Introducción
En el mundo actual, la convivencia de lenguas diferentes es común incluso en áreas geográficas pequeñas. Situaciones de bilingüismo o multilingüismo, donde dos o más lenguas coexisten por largo tiempo sin que ninguna parezca estar en desuso, son frecuentes. Es difícil identificar un país como estrictamente monolingüe; de hecho, las comunidades multilingües son mayoría. El contacto entre lenguas es un hecho universal, y en la formación de cada lengua se encuentran elementos de otras con las que convive. Las influencias se clasifican en tres tipos:
Sustrato
Son las características lingüísticas de una lengua desaparecida que subsisten o influyen en la lengua que la sustituye. La lengua suplantada se denomina lengua de sustrato. Ejemplos de esto son las huellas dejadas por las lenguas prerromanas (celta, íbero) en la formación de las lenguas peninsulares (Ej.: cama, camisa <> celta; Ibiza <> cartagineses).
Adstrato
Cuando diferentes lenguas conviven estrechamente por razones geográficas u otras y se producen influencias mutuas, se denominan lenguas en adstrato. Por ejemplo, el léxico castellano presenta préstamos de lenguas cercanas, como el francés (canapé) o el italiano (birra, capricho).
Superestrato
Una lengua actúa como superestrato respecto a otra cuando su incidencia se debe a una situación de superioridad. El árabe, por ejemplo, influyó en el léxico del castellano durante la dominación musulmana (más de 4000 vocablos: alhaja, almohada, zaguán).
Monolingüismo y Plurilingüismo
Estos conceptos se relacionan con la existencia de una o varias lenguas en un territorio. En sociedades occidentales se tiende a pensar que el monolingüismo es la norma, pero el plurilingüismo es la forma natural de vida de millones de personas. Dividiendo el número aproximado de lenguas (cuatro mil) por el número de países (unos doscientos) se concluye que el plurilingüismo es frecuente.
Monolingüismo
Se define como la posesión de una única lengua por un individuo o colectividad. En la Edad Moderna, los Estados han tendido a difundir el monolingüismo para aplicar su política a una población homogénea y tener una sola lengua para las relaciones internacionales. Hay países donde solo se reconoce oficialmente una lengua, aunque existan otras en su territorio: Italia, EE. UU., etcétera.
Plurilingüismo
Se produce cuando un individuo o comunidad hablan diferentes lenguas. El resultado más habitual es el bilingüismo en el hablante individual. En Europa hay varias naciones plurilingües, como España, donde conviven diferentes lenguas.
Bilingüismo y Diglosia
Estos términos son etimológicamente sinónimos, ya que ambos identifican dos lenguas. Actualmente presentan una especialización como tecnicismos lingüísticos. Se ocupa de ellos la Sociolingüística, que estudia la lengua en relación con la sociedad. Las situaciones de bilingüismo y diglosia son complejas, ya que inciden en ellas factores extralingüísticos.
Bilingüismo
El término bilingüismo alude a la utilización de dos lenguas. Puede enfocarse desde el punto de vista individual o social.
a) Bilingüismo individual
Consiste en el dominio igualmente correcto de dos lenguas, incluyendo la capacidad de entender y hacerse entender en ambas. Puede producirse por la adquisición simultánea de dos lenguas en el hogar (bilingüismo natural o primario) o por aprendizaje externo (bilingüismo secundario). Los grados de dominio varían en cada hablante. El bilingüismo equilibrado (habilidad similar a la de un nativo en ambos idiomas) no es frecuente. Se pueden dar interferencias: cambios de acento, calcos, etc. Distintos motivos (cambio de país) pueden hacer que se use una lengua más que otra, que se va olvidando (bilingüismo dormido). La actitud del hablante hacia las lenguas también influye, ya que puede considerar una superior a la otra.
b) Bilingüismo social
Se produce cuando en un territorio o colectividad coexisten dos lenguas. Una sociedad bilingüe es aquella donde se emplean dos lenguas, aunque no todos sus miembros sean bilingües. Existen infinitos grados de bilingüismo, desde la situación en que dos lenguas son habladas por fracciones distintas de la comunidad hasta que todos conocen y practican ambas. Canadá (francés e inglés) y Bélgica (francés y flamenco) son ejemplos de sociedades bilingües. Cuando ambas lenguas tienen igual valoración oficial, cultural y social, se habla de bilingüismo horizontal. En España son comunidades bilingües Galicia, Cataluña, País Vasco, Navarra (zona norte), Valencia y Baleares. El bilingüismo ha experimentado etapas conflictivas, ya que en ciertos momentos históricos la utilización de una lengua distinta del castellano fue reprimida (Ley de Instrucción Pública de 1857). El bilingüismo ideal sería la utilización indistinta de dos lenguas en cualquier contexto, correspondiéndose con un biculturalismo en convivencia.
Diglosia
Es un fenómeno emparentado con el bilingüismo que alude a la coexistencia de dos lenguas con funciones sociales diferentes. Se crea un desequilibrio, ya que una tiene mayor relevancia y poder frente a la otra, relegada a un uso cotidiano. La diglosia se refiere a una situación donde una lengua se diversifica funcionalmente en sentido social (diastático) o individual (difásico) por prestigio social, económico o cultural. La lengua privilegiada suele tener un empleo más formalizado, y su conocimiento implica acceso a instrumentos de poder: cultura, cargos políticos, religiosos, etc. Se usa en la escritura. La lengua desfavorecida tiene un carácter más coloquial, familiar y escaso uso en contextos formalizados; su empleo es oral y suele corresponderse con la lengua materna. Casos de diglosia en España se observan en el aragonés (Aragón) y en Asturias.
Procesos de Normalización Lingüística
Para evitar la diglosia en comunidades bilingües y que una lengua desfavorecida alcance un uso normal e igualitario, se emplean los procesos de normalización lingüística. Son medidas que adoptan las administraciones públicas para preservar y extender el uso de la lengua. Los ámbitos de intervención son: programas de inmersión o escolarización temprana en la lengua a normalizar; creación de normas lingüísticas (normativización) para establecer criterios comunes y homogéneos; difusión del idioma en situaciones cotidianas: carteles, medios de comunicación, etc. Un objetivo prioritario es la normativización para conseguir criterios homogéneos entre los hablantes. La normativización dota a la lengua de una norma estable que constituye el modelo de uso y da unidad a sus variedades. En la normativización son importantes las academias de la lengua, encargadas de fijar normas ortográficas, elaborar diccionarios y gramáticas normativas. Además, impulsan el uso de la lengua escrita, especialmente la literatura, fomentando la creación literaria, las traducciones, la edición y difusión de obras, etc. Se crea así un modelo de lengua escrita culta.
Bilingüismo y Diglosia en la Península Ibérica
Bilingüismo y diglosia han existido en la península desde tiempos remotos y son una realidad en la España actual. En la historia, ha habido tres periodos de bilingüismo: 1) Conquista romana: el latín coexistió con las lenguas primitivas hasta imponerse. 2) Llegada de los visigodos: la lengua de los vencedores desapareció ante la presión del romance nativo. 3) Invasión musulmana: se conservó la lengua del territorio dominado. En conclusión, bilingüismo y diglosia han estado presentes en la Península desde la Edad Media hasta nuestros días.