La Literatura Española del Siglo XX: Modernismo, Generación del 27 y Vanguardias

La Generación del 27

Tradición y Vanguardismo

Una generación literaria es un grupo de escritores que, nacidos en fechas cercanas y movidos por un acontecimiento de su época, se enfrentan a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos. Aunque desean encontrar nuevas fórmulas poéticas, no rompen con la tradición española y sienten admiración por el lenguaje poético de Góngora, por los autores clásicos y por las formas populares del Romancero. A la par que lo tradicional, las corrientes de vanguardia, sobre todo el surrealismo, ejercen gran influencia en el grupo del 27. Los escritores surrealistas exploran el mundo de lo inconsciente y pretenden alcanzar la belleza absoluta, que está por encima de la realidad.

Intención Estética

Intentan encontrar la belleza a través de la imagen. Pretenden eliminar del poema lo que no es belleza y, así, alcanzar la poesía pura. Quieren representar la realidad sin describirla, eliminando todo aquello que no es poesía.

Temática

Sienten especial interés por los grandes asuntos del Hombre, como el amor, la muerte, el destino… y los temas cargados de raíces populares.

Estilo

Se preocupan fundamentalmente de la expresión lingüística y buscan un lenguaje cargado de lirismo.

Versificación

Utilizan estrofas tradicionales (romance, copla…) y clásicas (soneto, terceto…). También utilizan el verso libre y buscan el ritmo en la repetición de palabras, esquemas sintácticos o paralelismo de ideas.

Los Poetas

Como ya hemos dicho, cada poeta tiene un estilo propio muy característico y evoluciona de distinta manera. Unos exploran el surrealismo (Aleixandre), otros una poesía más humana (Salinas) y otros aúnan las vanguardias con la poesía popular (Lorca y Alberti). Por tanto, esta es una generación en la que cada poeta merece un estudio particular y propio.

Pedro Salinas

Escribió prosa y crítica poética, pero lo que sin duda destaca en su obra son sus nueve poemarios.

Jorge Guillén

Su poesía es compleja y parte de la realidad, de sus vivencias. Guillén anda a medio camino entre la “poesía pura” y la vital.

Gerardo Diego

Su poesía se caracteriza por su variedad formal, temática y de influencias.

Dámaso Alonso

Nació en Madrid en 1898.

Vicente Aleixandre

Su obra se centra en el hombre enamorado, ser elemental. Frente al amor opone la muerte y el dolor.

Rafael Alberti

En su obra se combina lo culto y lo popular, lo andaluz y lo castellano, lo barroco y lo escueto.

Luis Cernuda

En sus primeros poemas está muy presente el amor prohibido.

Miguel Hernández

Comenzó con un estilo inspirado en los clásicos españoles del Siglo de Oro con poemas amorosos y religiosos, pero más adelante comienza a escribir una poesía de ideología comunista.

Las Vanguardias en España

Etapas:

  1. 1908-1918: Primeras Manifestaciones (Ramón Gómez de la Serna).
  2. 1908-1925: Creacionismo y Ultraísmo. Desde la llegada de Vicente Huidobro hasta el comienzo del surrealismo.
  3. 1925-1930: Influjo del Surrealismo. Inicio de una rehumanización del arte.
  4. 1930-1936: Decadencia y Abandono. Cultivo de una literatura cada vez más comprometida socialmente y con menos espacio para la investigación formal.

El Ultraísmo

Movimiento nacido en 1918 bajo la influencia del dadaísmo, del cubismo y, sobre todo, del futurismo italiano. Su objetivo es enfrentarse al modernismo. A diferencia de aquel, es un movimiento estrictamente literario que se fraguó sobre todo en revistas como Grecia o Ultra. En su nómina se cuentan Guillermo de la Torre y Jorge Luis Borges, por quien el movimiento se difundió también en Argentina.

El Creacionismo

Movimiento fundado en París por el poeta chileno Vicente Huidobro, quien más tarde lo difundió en España. Sus referentes anteriores son Tristan Tzara y Francis Picabia. Su objetivo era crear obras literarias que no imitasen la realidad, sin narración y sin descripción. Como el Ultraísmo, propone la yuxtaposición de imágenes y las asociaciones ilógicas o desconcertantes.

El Surrealismo en España

A pesar del origen francés del surrealismo, España se convirtió quizás en el país donde más autores de renombre se dejaron influir por esta vanguardia. Es cierto que no hubo manifiestos surrealistas en España y que se desechó algún que otro modus operandi como la escritura automática. Sin embargo, abruma la cantidad y calidad de los creadores adscritos o influidos por este movimiento.

Características

  • Temas: Libertad, azar y mundo interior. Rebelión contra la sociedad burguesa. Desolación, angustia e imágenes macabras. Imágenes visionarias.
  • Recursos formales: Falta de coherencia textual, juegos de palabras, repeticiones, metáforas sorprendentes.

Poesía entre Modernismo y Vanguardia: Juan Ramón Jiménez

El Novecentismo

El término novecentista se refiere a la generación posterior a la modernista del noventa y ocho, y anterior a la del veintisiete. Corresponde a 1914. El intelectual catalán Eugenio D’Ors es el artífice del término. El movimiento preconiza un europeísmo clasicista muy en contraste con la tradición española, más identificada con una actitud barroca o romántica.

Características de la Generación

Los autores novecentistas se caracterizan por la defensa de una serie de principios. En algunos casos, se oponían diametralmente a los defendidos por el modernismo. En otros casos, se trata de un desarrollo de algunas posturas modernistas.

  • Racionalismo: frente al irracionalismo modernista.
  • Antiromanticismo: rechazo de lo sentimental y lo pasional.
  • Defensa del Arte Puro: el arte debe limitarse a proporcionar placer estético, no debe ser vehículo de preocupaciones religiosas o políticas y se considera como algo autónomo, al margen de la vida.
  • Aristocratismo Intelectual: el arte y el saber en general se conciben como creación para minorías selectas.
  • Estilo Cuidado: se persigue un estilo depurado y cuidado, que no solo tiene una trascendencia estética sino también moral.

Las Vanguardias que Llegan

De forma simultánea al período prebélico y a la Gran Guerra, en Europa florecen los distintos movimientos artísticos de vanguardia. Estos movimientos pretenden romper radicalmente con la herencia artística del XIX. Casi todos los novecentistas participan de alguna forma del espíritu de la vanguardia. Algunos de ellos incluso se convierten en introductores de sus innovaciones en España. El mundo, a partir de entonces, ya nunca será igual.

Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez nació en 1881 en Moguer (Huelva) y murió en 1958. Como dato biográfico importante, cabe destacar que dos años antes de su muerte recibió el Premio Nobel de Literatura. Su poesía se caracterizó por el anhelo de desnudez y de totalidad poéticas. Gracias a las reflexiones que realiza sobre sus obras, se puede saber que la poesía para él representaba un camino de conocimiento de uno mismo y de la realidad. Su obra se divide en tres etapas:

  1. Entrega Sensitiva: Incluye sus primeros títulos (Ninfeas y Almas de violeta) que revelan excesos modernistas (patetismo, la tarde…). Insinúan rasgos de su poesía posterior como la inquietud y la búsqueda del ideal.
  2. Afán de Conocimiento de la Realidad: Comienza con Estío, en el que se percibe una expresión más desnuda y pura y una conceptualización mayor de temas como el amor. Escribe también en esta época Diario de poeta recién casado, su mejor título según él mismo. En él aparece una triple visión de la idea de viaje: físico, sentimental y a la literatura.
  3. Necesidad de Conciencia Interior: Alcanza su idea de poesía esencial en obras como La estación total, Espacio y Animal de fondo. Fusiona lo real con lo trascendental. Se trata de una poesía construida con imágenes irracionales y formalmente desnuda de toda rima.

Es necesario mencionar la prosa poética del autor, que aparece en obras como Platero y yo.

La Renovación de la Lírica en el Fin de Siglo

El Modernismo, de patente huella francesa –es hijo del Parnasianismo y del Simbolismo–, llega a España de la mano, sobre todo, del poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), que en 1888 publica Azul, un libro que puede considerarse inaugural. Cuidadoso con las formas métricas, obsesionado por la belleza del texto –en el que abundan los recursos estilísticos y los efectos sonoros–, el Modernismo se apoyará sobre todo en la expresión de la sensibilidad del poeta, acercándose a menudo a la intimidad de la introspección y de la confesión. Es un triunfo del “yo”, que se manifiesta mediante símbolos, alguno de los cuales, como el “ocaso”, es recurrente en los modernistas. No es extraña esta idea a una desazón romántica (visible en temas como la soledad o el amor imposible), que recupera elementos como el escapismo (en el espacio, en el tiempo), el exotismo y el cosmopolitismo. En el caso de Rubén Darío, además, la nueva corriente trae consigo un interés notable por los temas americanos. Porque Rubén Darío, a caballo entre su América natal y la residencia en España y Francia –la suya es una vida muy intensa–, representa la plenitud del Modernismo. Además de Azul, destacan sus Prosas profanas (1896), esplendoroso ejercicio de “poesía de los sentidos”, de brillante plasticidad y vitalismo, y, más angustioso y dolorido, Cantos de vida y esperanza (1905). Además de Rubén Darío, otros poetas como Juan Ramón Jiménez, Ramón del Valle-Inclán o Antonio Machado tienen también su etapa modernista. La de Antonio Machado (1875-1939) se circunscribe a su libro Soledades (1903 y 1907), con predominio temático del ángulo intimista y una propensión a la melancolía –ya se observa en el título del libro– que choca con el modelo vital o de una decadente morbosidad de otros poetas. Desde el punto de vista formal, el Modernismo de Machado huye también de los ritmos rotundos y del lenguaje vistoso de Rubén Darío. Más próximo al gusto estético de Rubén se encuentra el hermano de Antonio, Manuel Machado (1874-1947), que añade al gusto cosmopolita del modernismo la ligera fluidez de la copla andaluza. En cuanto a Juan Ramón Jiménez (1881-1958), engarce entre el Modernismo y la Generación del 27 –él es el máximo exponente de la llamada ‘Generación de 1914’–, acaso se trate del poeta más rico y complejo del siglo XX. Su búsqueda de la belleza y del conocimiento a partir de la poesía le llevaron a abandonar progresivamente los postulados modernistas, desde la llamada “poesía pura” a la “poesía desnuda”, que culmina, a partir de 1936 en el misticismo metafísico. Sus libros modernistas más significativos son Arias tristes (1903) y Platero y yo (1914), prosa poética que trasciende el concepto de narración. Se achaca a los modernistas su desconexión respecto a la realidad. Aunque pasearan orgullosos su célebre distintivo “el arte por el arte”, siempre se les recriminó que pusieran la estética por encima del compromiso con su tiempo, que es el rasgo preponderante de la hermana Generación del 98. Tanto Machado como Valle-Inclán, en su evolución literaria, terminarán por engrosar la lista de autores de esa Generación del 98, que en el caso de Machado identificamos claramente con su segunda etapa poética, a la que pertenece Campos de Castilla (1912).