece normas. Concluye que la moral se fundamenta en las emociones y sentimientos, no en la razón, sino en sentimientos como la compasión y la solidaridad. Hume denominó a esta corriente “emotivismo moral” y mencionó los utilitarismos morales, que se refieren a los actos que hacen feliz a la gente.

La Influencia de la Moral Judeocristiana

La moral judeocristiana proviene de la transvaloración de la moral de los señores, y sus valores han sustentado la civilización occidental. Según Nietzsche, esta moral es una expresión de voluntad enfermiza y de una vitalidad decadente. Estos valores nacen de la negación de la vida, de la impotencia y del resentimiento, impidiendo el desarrollo del hombre y convirtiéndolo en un ser mediocre, domesticado y avergonzado de sus instintos naturales, que solo ansía el eterno descanso en un mundo inventado.