El Gato Negro de Poe: Psicología del Terror y Desenlace Inesperado

El Desenlace de “El Gato Negro“: Una Obra Maestra del Terror Psicológico

El fragmento propuesto para el comentario es el desenlace del cuento titulado “El gato negro” de Edgar Allan Poe, publicado en 1843 en un periódico de Filadelfia.

Contexto Literario y el Romanticismo Oscuro

Este autor norteamericano es considerado uno de los primeros escritores del país, que inauguran lo que se ha venido a llamar la edad dorada de la literatura norteamericana, que abarca el período de tiempo comprendido entre 1830 y 1890.

El autor bostoniano, tanto en su faceta como pensador como en su faceta de creador, realiza una importante contribución a la historia de la literatura fijando la distinción del cuento de otros géneros y preparando la revolución de la lírica moderna.

El género del cuento debe mucho al movimiento literario del romanticismo, época en la que escribe Poe. Su principal característica, la consideración del “yo” como entidad autónoma, se amplía al concepto diferenciador de los nacionalismos, lo que motiva un inusitado interés por la reconstrucción del pasado a través del cuento popular que recogería las tradiciones legendarias de las correspondientes comunidades. Inglaterra idealizó su pasado feudal, Francia tuvo una vocación intelectual y revolucionaria, Alemania se centró en la recuperación de su folclore, pero Norteamérica solo tenía la historia de los indios contra los que estaban luchando y las guerras de independencia, por tanto los escritores prefieren mirar al futuro y, partiendo de la moda europea, dan lugar a una original literatura.

La originalidad de Poe, expuesta en el ensayo “La filosofía de la composición“, consiste en otorgar importancia capital al desenlace del cuento, al que se subordinarán todos los otros elementos de la narración (tema, personajes, trama, etc.), con el fin de producir una respuesta emocional en el lector. Así lo demuestra en sus Narraciones Extraordinarias, obra indispensable en la historia de la literatura, con la que nace el relato de detectives, (que influye decisivamente en Conan Doyle), y el relato de terror psicológico; con la que se impulsa, también, el relato de ciencia ficción (influyendo directamente en Julio Verne) y con el que se renueva el relato gótico.

El goticismo imperante en la producción poiana es el resultado de la reacción de algunos autores al primer romanticismo norteamericano, el transcendentalismo, cuya visión optimista del hombre queda contestada con lo que se conoce como Romanticismo oscuro, que presenta personalidades imperfectas y fracasadas que se mueven en un ambiente decrépito e inquietante.

El fragmento que vamos a comentar corresponde a un relato de terror psicológico con un fondo filosófico estrictamente gótico.

Resumen de “El Gato Negro

El gato negro es la confesión de un reo en la víspera de su muerte de las circunstancias que lo empujaron a cometer el asesinado de su amada esposa y luego emparedarla en el sótano de su casa. El protagonista declara haber sido una persona tranquila y amante de los animales hasta que su adicción al alcohol lo vuelve irascible y sádico con su gato Plutón. Tras darle muerte, otro gato similar al anterior se instala en el domicilio de la joven pareja y poco a poco el protagonista se obsesiona con una mancha blanca en forma de horca que se va definiendo en el pecho del animal. Un día, trastornado, intenta matarlo de un hachazo, pero su mujer se interpone y es ella la que recibe el golpe mortal. Entonces la empareda en el sótano y el gato desaparece de su vida.

El fragmento recoge el sorprendente desenlace, en el que el protagonista, al que la policía no puede incriminar, provoca su autoinculpación.

Análisis del Desenlace

Líneas Temáticas

que parecen repetirse en las “Narraciones Extraordinarias de Poe. En primer lugar, el estudio de la psicología de un loco lo acercan a “El Corazón delator”; en ambos, además, los personajes se ven arrastrados por una fuerza inexplicable que los lleva a confesar sus crímenes contra su voluntad. Poe explica en “El gato negro” que esa maligna fuerza arrastra al hombre a buscar el mal para sí mismo y la denominó “espíritu de la perversidad”. Por último, el tema de emparedamiento lo encontramos también en otros cuentos como en “El barril del amontillado”.

4El autor elige la primera persona del relato para mostrar la psicología de un enfermo. Con esta perspectiva logra dar verosimilitud a los extraños sucesos que acontecen en la obra y es una oportunidad que se brinda al lector para que pueda seguir el hilo del desquiciado pensamiento del loco y hacerlo partícipe de su particular fobia.

4El protagonista, a lo largo del cuento, manifiesta un estado de alteración a partir de que comienza a tomar alcohol. Su comportamiento esquizofrénico se manifiesta en una inicial gelofobia o fobia al gato, que gradualmente empeorara. Sus terrores y obsesiones derivan, primero, en el sadismo y, finalmente, en el asesinato. Aunque este fuera involuntario, el personaje actúa con una frialdad inusual, se distancia emocionalmente de los hechos y no muestra arrepentimiento

4El fragmento puede estructurarse en dos partes que poden responder al trastorno de la mencionada doble personalidad que sufre ya al final el asesino:

8 En la primera (Desde el principio del párrafo hasta “…tras de la cual se hallaba el cadáver de la esposa de mi corazón”),Corresponde al momento en que la policía registra “nuevamente” la vivienda. Al protagonista no le había importado demasiado el primer registro, porque en la narración no se hace referencia a él, pero tampoco le preocupa demasiado este. Autosuficiente y confiado, manifiesta “no sentí la más leve inquietud”, “Los seguí sin que me temblara un solo músculo. Mi corazón latía tranquilamente, como el de aquel que duerme en la inocencia”. En definitiva, es lo que se denomina un asesino organizado, con suficiente cinismo para referirse a la víctima como “la esposa de mi corazón”.

Cabe destacar que Poe centra la perspectiva sólo en la mente del protagonista, que se muestra preocupado y concentrado en el dominio absoluto de su cuerpo, para que ningún ademán involuntario pueda traicionarlo y levantar sospechas. Por ello controla la forma de pasear, la actitud de los brazos y hasta los latidos de su corazón. En contraposición, el mundo exterior es borroso: los policías, no hablan, no se describen, sólo los vemos subir y bajar del sótano y, a pesar de que “No dejaron hueco ni rincón sin revisar”, ni la vivienda ni sus enseres son descritos en ningún momento.

Es a partir del momento en que el registro ha terminado, cuando se desata el descontrol de la mente del protagonista (En mi frenético deseo de decir alguna cosa con naturalidad, casi no me daba cuenta de mis palabras) y toca con su bastón el sitio exacto del emparedamiento. El protagonista se ha delatado a sí mismo y contra su voluntad, empujado por una fuerza primitiva que el narrador ha denominado instinto de perversidad. El narrador ha achacado a este mal las sucesivas violaciones morales que ha ido cometiendo a lo largo del relato y que ahora van a conducirlo a la autodestrucción.

         8En la segunda parte (desde “¡Que Dios me proteja y me libre,,, hasta el final) se precipita el desenlace. El gato, que presumiblemente se introdujo en el hueco de la pared junto al cadáver, y que había permanecido encerrado esos cuatro días después del asesinato, posiblemente se asustó con el ruido de los bastonazos y lanzó un espeluznante maullido. A este impacto auditivo le sucede el terrible impacto visual, cuando cae la pared. Poe no escamotea detalles morbosos para su consecución: cadáver corrupto, sangre coagulada, gato tuerto, boca roja…

Pero este nivel de interpretación de la realidad no coincide con el de la mente esquizofrénica del protagonista que se siente “presa del vértigo”. El objeto de sus fobias, el gato al que creía desaparecido, aparece nuevamente para hacerle más daño aún, para enviarlo ahora a la muerte (…la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato y cuya voz delatadora me entregaba al verdugo).

4Aunque el gato ha sido un animal mítico, adorado por los egipcios y considerado en la Edad Media como símbolo del diablo y cuerpo metamórfico de la brujas, no es recreado por el autor como animal necesariamente maldito. El animal en este cuento solo es el componente desestabilizador de la mente enferma del protagonista. El terror no viene motivado por un factor externo fantástico o sobrenatural, sino por la fobia y la pesadilla que se genera en la mente del protagonista. Es esto lo que se ha dado en llamar el subgénero del terror psicológico fundado por el autor norteamericano.

4Todos los elementos de la narración: personaje, acción, tiempo y espacio, están al servicio la ambientación misteriosa. Una inquietante atemporalidad se logra con la ausencia de descripción física y de nombre tanto del  protagonista como del espacio en el que se mueve. Esteúltimoes cerrado, lo que favorece la concentración en la psicología de la mente enferma, y urbano, rasgo característico de Poe, muy criticado por otros escritores del género. Pero, sin duda, es el dominio del tiempo interno del relato, que se acelera desmesuradamente en la segunda parte del texto, lo que le confiere un ritmo a la prosa acorde con el desquiciado estado psíquico que sufre el asesino.

4Estilísticamente, la prosa de Allan Poe se caracteriza por su sobriedad. En la primera parte predominan períodos sintácticos simples o, a la sumo, con una oración subordinada. El lenguaje es poco recargado y a veces roza lo coloquial, por ejemplo, “No dejaron hueco ni rincón sin revisar”; se seleccionan adjetivos y adverbios que ponderan la idea del autocontrol y de la impunidad: “No sentí la más leve inquietud”, “el corazón latía tranquilamente”, “andaba tranquilamente”, “completamente satisfechos”.

Hemos dicho más arriba que no aparece el diálogo, sin embargo aparece una intervención en estilo directo del protagonista. Este recurso sirve para poner de manifiesto el momento crucial en que su mente pierde el dominio, dejando con sus palabras perplejo al lector.

Las exclamaciones retóricas que abren y cierran la segunda parte acentúan el efecto sorpresa del inesperado desenlace y dejan paso a un estilo más elaborado. Predomina el asíndeton que acelera el ritmo narrativo, que se sosiega momentáneamente con coordinadas copulativas en los finales de los dos párrafos, para inmediatamente volverse a acelerar, incluso para el final se reserva la exclamación con la intención de dejar sobrecogido al lector.

Para producir el impacto auditivo en el penúltimo párrafo se usa básicamente la gradación del sonido: al eco del golpe le sucede primero, “un quejido”; después,un “continuo alarido” y desemboca en “un aullido”. Estos sonidos se matizan con un regular número de epítetos que crece a la par que gradúan la intensidad: primero, “sordo y entrecortado”; después, “largo, agudo y continuo alarido, anormal”. Idéntico fin y estructura presentan los símiles asociados a estos sonido: primero uno solo: “semejante al sollozar de un niño”; después se duplican y se hacen terribles y siniestros: “como sólo puede haber brotado en el infierno de la garganta de los condenados en su agonía y de los demonios exultantes en la condenación”. Las imágenes se agigantan y desmesuran hiperbólicamente: desde el niño hasta el demonio; desde el sollozo hasta la espeluznante metáfora del “infierno de la garganta”.

La acción está sumamente concentrada, nada distrae la atención del lector, ni siquiera la policía cuando hace caer la pared, de la que solo se seleccionan los brazos de forma metonímica (“una docena de robustos brazos atacaron la pared”). El impacto visual presenta el cuadro grotesco de la muerta coronada con el gato tuerto; la escena está coloreada con distintos matices del color rojo, oscuro por abajo  (sangre coagulada) y muy vivo por arriba (con la roja boca abierta y el único ojo como de fuego). Este último símil acerca definitivamente la figura del gato a la encarnación de una fuerza demoníaca sobrenatural, al que el protagonista denomina “bestia” y monstruo”.

En conclusión, en el fragmento se aprecia una fuerte concentración de la acción, el tiempo, el espacio y el estilo al servicio del terror psicológico que sufre el protagonista, y la ambientación no escamotea detalles morbosos propios del romanticismo oscuro norteamericano.

La inquietante atemporalidad del relato nos acerca la fantasía imaginada en el siglo XIX al siglo XXI. El lector actual puede conectar con el tema y la estética poiana por varios motivos, entre los que destacamos los siguientes: Primero, la apuesta espacial urbana tan arriesgada en su momento, hace que hoy podamos imaginar en nuestro extraño vecino las conductas asociales retratadas por Poe. Como entonces, en segundo lugar, preocupan en nuestra sociedad las consecuencias psicológicas que derivan del consumo de sustancias tóxicas. Por último, queremos destacar el influjo de esta literatura en el nacimiento en los años 70 y 80 del siglo XX de toda una subcultura denominada gótica. La música post-punk en el Reino Unido, el death rock y otros subgéneros derivan en el Rock gótico de sonidos dark y de estética dark, que han tenido muchos seguidores en estos años y que se conocen con los sobrenombres de gótico, dark, siniestro, obscuro, batcaver, etc.