El Quattrocento: Arte y Humanismo en la Italia del Siglo XV
El Renacimiento italiano se desarrolló durante el siglo XV. A comienzos del siglo XV, Italia estaba dividida en muchos estados con distintas formas de gobierno. Se impuso una visión antropocéntrica del mundo en la que el ser humano ocupaba el centro de la creación y había plena confianza en su dignidad. A principios del siglo XVI, el foco cultural y artístico se trasladó a Roma.
La Arquitectura del Quattrocento
La arquitectura del siglo XV estaba influida por la concepción antropocéntrica del mundo y por la cultura del humanismo. Pretendían levantar edificios que estuvieran a escala del ser humano y que fueran adecuados a la vida cívica. Aplicaron esquemas matemáticos para diseñar sus construcciones; consideraban que el círculo y el cuadrado eran las formas más perfectas. Se recuperó el tratado de Vitruvio, que defendía la proporción y el ritmo. Brunelleschi, fundador de la arquitectura renacentista, fue uno de los primeros en valorar la perspectiva que atraviesa un espacio profundo. Los edificios debían estar diseñados para ser percibidos desde un único punto de vista.
Filippo Brunelleschi
Pintor, escultor y arquitecto, estudió la arquitectura clásica y estuvo influido por las ideas humanistas. Formuló su concepto de perspectiva. Uno de sus primeros proyectos fue la cúpula de la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, cuyo crucero fue cubierto por una cúpula de perfil apuntado con estructura de piedra que contiene otra cúpula de ladrillo. Se inspiró en la arquitectura clásica con arcos de medio punto, pilastras acanaladas, casetones, etc. Levantó en Florencia las basílicas de San Lorenzo y del Santo Espíritu, con planta basilical y de cruz latina, y en la capilla de los Pazzi, Brunelleschi trabajó con el diseño de planta central cubierta con una cúpula.
Leon Battista Alberti
Aspiró a un saber universal y se interesó por todas las artes. Escribió un tratado de arquitectura en el que estableció principios basados en la proporción y en la recuperación de los órdenes clásicos. Destacó la importancia de la fachada de los edificios y su relación con el espacio urbano. Una de sus primeras obras fue la fachada de la iglesia gótica de Santa María Novella en Florencia. Alberti realizó algunos proyectos inspirados en los edificios de la antigüedad romana, aunque quedaron inacabados, como el Templo Malatesta, señor de Rimini. La iglesia de San Andrés de Mantua evoca los arcos triunfales y la entrada al Panteón.
La Escultura del Quattrocento
En el siglo XV reapareció el concepto de estatua, imagen que se alza en un espacio público completamente exenta y que forma parte del diseño urbano. Imitando a los antiguos romanos, los municipios encargaron estatuas de los héroes contemporáneos. El concepto de perspectiva, la visión humana y la convicción de que había correspondencia con la realidad, se impusieron las composiciones claras y cerradas. Se recuperó la técnica de fundición del bronce, que había caído en el olvido durante la Edad Media. Al haber perdido las imágenes antiguas su policromía original, creían que habían sido realizadas así, y las nuevas se dejaron con su color natural, tanto en mármol como en bronce.
Donatello
Donatello (1386-1446) tuvo un concepto elevado de su oficio y dio mucha importancia a la formación técnica y a la experimentación. Tomó como modelo la escultura clásica, a partir de la cual creó esculturas de pleno bulto redondo concebidas para ser contempladas desde distintos puntos de vista, como su famoso David. Integró la escultura clásica en la cultura cristiana y no renunció a la emotividad de las imágenes góticas. Concibió la imagen de San Jorge como una estatua antigua; el cuerpo y la mirada del santo establecen un mínimo giro y tiene una mirada intensa que se dirige hacia un punto en profundidad y que transmite una concentración. Donatello utilizó el modelo artístico, pero en ocasiones se inclinaba hacia un naturalismo, como en la Magdalena penitente.
La Pintura del Quattrocento
El pintor florentino Giotto y los humanistas forjaron el ideal de una pintura que reflejara la vida. Era necesario crear en las superficies planas ilusión de profundidad con la perspectiva lineal, que proyecta sobre el plano de la pintura una pirámide en la que las líneas de fuga coinciden en un punto. A principios del siglo XV predominaba la pintura al fresco sobre los muros de las iglesias o palacios; la pintura sobre tabla realizada al temple, a la que se unió a finales del siglo la técnica flamenca del óleo. La pintura se consideraba una forma de conocimiento; servía para expresar la belleza. Las primeras pinturas del Renacimiento fueron, sobre todo, obras religiosas; representaban escenas con una lectura humana e imágenes para ganar naturalidad. Desde Flandes se difundió un tipo de retrato de medio cuerpo.
Masaccio
Masaccio introdujo una auténtica revolución en la pintura de su tiempo; su obra enlaza con el concepto del espacio y del ser humano de Giotto. La capilla Brancacci en Florencia, con escenas de la vida de San Pedro; en La Trinidad, que pintó en Santa María Novella, recurrió a una estructura arquitectónica para crear sensación de espacio y utilizó el color para establecer un esquema riguroso y cerrado.
El Humanismo Cristiano de Fra Angelico
Fra Angelico renovó el concepto moderno de la perspectiva; la pintura era religiosa. Las perspectivas con el horizonte alto, la representación simbólica de la luz. En su monasterio de San Marcos en Florencia, pintó en cada celda temas destinados a la reflexión de los monjes, con un estilo austero y emotivo.
El Triunfo del Neoplatonismo: Botticelli
Botticelli perteneció al círculo de Lorenzo de Médici y de la Academia Neoplatónica. Su pintura aspiraba a crear imágenes bellas; reprodujo asuntos tomados de la literatura y de la mitología clásica; sus figuras humanas son ideales y creó un tipo femenino símbolo de la belleza espiritual. El espacio de sus pinturas carece de profundidad y los personajes forman parte de una escena que se desarrolla en primer plano. El fraile dominico Savonarola predicó contra la cultura pagana e influyó en Botticelli, que destruyó algunas de sus obras.