1. El Regeneracionismo tras la crisis del 98
Tras la crisis del 98, se inició una época de fuerte inestabilidad política. A pesar de ello, el régimen de la Restauración se mantuvo hasta 1923. Se extendió entre parte de la opinión pública el regeneracionismo, un movimiento que analizaba las causas del atraso español, presentaba propuestas y ponía de manifiesto la necesidad de llevar a cabo reformas políticas, económicas y culturales. Criticaban el caciquismo y defendían una nueva moral pública y la reforma del Estado. Económicamente, se pretendía crear riqueza mediante la construcción de obras públicas y el proteccionismo económico. La educación era un aspecto fundamental. Destacaron figuras como Picavera y Joaquín Costa, quien sintetizó su pensamiento en el eslogan “despensa y escuela”.
a) Gobierno Silvela-Polavieja (1899-1900): Primer intento regeneracionista
Una de las iniciativas para regenerar el sistema político fue la del general Polavieja, quien propuso importantes cambios en un manifiesto publicado el 1 de septiembre de 1898. Con sus primeras medidas, el gobierno del conservador Silvela (formado en 1899 con la participación de Polavieja como ministro de Guerra) parecía recoger el espíritu regeneracionista: creación del Ministerio de Instrucción Pública, apertura a la descentralización. Sin embargo, los problemas continuaban: elevado déficit generado por la guerra (subida de impuestos). El descontento se extendió y las protestas fueron virulentas en Valencia, Aragón, Murcia y Cataluña (en Barcelona se declaró el estado de guerra). Las clases medias perdieron la confianza en un gobierno que no cumplió sus promesas de reformas.
b) Gobierno de Maura: Revolución desde Arriba y Semana Trágica
En 1902, Alfonso XIII llegó a la mayoría de edad y los políticos seguían influidos por las corrientes regeneracionistas.
El Maurismo (1903-1909): Segundo intento regeneracionista
Este segundo intento regeneracionista, también de la mano de los conservadores, tuvo como líder a Maura (presidente del gobierno en 1903-1904, 1909, 1918, 1919 y 1921-1922). Maura representó el reformismo autoritario, “la revolución desde arriba”. Pero durante sus primeros gobiernos (1903-1904 y 1907) no consiguió hacer realidad su programa:
- Renovó la marina mercante y de guerra.
- Reguló el derecho de huelga e introdujo los arbitrajes en las relaciones laborales.
- El proyecto de reforma de la Administración local (con medidas descentralizadoras) fue frenado por la violenta oposición de liberales y republicanos: sustituía el sufragio universal por el corporativo (se vota según los oficios).
- Su ley electoral de 1907 no atacó las posibilidades de los caciques de manipular los resultados.
- La Ley de Represión del Terrorismo[1], dirigida sobre todo contra los atentados anarquistas, fracasó por la oposición de republicanos, socialistas y liberales, que la consideraban una amenaza a las libertades.
El crecimiento de la oposición
Paralelamente, la oposición política, marginada del sistema canovista, se reforzaba en los primeros años del siglo XX. Entre la oposición política adquirieron mucha fuerza:
- Los partidos republicanos (demócratas y anticlericales) como el Partido Radical de Lerroux o el Partido Reformista de Melquíades Álvarez.
- Los partidos obreros, PSOE y Anarquistas, al ritmo del desarrollo industrial. Los anarquistas organizaron su sindicato, la CNT, a partir de 1910.
- Los partidos nacionalistas, especialmente los catalanistas. Entre éstos se siguió desarrollando el nacionalismo catalán conservador en torno a la Lliga Regionalista de F. Cambó. Asimismo, surgió un nacionalismo catalán de izquierdas y republicano: Esquerra Republicana de Catalunya de F. Macià. El nacionalismo vasco (PNV) se moderó respecto a las posturas radicales y antiespañolistas iniciales de Sabino Arana.
La crisis de 1905
Con los liberales en el gobierno, a raíz de un chiste publicado en el semanario humorístico catalán ¡Cu-Cut!, ridiculizando al ejército, un grupo de oficiales de la guarnición de Barcelona asaltó la redacción de la revista y del periódico La Veu de Catalunya, órgano de la Lliga Regionalista. El gobierno no castigó a los oficiales, sino que promulgó la Ley de Jurisdicciones, por la que se ponían bajo jurisdicción militar las ofensas orales o escritas a la patria, la bandera y el honor del ejército. Se rompía así una de las características de la Restauración: la subordinación del poder militar al civil.
La crisis de 1909: La guerra del Rif y la Semana Trágica
El Rif (Marruecos) era una zona concedida a España en la Conferencia Internacional de Algeciras (1906). La presencia española respondía no sólo a la protección de Ceuta y Melilla, sino también a diversos intereses:
- Parte del ejército quería rehacer su prestigio tras el desastre de 1898.
- Los políticos pretendían hacer jugar de nuevo a España el papel de “potencia colonial”.
- Algunas compañías, como la Sociedad de Minas del Rif, aspiraban a explorar ricos yacimientos.