Aristóteles: Pionero de la Biología y la Ciencia
Aristóteles fue un biólogo dedicado a la observación y al estudio de la naturaleza, buscando explicaciones sin recurrir a realidades supranaturales. A diferencia de Platón, cuyas creencias religiosas lo llevaban más allá de la realidad sensible, Aristóteles se centró en el mundo real, estableciendo los fundamentos teóricos de la investigación científica de la naturaleza. Criticó la teoría de las ideas de Platón, rechazando que la esencia de las cosas existiera separada de ellas, aunque sin descartar por completo la teoría en sí. Para Aristóteles, la ciencia trata sobre lo general y universal, buscando la esencia común en las cosas mismas.
La Física y el Valor de la Naturaleza
Mientras que filósofos como Empédocles, Anaxágoras y los atomistas se ocuparon de la física, y Parménides y Platón la consideraron fuente de conocimiento engañoso o carente de valor científico, respectivamente, fue Aristóteles quien le dio a la naturaleza su auténtico valor para el conocimiento científico. La naturaleza, compuesta de materia y forma en movimiento, es una fuente de conocimiento tan valiosa como las matemáticas o la teología.
Las Cuatro Causas (Aitía)
Según Aristóteles, adquirimos conocimiento científico al conocer sus causas. La física se ocupa de establecer las causas de los seres naturales. Analizando la noción de “causa” captamos el aspecto dinámico del ser. Aristóteles define las causas como “todos aquellos factores que son necesarios para explicar un proceso cualquiera”. Criticó a filósofos anteriores por enfocarse en una sola causa (Tales de Mileto en el agua, Heráclito en el fuego, Anaxímenes en el aire, Empédocles en los cuatro elementos) o en dos (Platón, la formal y la material, pero separándolas). Aristóteles propuso cuatro causas:
- Causa material: La materia de la que está hecho algo (ej., la madera de una mesa).
- Causa formal: La forma o esencia de algo (ej., la forma de la mesa).
- Causa motriz o eficiente: El agente que produce el cambio (ej., el carpintero).
- Causa final: El propósito o fin de algo (ej., utilizar la mesa para apoyarse).
Cuerpo y Alma: Una Unidad Indisoluble
Para Aristóteles, cuerpo y alma constituyen una única sustancia, relacionados como materia y forma. Esto lo lleva a rechazar la reencarnación: el alma no puede ser forma de cualquier cuerpo. El alma es el principio de toda actividad del ser vivo, comparable a la vista en el ojo. Cuerpo y alma son inseparables: un cuerpo sin alma no es un ser vivo, y un alma sin cuerpo no es nada. Rechaza la preexistencia del alma o su existencia más allá de la muerte, como afirmaba Platón. A diferencia de Platón, que distinguía tres partes del alma, Aristóteles defiende su unidad, situándola en todo el cuerpo. No es el alma la que siente o piensa, sino todo el ser humano gracias al alma. El alma tiene tres funciones:
- Función nutritiva o vegetativa: Crecimiento, nutrición y reproducción.
- Función sensitiva: Deseos, percepciones y movimiento.
- Función pensante: Capacidad de pensar y entender.
Política: Ciencia Empírica y Formas de Gobierno
Aristóteles entendió la política como una ciencia empírica, aunque no exacta, recopilando constituciones de ciudades griegas. Defendió la pequeña ciudad-Estado y rechazó la autarquía individual cínica y el universalismo imperialista. Clasificó las formas de gobierno en monarquía, aristocracia y democracia (politeia o gobierno constitucional), con sus respectivas degeneraciones: tiranía, oligarquía y demagogia. En las primeras, gobiernan los mejores y más virtuosos buscando el bien común; en las segundas, buscan el provecho particular.