El Auge de la Novela Hispanoamericana
En 1962, la publicación en España de La ciudad y los perros del peruano Mario Vargas Llosa marcó un hito en el panorama literario. Esta obra, junto a otras de autores hispanoamericanos, causó asombro y fue recibida con avidez por los lectores españoles. Este fenómeno se conoció como el “boom” de la novela hispanoamericana, que consolidó la presencia de una narrativa potente y renovadora.
Características del Boom
- Continuidad en la línea de innovación, llevando las experimentaciones narrativas a sus últimas consecuencias.
- Ampliación temática y preferencia por la novela urbana.
- Consolidación de la integración de lo fantástico y lo real, con el realismo mágico como rasgo principal.
- Profunda experimentación en la estructura del relato.
- Experimentación con el lenguaje, incluyendo la superposición de estilos o registros.
Autores Destacados del Boom
- Ernesto Sábato (Argentina, 1911): Científico que abandonó su carrera para dedicarse a la literatura. El túnel, una novela breve de amor y locura, explora la incomunicación y la angustia vital a través de un crimen.
- Julio Cortázar (Argentina, 1914): Inteligente cultivador del cuento fantástico. Rayuela causó conmoción por su complejidad estilística y su composición singular que permite varias formas de lectura.
- Carlos Fuentes (México, 1928): Escritor con amplia formación intelectual y dominio de diversas técnicas. En La muerte de Artemio Cruz, reconstruye la vida de un hombre poderoso en su agonía mediante saltos temporales, combinando puntos de vista y técnicas narrativas.
- Gabriel García Márquez (Colombia, 1928): Figura central del “boom”, con un destacado “don de contar”. En Cien años de soledad narra la historia de la familia Buendía y su entorno, sintetizando elementos de la narrativa americana.
- Mario Vargas Llosa (Perú, 1936): Alcanzó reconocimiento con La ciudad y los perros (1962). En Conversación en La Catedral (1969), dos personas en un bar de Lima evocan sus vidas fracasadas.
La Renovación de la Novela Europea a Principios del Siglo XX
A finales del siglo XIX, la novela comenzó a transformarse bajo la influencia del simbolismo, que impactó las concepciones realistas y naturalistas. Esta renovación continuó en el siglo XX, dando lugar a la “novela modernista”, que abarcó a autores franceses, británicos, alemanes, italianos y norteamericanos expatriados.
Características de la Novela Modernista
- Rechazo a la sociedad burguesa y al sistema capitalista, expresado a través de la angustia ante la realidad o la evasión mediante la fe o la estética decadentista.
- Abandono de la trama lineal y preferencia por los saltos temporales, utilizando la realidad simbólicamente.
- Contornos difusos y finales abiertos o ambiguos.
- Énfasis en lo subjetivo y el desarrollo del “yo”, utilizando el monólogo interior para la introspección.
- Debilitamiento de las estructuras narrativas, compensado por la ilusión, la imitación de modelos literarios, los arquetipos míticos o el uso de imágenes y símbolos.
El Desgarro del Hombre en un Universo Silencioso
Encontramos el desgarro del hombre ante un universo silencioso en el contexto de una sociedad capitalista absurda y disparatada. El estreno de Fin de partida, obra basada en extrañas parábolas cargadas de simbolismo con un lenguaje sencillo, alcanzó el éxito. En una habitación con dos ventanas, un personaje impedido y ciego en silla de ruedas es atendido por otro, del que parece imposible separarse.
Características de Fin de partida
- Reducción al mínimo de la acción para crear sensación de encierro, monotonía y tedio.
- Diálogos cortos e incompletos que expresan la incomunicación humana.
- Gesticulación exagerada hasta lo grotesco y esperpéntico.
- Personajes incompletos que representan seres sin sentido en un mundo inhóspito.
- Escenario desnudo que representa el vacío del mundo y la soledad de los personajes.