Pintura Barroca Europea del Siglo XVII

Introducción

La pintura del siglo XVII se caracteriza por su naturalismo y realismo, incluso en la representación de lo feo y desagradable. Oscila entre dos tendencias principales: el naturalismo y el clasicismo. Domina el dinamismo, la perspectiva aérea, las diagonales, el color y la luz. La profundidad se logra mediante líneas convergentes, escorzos y juegos de luces y sombras. El tenebrismo, que consiste en iluminar intensamente ciertas partes del cuadro dejando el resto en penumbra, es una técnica fundamental.

Italia

Caravaggio

Este pintor realista y naturalista, cuya vida dura se refleja en su obra, se preocupó por la luz y el color, siendo el creador del tenebrismo. Crea atmósferas donde el dolor se acentúa. Obras destacadas: Descanso en la huida a Egipto, Baco enfermo y Narciso. Realizó varias obras para la iglesia de San Luis de los Franceses, destacando San Mateo. Para la iglesia de Santa María del Popolo realizó El martirio de San Pedro. También destacan El entierro de Cristo y Muerte de la Virgen, obra polémica por el modelo utilizado para la Virgen. Huyó de Roma y viajó a Nápoles.

Lucas Jordan

Siguió el tenebrismo, como en La crucifixión de San Pedro.

Clasicismo y Pintura Decorativa

La pintura clasicista muestra un deseo de volver a la naturaleza de forma razonada. Se presentan las cosas no como son, sino como deberían ser. Es una pintura más dibujística y lineal. Destacaron Los Carracci y Guido Reni. En la pintura decorativa destacan las grandes decoraciones escenográficas y teatrales en bóvedas y muros. Las composiciones son dinámicas, con riqueza cromática y fuerza expresiva. Los encargos solían ser políticos o religiosos. Destacan Pietro da Cortona y Lucas Jordan.

Francia

Como seguidores del tenebrismo destacan Georges de La Tour y Le Nain. El clasicismo lo representa Nicolas Poussin, cuya pintura es liberal y predomina la claridad y la razón, y Claudio Lorena, que destaca por sus representaciones paisajísticas idílicas y poéticas.

Flandes

Rubens

Pintor famoso que mezclaba el realismo flamenco con la influencia italiana. Composiciones abiertas y organizadas en diagonales, con modelos vigorosos. Gran riqueza expresiva, cromática y dinamismo. Obras religiosas: El descendimiento y Adoración de los magos. Temática mitológica: El juicio de Paris. Serie sobre la vida de María de Medici, con suave transición entre luces y sombras.

Van Dyck

Gran retratista y discípulo de Rubens. Viajó a Inglaterra, donde consiguió fama retratando al rey.

Jordaens

Discípulo de Rubens, abordó temas mitológicos e históricos. El retrato tiene gran importancia en la pintura flamenca.

Holanda

Temas cotidianos, retratos colectivos, sobriedad y realismo. Obras no muy grandes, por su carácter de encargo.

Rembrandt

Pintor admirado, aunque murió en el olvido. Se preocupó por la captación del alma humana y por la luz. Factura suelta y jugosa. Temática variada: mitológica (Artemisa), religiosa (Cena de Emaús), escenas cotidianas (Joven bañándose) y retratos (Lección de anatomía).

Frans Hals

Gran retratista de Ámsterdam. Retratos en grupo, con personajes representados de forma natural. Capta el ambiente y la expresión. Técnica muy libre. Obra destacada: El alegre bebedor.

Vermeer

Representa escenas de interior realistas. La luz es un elemento importante. Los personajes aparecen en actitudes serenas, realizando tareas diarias, como en La coqueta. La pintura se relaciona con el ambiente social y el triunfo de la burguesía.

España

El siglo XVII es crítico para España social, política y económicamente, pero es el Siglo de Oro de la pintura. Destacan varias escuelas, con temática religiosa, histórica o de bodegones. Existía censura en ciertos temas, la corte ofrecía mayor libertad. La mayoría de los pintores españoles se inician en una pintura realista y naturalista.

Escuela Valenciana

Francisco Ribalta

Gusto por la iluminación contrastada, como en Aparición del ángel y el cordero a San Francisco, que representa un ángel músico con colores cálidos, tenebristas y detallismo.

José de Ribera

Pintor y grabador establecido en Italia. Influenciado por Caravaggio, su pintura fue tenebrista, aunque más colorista. Naturalismo exagerado con pinceladas cargadas de pasta para acentuar la expresividad. Composiciones cuidadas y sencillas, temas religiosos y mitológicos. Obras: Martirio de San Bartolomé y Martirio de San Sebastián.

Escuela Andaluza

Francisco Pacheco

Gran teórico.

Alonso Cano

Poco realista.

Zurbarán

Pintor que trabajó en Andalucía y para la corte. Pintor de monjes. No destaca en la representación espacial, pero usa bien la luz y el color, con tenebrismo suave. Variedad de matices y preocupación por los volúmenes. Composiciones sencillas. Misticismo y espiritualidad en los rostros. Obras para el Monasterio de Guadalupe (Cáceres) y los cartujos de Sevilla. Trabajos de Hércules en el Palacio del Buen Retiro. Bodegones, destacando El cordero maniatado. Olvidado por el surgimiento de Murillo.

Murillo

Pintor sevillano de carácter sereno. Obra religiosa con gran dulzura, uniendo lo religioso con lo cotidiano. Inició en el tenebrismo, evolucionando a un estilo más colorista, brillante y dinámico. Series de Inmaculadas. Cuadros con niños (Jesús, niños pobres o callejeros), mostrando la crisis del siglo XVII. Obras: La Sagrada Familia del pajarito y El buen pastor. Dirigió una escuela de pintura en Sevilla.

Valdés Leal

Obra expresionista y dinámica. Gran colorista, pero con errores en el dibujo. Destacan las Postrimerías de la vida.

Escuela Madrileña

Velázquez

Uno de los grandes pintores universales. Influyó en pintores y estilos posteriores. Obras naturalistas con tenebrismo. Individualización de personajes vulgares en ambientes cotidianos: Adoración de los Reyes Magos. Se trasladó a la corte y triunfó con Los borrachos. Dos viajes a Italia. En el primero, se interesó por los venecianos, la composición y la perspectiva. A su regreso pintó El crucificado. Factura cada vez más suelta y ligera: La rendición de Breda. Gran retratista de la realeza, la corte y bufones. Bondad y humanidad en sus retratos, como El niño de Vallecas. Retratos de Felipe IV, el príncipe Baltasar Carlos y la princesa Margarita. Venus del espejo, uno de los pocos desnudos femeninos de la pintura española. Preocupación por la profundidad espacial y la recreación del ambiente. Técnica fluida, contornos diluidos y formas ligeras. Logró la profundidad basándose en la relación espacio-luz. Las Meninas (1656): pintura pura conseguida a través de la luz y el color. Ilusión de la escenografía barroca, tercera dimensión. Pincelada que dibuja los contornos y crea sensación de aire. Focos luminosos graduados. En Las hilanderas, acerca el mito a la realidad cotidiana. Pincelada suelta, color rico y armónico, gran luz. Sensación de movimiento e inmaterialidad. Paisajes de la Villa Medici: captación de la atmósfera y la naturaleza.