El Camino hacia la Restauración: Crisis y Revolución
A partir de 1863, la monarquía de Isabel II sufrió una profunda crisis que desembocó en el Pacto de Ostende (1866) y, finalmente, en la Revolución conocida como la Gloriosa (1868). Este levantamiento resultó en el destronamiento de Isabel II y el inicio de un período denominado Sexenio Democrático o Revolucionario (1868-1874). Este sexenio se caracterizó por su naturaleza democrática, pero también por la inestabilidad política reflejada en los continuos cambios de gobierno:
- Gobierno Provisional
- Convocatoria de Cortes Constituyentes que elaboraron la Constitución de 1869, la primera constitución democrática en la historia de España, que estableció la monarquía como sistema político.
- La Regencia de Serrano.
- El fracaso del reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873).
- La proclamación de la I República (1873-1874), que apenas duró 11 meses y tuvo cuatro presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar). La República enfrentó graves problemas, como la oposición de los conservadores, la conflictividad social, la división entre los propios republicanos y la insurrección cantonal.
En enero de 1874, el General Pavía protagonizó un golpe de Estado, irrumpiendo en las Cortes y entregando el poder al General Serrano. Aunque en teoría la República seguía existiendo, en la práctica se había establecido un régimen autoritario centrado en acabar con la conflictividad social.
El Retorno de los Borbones
Mientras tanto, crecía el apoyo a la causa alfonsina entre amplios sectores del país (clases altas y medias, ejército, etc.). Bajo la tutela de Antonio Cánovas del Castillo, se preparaba el retorno de los Borbones en la persona de Alfonso XII, en quien había abdicado Isabel II.
El 1 de diciembre de 1874, el príncipe Alfonso firmó el Manifiesto de Sandhurst. En este documento, siguiendo el consejo de Cánovas, garantizaba una monarquía dialogante y constitucional (“monarquía hereditaria y constitucional”) y expresaba su voluntad de aceptar buena parte de los avances políticos realizados en el Sexenio (“verdaderamente liberal”).
Cánovas preparaba así la vuelta de la monarquía de forma pacífica, sin intervención del ejército. Sin embargo, los militares se adelantaron y, el 29 de diciembre de 1874, Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de la monarquía, comunicando a Alfonso, que se encontraba en París, su proclamación como rey. Se inicia así la llamada Restauración Borbónica.
La Restauración Borbónica: Etapas y Características
Periodos de la Restauración
La Restauración Borbónica se divide en dos periodos:
- La Restauración propiamente dicha: Dividida a su vez en dos etapas:
- De 1875 a 1885: El reinado de Alfonso XII, que muere de forma prematura.
- De 1885 a 1902: La Regencia de su esposa Mª Cristina de Habsburgo.
- La crisis de la Restauración: De 1902 a 1931, que comprende el reinado de Alfonso XIII, incluyendo la Dictadura de Primo de Rivera.
El Sistema Canovista
Durante el periodo de la Restauración, el político más destacado fue Antonio Cánovas del Castillo. Su sistema se basaba en una serie de principios:
- El asentamiento de la Monarquía: Junto con las Cortes, eran los pilares básicos de la Historia de España. Para ello, la Corona debía recuperar el prestigio perdido en época de Isabel II. Sería una monarquía que compartiría la soberanía con las Cortes, con amplias competencias y un papel protagonista encarnado por Alfonso XII, tras convencer a Isabel II de que debía abdicar en él.
- Un sistema político amplio: Se trataba de crear un sistema político lo suficientemente amplio para acoger a todas las tendencias liberales (moderados, unionistas, progresistas y demócratas), siempre que aceptaran la monarquía.
- Una Constitución duradera: La Constitución de 1876.
- El retorno del ejército a los cuarteles: Se buscaba que el ejército no interviniese en la vida civil.
El modelo parlamentario de Cánovas era el británico y se basaba en la existencia de dos grandes partidos (conservador y liberal) que se turnaban en el poder, liderados por Cánovas y Sagasta, mediante la manipulación electoral (encasillado y caciquismo).
En definitiva, se trataba de un régimen eminentemente conservador, que tuvo su máxima expresión en la Constitución de 1876, la cual beneficiaba a los políticos conservadores, a los hombres de negocios y a los mandos militares.
La Regencia de María Cristina de Habsburgo
En 1885, al morir Alfonso XII, su esposa, Mª Cristina de Habsburgo, asumió la Regencia. En ese momento, Cánovas y Sagasta garantizaron la estabilidad del sistema mediante el Pacto del Pardo, en el que ambos líderes se comprometían a apoyar a la regente y mantener el turno de partidos.
La Crisis de la Restauración
En 1902 comienza el reinado de Alfonso XIII, declarado mayor de edad con 17 años. Durante su reinado se produce la llamada “crisis de la Restauración”, desencadenada por una serie de crisis: 1906 (Ley de Jurisdicciones), 1909 (Semana Trágica), 1912 (Crisis de los partidos) y 1917 (crisis general). Esta inestabilidad desembocó en las dictaduras de Primo de Rivera y Berenguer, la proclamación de la II República y el exilio del rey.