Los Filósofos de la Sospecha
El siglo XIX se caracteriza a nivel filosófico por la aparición de tres pensadores (Marx, Freud y Nietzsche) denominados “filósofos de la sospecha”, que junto con las teorías de Darwin (que revolucionaron la comprensión biológica del ser humano, entendido como producto de una evolución natural), plantearon una crítica radical al sistema de pensamiento y de interpretación de la realidad y del ser humano vigente. Cada uno criticará un ámbito diferente de la cultura occidental.
Marx dirá que la cultura y los valores que la sustentan, así como la sociedad y sus instituciones, no son más que reflejo de las relaciones económicas y de producción establecidas, es decir, de la denominada “infraestructura“. Por otro lado, Freud afirmará la existencia de una instancia superior y más profunda a la conciencia humana, irracional e inconsciente, que reprimimos. La llamará “ello”, y será la que afecte y determine nuestra conciencia y nuestra actuación. Nietzsche, por su lado, desde su vitalismo realizará una crítica radical a toda la cultura y filosofía occidental, por imponer un modelo moral que ensalza los valores de los seres débiles contrarios a la auténtica realidad, que es la vida.
Los tres, que expondrán y justificarán un pensamiento ateo por considerar la creencia en Dios como la asimilación de un modelo moral y religioso para ocultar las frustraciones y contradicciones del sujeto, tendrán en común la denuncia de la falsa percepción de la realidad y la búsqueda de una utopía, un nuevo modelo social, político, moral y cultural. (247)
La Alienación Religiosa en Marx
Marx, influido por la noción de alienación religiosa de Feuerbach, tomará este concepto con los matices de su propia concepción materialista desde una postura claramente atea. Establecerá la religión como un producto de la infraestructura que produce una alienación en el ser humano como experiencia de algo irreal, pues es el hombre quien inventa a Dios.
Señalará como causa de su necesidad las condiciones socioeconómicas que a lo largo de la historia han existido, donde los distintos modos de producción se han desarrollado en un contexto de enfrentamiento constante entre dos clases sociales antagónicas en la que una se impone y oprime a la otra. Es así cuando el hombre, incapaz de hacer frente a las condiciones reales de su existencia y de cambiar su realidad, inventa la ilusión de una realidad trascendente en la que sus sufrimientos en esta vida se ven recompensados.
Esta alienación religiosa desvía al hombre de la realidad material y concreta, limitando su capacidad para cambiar las situaciones sociales, políticas y económicas reales en las que vive, que son las verdaderas causas de su sufrimiento. La religión es una ideología que sirve para perpetuar en el poder a la clase dominante, pues justifica y legitima la infraestructura existente.
Dirá, finalmente, que para eliminar la religión será necesario superar el sistema de clases que produce la dominación cambiando las causas reales que producen la necesidad de su existencia, la infraestructura, que crea las causas reales del sufrimiento, estableciendo así un modelo económico y social que nos haga realmente libres, el modelo comunista. (256)
Las Críticas de Nietzsche y Marx a la Religión
Tanto Marx como Nietzsche expondrán un pensamiento ateo por considerar la creencia en Dios como la asimilación de un modelo moral y religioso para ocultar las frustraciones y contradicciones del sujeto.
Marx señalará la religión como producto de las condiciones socioeconómicas que a lo largo de la historia han existido, donde los distintos modos de producción se han desarrollado en un contexto de enfrentamiento constante entre dos clases sociales antagónicas en la que una se impone y oprime a la otra. Es así cuando el hombre, incapaz de hacer frente a las condiciones reales de su existencia y de cambiar su realidad, inventa una realidad trascendente en la que sus sufrimientos en esta vida se ven recompensados. Esto desvía al hombre de la realidad material y concreta, incapacitándolo de cambiar la infraestructura que es causa de su sufrimiento, cuya superación será necesaria para eliminar la religión.
Nietzsche, por su lado, criticará al cristianismo por imponer y ensalzar la moral de los esclavos frente a la moral de los señores en Occidente, con el objetivo de culpabilizar al individuo para que renuncie a los valores vitales, adquiera los del rebaño y viva según la obediencia a Dios. Se impuso una moral caracterizada por la voluntad de igualdad que acepta los valores impuestos y desprecia y niega los instintos y la vida en virtud de una redención más allá de ella. Ante ello Nietzsche afirmará que el hombre no necesita a Dios para saberse libre de origen, pues no tiene ninguna ley trascendente que le obligue, y exaltará la vida y su completo desarrollo. (262)