El Concepto de Perspectiva, Verdad y Naturaleza en la Filosofía de Ortega y Gasset

La Perspectiva como Eje de la Realidad y la Verdad en Ortega y Gasset

Punto de vista: Esta expresión adquiere en el planteamiento de Ortega un profundo valor filosófico. Para Ortega, “perspectiva” y “punto de vista” son, en cierta manera, sinónimos, aun cuando el término “perspectiva” sea el que utilice con más frecuencia. En el fragmento que comentamos, la expresión “punto de vista” es coextensiva del mismo hecho de vivir, es decir, el hecho de que “cada vida suponga un punto de vista sobre el universo” significa que vivir es adoptar una determinada perspectiva, condicionada en parte por las circunstancias personales de cada vida, pero sin que sea determinante y pueda anular la libertad. Para Ortega, la realidad se muestra en una multitud de perspectivas individuales. De hecho, cada perspectiva es, al mismo tiempo, una condición de la realidad y una posibilidad de acceso a la verdad. Por ello, la perspectiva reúne los planos ontológico y epistemológico de modo claro: es tanto un “fragmento” de realidad no meramente subjetiva como una “ventana” hacia la misma realidad, imprescindible, por ello, para poder conocerla. La realidad será, por tanto, accesible desde cada perspectiva, desde el punto de vista que ocupa cada uno. Tan solo la reunión de las perspectivas efectivas y posibles de una cosa daría la imagen verdadera de esa cosa y haría factible la posibilidad de su misma verdad.

Verdad: En el fragmento que comentamos, y en toda la filosofía de Ortega, este término se halla estrechamente vinculado con la expresión “punto de vista” o perspectiva. Uno de los objetivos de Ortega fue, precisamente, dotar a la verdad de una realidad histórica y vital, hacerla concreta, humana, sin que ello supusiera negar su carácter objetivo. Para Ortega, además, no es posible seguir manteniendo un concepto de verdad separado de la vida y de la perspectiva que se tiene ante la realidad. Ello supone destacar el valor del individuo en su acceso a toda forma de realidad, al tiempo que se niega todo concepto de verdad abstracto y alejado de la vida. No hay una realidad puramente abstracta, que sea independiente de la vida humana y sus circunstancias. La verdad acerca de una realidad, sea esta la que sea, debe tener en cuenta y partir del punto de vista que se tiene sobre ella.

Punto de Vista

Es uno de los componentes de la realidad. Es el punto de vista del yo, el lugar desde el que cada individuo conoce una pequeña porción de verdad. Pero no se refiere solo al lugar físico, sino también al contexto histórico y sociocultural que acompaña a toda persona y también al principio o valores desde el que cada persona enfoca una realidad. La perspectiva, el punto de vista, siempre es vital e individual, pero no por ello menos real. El único punto de vista inadmisible es el que pretende ser el único, la utopía, el punto de vista absoluto o abstracto.

Dimensión Vital

El ser humano tiene una doble dimensión: vital y cultural. No es una razón pura, sino una razón vital. Su vida es la vida de un yo en una circunstancia con la que se encuentra y de la que no puede prescindir, y que le proporciona su perspectiva. Por tanto, la verdad es también vital, lo que no significa que sea relativa.

La Naturaleza

La naturaleza es entendida por la filosofía tradicional como lo que nos hace ser lo que somos. La naturaleza de un ser es precisamente lo que nos hace ser lo que somos (ontológicamente). También solía entenderse como principio de operaciones, es decir, lo que faculta a un ser para hacer lo que hace.

Pero para Ortega, y en el contexto del fragmento de “Meditación de la técnica”, la naturaleza viene a ser lo que nos es dado, lo que se constituye mediante nuestra circunstancia, y lo que nos hace ser biológicamente hombres. Sin embargo, para poder llegar a serlo ontológicamente es necesaria la extranaturalidad de lo superfluo. Así, el hombre es un hacerse, afrontando las dificultades que en parte constituyen la naturaleza circunstancial. Porque como dice Ortega: “el ser del hombre y el ser de la naturaleza no coinciden plenamente”. Consecuentemente, según el pensamiento de Ortega, del hombre parte la naturaleza, ya que es ella la que pone las dificultades que habrán de ser superadas para que el hombre se constituya como tal. Según el texto: “en parte (el hombre) resulta afín con la naturaleza, pero en otra parte no, que es a un tiempo natural y extranatural”. De todos modos, no puede concluirse de todo lo dicho que existan dos naturalezas en el hombre, sino una sola dual, que no dualista. Por todo esto, entendemos la naturaleza como un concepto fundamental en la filosofía de Ortega y aparece en reiteradas ocasiones a lo largo del texto.