La Filosofía de Platón: Ideas, Realidad y Conocimiento

Las Ideas

Para Platón, las ideas son realidades inteligibles, inmateriales, eternas, perfectas, idénticas e inmutables. Constituyen la esencia de las cosas; la esencia es lo que hace que una cosa sea lo que es. Por ejemplo, la belleza de todas las cosas bellas se debe a que participan o imitan la idea de belleza. Las ideas también son principios unificadores de la multiplicidad de cosas sensibles. Si no fuera porque una multiplicidad copia la misma y única idea, el mundo visible sería aún más caótico (ej. gracias a que todas las mesas imitan la idea de mesa, podemos conocer y entender todas las mesas del mundo). Platón distingue entre las cosas de las que hay ideas y las cosas de las que no. Hay ideas de cosas perfectas, ya sean valores estéticos, magnitudes u objetos matemáticos, pero no hay ideas de cosas imperfectas, como por ejemplo, la injusticia. El caso de algo injusto sería algo contrario a la idea de justicia. Tampoco hay idea de verdad, puesto que la verdad consiste en la contemplación de todas las ideas. Por último, Platón afirma que hay más realidad en la idea que en el objeto que la imita; es decir, hay más realidad en la idea de belleza que en lo que la imita imperfectamente. El objeto bello no existió desde siempre, sino que alguien lo creó; sin embargo, la idea de belleza siempre estuvo ahí. El objeto está sometido a cambios, pero la idea de belleza permanece inmutable e invariable.

Ontología: Mundo Inteligible y Mundo Sensible

Platón distingue dos formas de realidad, que van de lo más real a lo menos real:

  1. Mundo Inteligible: Es el mundo del ser, al que se llega al conocimiento verdadero a través de la inteligencia. Es perfecto, eterno y permanente, por lo tanto, es el nivel superior de la realidad (lo más real). A este mundo pertenecen las ideas, que son inmateriales, eternas, perfectas, idénticas e inmutables. También pertenecen los objetos matemáticos, que son inmateriales, eternos, perfectos e inmutables. Estas dos realidades del mundo inteligible se clasifican en superiores (más reales) e inferiores (menos reales). Los objetos matemáticos son copias de las ideas, porque los círculos copian la idea de circularidad. Los objetos admiten pluralidad y las ideas no (ej.: hay muchos círculos, pero solo hay una idea de circularidad). En la cima de las ideas se encuentra la idea del Bien. (En el mito de la caverna, este mundo sería el mundo exterior).
  2. Mundo Sensible: Es el mundo del devenir y de la multiplicidad, al que se llega a una opinión a través de los sentidos. Es menos perfecto, estable, real y consistente que las realidades inteligibles. Por lo tanto, es el nivel inferior de la realidad (lo menos real). A este mundo pertenecen los objetos físicos y fabricados, además de las imágenes. Se clasifican en sensibles superiores (objetos físicos y fabricados) y sensibles inferiores (imágenes). Para Platón, lo imperfecto reside en la materia y lo perfecto en las ideas. (En el mito de la caverna, este mundo sería el interior de la caverna).

Epistemología o Teoría del Conocimiento

Platón distingue dos niveles de conocimiento, que van de lo más claro a lo más oscuro:

  1. Conocimiento Científico o Episteme: Es el saber que se obtiene del mundo inteligible, lo auténticamente real (el mundo de las ideas). Pretende mostrar una visión clara, objetiva y verdadera utilizando la inteligencia, que es el nivel superior del conocimiento. A este mundo pertenecen la inteligencia y el pensamiento, que se clasifican en conocimiento superior (más claro) o inteligencia y conocimiento inferior (menos claro) o pensamiento. (En el mito de la caverna, es la visión que tiene el prisionero liberado de las cosas del exterior).
  2. Opinión o Doxa: Es el saber que se obtiene del mundo sensible, una copia de lo inteligible. No conoce lo auténticamente real. Es un saber oscuro, confuso, pero fiable, relativo y cambiante. Utiliza los sentidos y es el nivel inferior del conocimiento. A este mundo pertenecen las creencias y la imaginación, que se clasifican en opinión superior (más clara) o creencias y opinión inferior (menos clara) o imaginación. (En el mito de la caverna, es la visión que tienen los prisioneros encadenados de las cosas del interior).

El Alma

Platón divide el alma humana en tres partes:

  • Alma racional: Inmortal e inteligente, situada en la cabeza, se encarga del pensamiento.
  • Alma irascible: Mortal, situada en el tórax, es el lugar de las pasiones y los sentimientos.
  • Alma concupiscible (o apetitiva): Mortal, situada en el abdomen, reside en los impulsos, instintos y pasiones innobles.

Pensamientos, sentimientos e impulsos son tres vectores psicológicos esenciales para entender la mente humana. A cada parte del alma le corresponde una virtud: prudencia (alma racional), valor (alma irascible) y templanza (alma concupiscible). La concepción platónica de la virtud evoluciona a lo largo de su pensamiento:

  • Virtud como sabiduría: Influenciado por el intelectualismo moral de Sócrates, Platón asocia sabiduría y virtud. La sabiduría permite superar el relativismo de los sofistas. El sabio es quien conoce la verdad universal.
  • Virtud como purificación: El virtuoso se libera de las pasiones y del cuerpo. Posteriormente, Platón defenderá un goce moderado de los placeres.
  • Virtud como armonía: En La República, la justicia es la virtud más importante. El hombre justo es aquel en quien hay armonía entre las tres partes del alma: el alma racional (prudente) domina al alma irascible (valiente), y ambas orientan al alma concupiscible (temperada). Platón establece un paralelismo entre el alma y el Estado: solo en una sociedad justa se pueden educar hombres justos.