Contexto Histórico del Siglo XIX
El siglo XIX fue una época convulsa y de enormes transformaciones, marcada por las revoluciones burguesas. Los ideales de la burguesía ascendente se impusieron gradualmente, con el gran capital emergiendo como consecuencia de la Revolución Industrial y el desarrollo técnico. Este contexto impulsó el Colonialismo, debido a la necesidad de nuevos mercados y materias primas.
Se experimentó un aumento demográfico gracias a las mejoras higiénicas y al avance de la medicina. En consecuencia, el mercado de trabajo se saturó, y las empresas aprovecharon para pagar sueldos de miseria. Así surgió el socialismo y el movimiento obrero, que reivindicaban condiciones laborales dignas.
El nacionalismo, la gran novedad del siglo XIX, fue adoptado por las élites dominantes como freno al avance del movimiento obrero y al socialismo. Además, proporcionó a las clases populares un sentido comunitario.
Contexto Cultural del Siglo XIX
El Romanticismo dominó la primera mitad del siglo XIX, como una reacción estética contra el gusto clasicista. Se caracterizó por el gusto por lo irracional, lo popular y las tierras exóticas. En la segunda mitad del siglo XIX, fue desplazado por el Realismo y el Positivismo.
Las nuevas ideologías políticas del siglo (liberalismo, nacionalismo, socialismo) compartieron la característica de prescindir de las viejas doctrinas religiosas. La Iglesia quedó arrinconada, aunque conservó gran influencia moral, educativa y en las costumbres.
La teoría de la evolución de Darwin tuvo un gran impacto. También fue la época de Pasteur y de las primeras vacunas. A finales del siglo, se inició la revolución científico-técnica. En pintura, el Impresionismo introdujo un corte radical con la tradición pictórica, buscando pintar la realidad tal como se ve, con fidelidad a la naturaleza. La novela se convirtió en un fenómeno de masas. La música de Wagner sedujo a Nietzsche como prototipo de creación de un espíritu libre, pero rompió con él al interpretar que Wagner había cedido a la farsa del cristianismo.
Contexto Filosófico del Siglo XIX
El siglo XIX marcó el fin de los grandes sistemas filosóficos, dando paso a diversas corrientes. Triunfó el Positivismo, con Comte como principal representante. Esta corriente empirista radical validaba solo el conocimiento científico, estableciendo tres etapas en la evolución del pensamiento humano: religiosa, metafísica y política o científica.
En las últimas décadas del siglo XIX, surgieron corrientes filosóficas contra el Positivismo, buscando respuestas a problemas que la ciencia no resolvía. Las principales corrientes fueron:
- Vitalismo: Corriente que encuadra a Nietzsche, donde la vida es la realidad radical.
- Historicismo: Originado en Alemania (Spengler), considera toda la realidad, incluida la humana, como histórica y no absoluta. Rechaza la visión lineal y la fe en el progreso de la Ilustración.
- Irracionalismo: Schopenhauer propuso la intuición como modelo de pensamiento, oponiéndose a lo racional-conceptual. Nietzsche adoptó postulados como la vida frente a la razón (vitalismo), la racionalidad como máscara de la realidad (nihilismo), y el arte como única fuente de claridad (pesimismo).
- Marxismo: Nietzsche coincidió con Marx en su visión materialista de la realidad y en el rechazo a la religión, aunque no compartía los ideales de la lucha obrera.
Actualidad de Nietzsche
La defensa de los valores terrenales forma parte de las sociedades actuales. Nietzsche anticipó la pérdida de referentes absolutos. Su crítica al concepto de verdad inspiró nuevas teorías, como el perspectivismo de Ortega. Sus aportaciones sobre el lenguaje son relevantes para no estancarnos en conceptos genéricos. La física contemporánea ha seguido la línea marcada por Nietzsche. La actitud de sospecha es crucial ante la proliferación de interpretaciones interesadas de la realidad. Respecto a la muerte de Dios, el proceso de laicización es innegable, aunque las religiones perviven. El diagnóstico nihilista de Nietzsche se ha cumplido, pero no hay signos de la llegada del Superhombre.
Comparación entre Nietzsche y Platón
Las diferencias entre Nietzsche y Platón superan las coincidencias:
- Ámbito lingüístico: Nietzsche rechaza los conceptos, viendo el mundo como puro devenir, mientras Platón considera la existencia independiente de estos en el mundo de las Ideas.
- Ámbito epistemológico: Nietzsche defiende la creación individual de la verdad y los valores, mientras Platón cree en un conocimiento universal y verdadero. La fuente de conocimiento para Nietzsche son los sentidos, para Platón, la fuente del error.
- Ámbito metafísico: Nietzsche ve el mundo como continuo fluir, mientras Platón se refiere a un mundo perfecto de Ideas. Para Nietzsche, solo existe lo particular; para Platón, lo general es más verdadero.
- Ámbito ético-antropológico: Monismo de Nietzsche frente al dualismo de Platón. Platón prioriza el alma, Nietzsche el cuerpo. Nietzsche define el individualismo, Platón lo colectivo. La filosofía para Nietzsche es para gozar la vida, para Platón, una preparación para la muerte.
Fundamentación: Crítica a la Filosofía
Nietzsche critica la preferencia del ser frente al devenir, de lo estable frente a lo cambiante (lo real para él). La filosofía occidental, corrompida por Sócrates, prioriza la razón sobre la vida (Apolo contra Dionisio). Platón crea el mundo de las Ideas, desvalorizando el mundo sensible. Nietzsche solo salva a Heráclito. Critica el “ser” como concepto metafísico, afirmando que solo existe el devenir. Defiende el testimonio de los sentidos frente a la razón, que induce al engaño. La realidad, como constante cambio, solo se expresa a través de la metáfora.
Fundamentación: Crítica a la Moral, Religión y Ciencia
Crítica a la moral: Nietzsche critica la moral tradicional en La Genealogía de la Moral. Investiga la evolución de los conceptos morales, donde “bueno” era lo noble y “malo” lo plebeyo. La transmutación a “bueno y malvado” se origina en judíos y cristianos. Los valores occidentales son fruto del resentimiento. El nihilismo, para Nietzsche, niega valores o realidades importantes. Él practica el nihilismo activo, derribando los valores occidentales.
Crítica a la religión: Critica el cristianismo por desvalorizar este mundo frente al “otro mundo”. Lo considera platonismo para el pueblo, enemigo del hombre superior.
Crítica a la ciencia moderna: La ciencia es una religión enmascarada. Critica la fe en la ciencia, la matematización de lo real, la tecnificación deshumanizante y la falta de orientación vital. Cuestiona las verdades únicas y la visión del devenir como apariencia.
El Mensaje de Zaratustra: Voluntad de Poder, Eterno Retorno, Transvaloración y Superhombre
Así Habló Zaratustra contiene los temas básicos de Nietzsche:
- Voluntad de poder: Voluntad de crear, de ser más, de decir sí a la vida. Crea nuevos valores para el crecimiento personal.
- Eterno retorno: Concepto clave para refutar la concepción lineal del universo. Afirma el valor del devenir, la evolución, la vida y la existencia. El mundo gira, pero no avanza.
- Transvaloración de valores: Busca convertir valores engañosos en verdaderos, impulsando al superhombre. Hay que recuperar la inocencia primitiva y estar “más allá del bien y del mal”.
- Superhombre: El nuevo hombre, nihilista activo, que crea valores y recupera el lado dionisiaco. Surge de tres transformaciones: camello (obediencia), león (negación) y niño (creación). La condición para su aparición es la “muerte de Dios”.