La cultura judeocristiana, junto con la grecorromana, constituye la base de la civilización occidental. El legado de aquella, que es amplísimo, se resume fundamentalmente en la religión y la moral, pero abarca muchas otras formas y se deja sentir a cada paso en la historia del pensamiento, la literatura y el arte occidentales. El cuerpo de creencias, preceptos e ideas judeocristianas está contenido en la Biblia. Su condición de verdad revelada por Dios al pueblo de Israel y, a través de Jesucristo, a todo el mundo cristiano, hace de la Biblia un fenómeno excepcional, que sobrepasa los límites y el sentido habituales de un texto escrito. Frente a otras literaturas mitológicas antiguas (india, egipcia, grecolatina), la dimensión religiosa del monoteísmo hebreo mantiene, a través del proselitismo cristiano, su vigencia y predominio en el mundo occidental.
La Biblia cristiana, tal como hoy la entendemos, se constituyó en el concilio de Hipona (393). Su canon se confirmó en el concilio de Cartago (397) y, posteriormente, en el de Trento (1546). La Biblia se redactó a lo largo de un milenio aproximadamente (900 a. C.-100), y ha sido traducida a más de dos mil lenguas, lo que la convierte en el libro más universal en la historia de la humanidad. En el siglo V fue traducida al latín por San Jerónimo en una versión que se conoce como la Vulgata, por haber empleado un latín corriente, y no el clásico.
Desde el punto de vista literario, la riqueza y variedad de la Biblia es asimismo excepcional. Presenta influencias egipcias y mesopotámicas (por ejemplo en los relatos del Génesis), orientales (en los textos sapienciales como el Libro de Job o el Cantar de los cantares), y una gran diversidad de géneros (narrativo, lírico, hímnico, dialógico, satírico, profético, epistolar, jurídico, histórico, didáctico, aforístico…), así como de figuras retóricas (paralelismos, metáforas, símbolos, símiles, etc.).
Estructura de la Biblia:
A)Antiguo Testamento:
1.Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
2.Libros históricos: Josué, Jueces, Ruth, Samuel I y II, Crónicas I y II, Esdras, Nehemías, Tobías, Judith, Esther, y Macabeos I y II.
3.Profetas: mayores: Isaías, Jeremías, Lamentaciones de Jeremías, Baruc, Ezequiel, Daniel; menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías.
4.Libros sapienciales o gnómicos: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico.
B) Nuevo Testamento:
1. Evangelios canónicos. Son cuatro libros de contenido histórico-biográfico. Narran la vida, doctrina y milagros de Jesucristo. Se atribuyen a los apóstoles San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Los tres primeros se denominan «sinópticos», porque guardan una estrecha relación formal y de contenido. Todos están escritos en griego, salvo el de San Mateo, que está en arameo. Su fecha aproximada de redacción se sitúa en la segunda mitad del siglo I. Existen otros evangelios, denominados apócrifos, que las iglesias cristianas no reconocen.
2. Hechos de los apóstoles. Escrito por San Lucas. Es una historia de la Iglesia primitiva. Consta de tres partes: predicación en Jerusalén; promulgación del evangelio y propagación del cristianismo en el mundo pagano; y viajes apostólicos de San Pablo.
3. Epístolas de San Pablo. Son 14 cartas escritas por el apóstol durante los viajes misioneros que realizó tras su conversión al cristianismo. Están dirigidas a los Romanos, los Corintios, los Gálatas, los Efesios, los Colosenses, los Tesalonicenses, a Timoteo, a Tito, a Filemón y a los Hebreos.
4. Epístolas católicas. Escritas por Santiago, San Pedro, San Juan y San Judas. Tienen un carácter ecuménico.
5. Apocalipsis (significa revelación): Predice el final de los tiempos en forma alegórica, anunciando el triunfo del cristianismo y de la Iglesia. Es el último libro de la Biblia, y se atribuye a San Juan. Se sitúa a finales del siglo I o principios del II. Abundan en él las imágenes simbólicas.
La Biblia ha generado numerosos comentarios a lo largo de la historia; de su estudio nació la Filología.
Fundamental para el conocimiento de la cultura hebrea es además el Talmud, colección de preceptos sobre religión, derecho, agricultura, redactada durante los siglos V y VI, que constituye una especie de enciclopedia del saber consuetudinario judío. Después del AT (denominado Tanaj por los judíos), está considerado el texto más importante de la literatura hebrea. El Talmud recoge la tradición oral, mientras que la Torá (el Pentateuco, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia) contiene la tradición escrita. En cuanto a la Mishná, es una codificación de la tradición legal judía transmitida oralmente hasta su fijación escrita por Rabí Yehuda hacia finales del siglo II.