Análisis de Obras Maestras del Barroco y Neoclasicismo

Bernini Apolo y Dafne: Obra barroca, es una obra de temática mitológica resultado del estudio de la escultura helenística por parte de Bernini. Encargada por el cardenal Borghese para los jardines de su villa. El tema mitológico es la metamorfosis de Dafne, tal como Ovidio relata en la obra. Es un grupo escultórico barroco, donde Bernini muestra el instante culminante de la acción de Dafne en plena metamorfosis, un momento de inestable equilibrio. Se ha dejado de lado el equilibrio del Renacimiento, sino que se prefiere la inestabilidad, asimetría que capta mejor el movimiento. En esta obra se ve el movimiento en potencia, se percibe el dramatismo que Bernini muestra en el movimiento que representa y la composición diagonal. También propio de Bernini será el dinamismo en la obra, ya por la composición abierta y la combinación de líneas curvas. Las curvas de los cuerpos se apropian de manera armoniosa, donde se ve el instante transformado en laurel. El mármol es el dominio técnico para representar piel, cabello y contraste de cuerpos con el árbol.

Pedro de tipo Magdalena Penitente: Obra barroca de 1664, escultura exenta de talla de madera policromada, tema el arrepentimiento, tema importante para la iglesia. Representa a una joven con rasgos hebreos, donde suprime el corazón en la derecha y sostiene la cruz en la izquierda, descalza y porta una túnica que hace que no se le note el cuerpo. La obra está inclinada hacia adelante, haciendo que el espectador se centre en el rostro que está mirando la cruz y que presenta la redención. La composición de la obra está cerrada, la expresión del rostro y la tensión del cuerpo en la mano derecha transmiten dolor y arrepentimiento con dramatismo contenido, para dar realismo a los ojos, que son de cristal. La obra transmite dramatismo y no sensualidad ni emociones; este recurso se utiliza para remarcar el misticismo. Obra hecha con detallismo y técnica cuidadosa que se observa en manos y cuerpo, y el recurso de la cruz. El color es sobrio, con aditivos de tonos oscuros, ocres y marrones, sacando brillo a la obra. Estilo emotivo con dramatismo medido dentro del realismo. Función: Religiosa y simbólica, el arrepentimiento necesario para la redención. María Magdalena es una santa dentro del cristianismo, encargada por los jesuitas de San Felipe de Madrid, y remarcaba el arrepentimiento.

La muerte de la Virgen, Caravaggio, Museo del Louvre, 1605: Es una de las muestras de la radicalización naturalista de Caravaggio, la composición formal más decidida en el manierismo. Se trata de una representación patética de la muerte de la Virgen, con personajes vulgares, arrugas, pies desnudos, cabellos despeinados, de condición humilde, que exteriorizan su dolor. Se trata de una escena mortuoria de un día cualquiera, es una obra contra los requisitos manieristas, y un acercamiento a la religiosidad de la contrarreforma. La disposición de la obra es cinematográfica: personajes en primer plano, luz que ilumina a la Virgen, y la escena de Magdalena que deja alrededor un espacio a las sombras, no hay paisaje, fondo tenebrista, un carácter de Caravaggio que presenta personajes sobre fondo oscuro, destacándolos con iluminación violenta como focos de teatro.

Gentileschi, Judit y Holofernes, 1612: Técnica: óleo sobre tela, es una obra figurativa. La composición de la obra es un triángulo, donde los vértices son los jefes, donde Holofernes es el punto principal. Encontramos un foco de luz que proviene de la izquierda, donde predomina el dibujo sobre el color, destacamos el cromatismo definido por el vigor y el contraste cromático del rojo. Influencia de Caravaggio por la captación de la escena como si fuera un film, donde el espectador puede ver las acciones, también por el vestuario contemporáneo. También vemos dramatismo y el foco lumínico efectista y conceptual que ilumina desde la izquierda y derecha y en diagonal la escena. La obra muestra el momento de máxima tensión cuando la heroína judía, con ayuda de Abra, degüella a Holofernes. No se ve expresión en la cara ni en sus rostros, sino todo lo contrario, su expresión es impasible, y vemos superioridad física como un hecho de venganza a su violación de la pintora.

Vista de Delft, Vermeer: Paisaje de la vista de Delft, después de la tormenta, los elementos plásticos más destacables son el color y la luz. Hay predominio de dos colores: amarillo en las partes sólidas y azul para agua y cielo. El gran protagonista es la luz, conseguida mediante la incorporación del blanco en las zonas claras, en lugar del negro en las sombras. La composición está abierta y asimétrica. Apreciamos rasgos básicos de Vermeer: interés por la luz, paleta de colores y la sensación de quietud y composición equilibrada sobre líneas horizontales y diagonales.

Las tres gracias: Rubens, estilo de Rubens: dinamismo, movimiento, acción, alegría de vivir, colores cálidos y brillantes, luz flamenca, cuerpos masculinos son musculosos, composiciones ordenadas en esquemas diagonales. Es un tema clásico que muestra a las tres protagonistas a punto de iniciar una danza entrelazadas de brazos, desnudas, con solo un velo muy transparente que las une. Según la mitología, eran consideradas modelos de belleza, por lo que siempre se las representa desnudas, ya que la belleza no se ha de ocultar. La composición es cerrada y simétrica, las líneas son sinuosas y verticales en forma de S, hay un predominio del color por encima de la línea, el color de la carne es muy claro debido a la incidencia de luz de origen desconocido que provoca claroscuro en relación al entorno. El paisaje le da perspectiva y profundidad, se trata de un paisaje idílico donde pastan animales salvajes, el color es intenso, sobre todo el de la piel de las protagonistas, hay mezcla de amarillo, azul y rojo, hay influencia en la obra de Tiziano, ya que es un ejemplo de pintura flamenca, colores intensos, pincelada suelta que elimina la línea, y temática religiosa. Iconología: La composición es un pretexto para estudiar el ideal de belleza de Rubens con nudos exuberantes, llenos de energía y vitalidad. Función estética. La reforma religiosa y la división entre zona católica y aristocrática y monárquica determinó una separación total de los ideales artísticos en la pintura.

Meninas, Velázquez, 1656: Óleo sobre tela. Se trata de un retrato de grupo que representa a la infanta Margarita acompañada de su cortejo, como Agustina que le ofrece agua e Isabel que le hace una genuflexión. A la derecha tenemos a Mari Bárbola y Nicolásito. Se trata de una obra abierta por la parte izquierda por el espejo y también por las miradas de varios personajes. Las líneas son verticales y diagonales que dinamizan la composición. Hay predominio del color sobre la línea gracias a las pinceladas sueltas. El juego de luz y sombra ayuda a crear la ilusión de espacio. La incidencia de la luz a través de una primera ventana lateral derecha ilumina el grupo. Otro foco es la puerta abierta al fondo, esta ayuda a reforzar el espacio y además es el punto de fuga de la composición. Todas las dimensiones de la obra, como la concepción de espacio y la luz, son un buen ejemplo de perspectiva aérea. La obra se expone aisladamente, raíz de tierra, para integrar al espectador dentro del cuadro. Obra de estilo claro barroco, la luz es protagonista de la composición por la manera de plantear el espacio, pinceladas sueltas y engaños ópticos. Pero el elemento principal es el juego visual y sutil de presentar un elemento como la mirada de una persona, en este caso, de la infanta.

Niño comiendo uva y melón, Murillo: Material: óleo, soporte: tela, 1640. Técnica de óleo, realizada sobre tela o madera, dos niños sentados, uno en el suelo y otro en el banco que se reparten un melón. En los elementos plásticos observamos predominio del color por encima de la línea y con negro y blanco, una gama de tonos ocres. La luz provoca contraste entre el plano iluminado y el plano oscuro, tendiendo al tenebrismo. El fondo es totalmente negro y solo se intuye al fondo un edificio en ruinas. Este fondo oscuro y poco trabajado sirve para destacar aún más las figuras de los niños. La composición es equilibrada, un niño en cada mitad del cuadro, las piernas de los niños marcan tres líneas diagonales, que junto al brazo del niño de la izquierda hacen un zigzag que muestra dinamismo. La mirada unifica la composición. Hay una gran perfección en los detalles, especialmente en la fruta, que es de gran naturalismo. La perspectiva está dividida en dos planos: el primero con los niños y el segundo con el fondo negro. Es una obra cerrada y dinámica, que capta el momento justo en que estos comen. La obra presenta los elementos formales típicos del barroco como: fuerte contraste entre el primer plano bañado de luz, posturas espontáneas, representación de la realidad, aunque no sea bonita, cuadro naturalista e influencia de Caravaggio en la luz y el claroscuro. Temática popular, pincelada suelta y vaporosidad, realismo de los detalles, expresiones de satisfacción, vestidos con harapos sucios devoran con ansia.

Columpio, Fragonard: 1766, óleo sobre tela, una chica se mece por un hombre eclesiástico mientras un chico tumbado en el suelo la contempla. La acción se desarrolla en medio de un jardín donde se aprecian esculturas de ángeles. Se ve coquetería en la obra, donde se potencia con el zapato que sale lanzado del pie de la protagonista. La composición es cerrada y triangular, el vértice es la chica, las líneas de la composición se cruzan en forma de X y fijan a la chica como centro de la composición. La técnica se basa en pinceladas rápidas y espontáneas, de colores claros y luminosos que contrastan con la zona de penumbra. La vegetación se trata con una amplia gama de verdes y amarillos. La luz es la que crea el espacio y la profundidad en medio de un espacio grande, proviene de la claridad que se filtra entre el follaje de los árboles y las nubes y estalla de lleno en la chica. En el rococó, las formas clásicas son sustituidas por lambiscas galantes, refinadas y sensuales. Esta temática y estallido de color y luz hacen que esta obra sea propia de este estilo. Influenciada por Rembrandt y Rubens. Función: estética y lúdica para decorar a la aristocracia. Iconología: la chica hace un sutil movimiento de piernas que deja el entrecuix a la vista de su amante que la contempla, antes no portaban interior, se ve picardía en la obra. Se presenta elegante y no pornográfica.

Eros y Psique, Canova: Obra en mármol, es un grupo escultórico exento y monocromo, el tema representado es mitológico, Eros, el amor, se enamoró de una chica muy bella, Psique. La obra consta de dos figuras entrelazadas que forman una X, que está dibujada por las alas de Eros y las piernas de los dos personajes. Esto crea sensación de movimiento y hace que parezcan más cercanos los cuerpos. Las posturas de los brazos y las manos remarcan pasión y erotismo. El material preferido en el neoclasicismo es el mármol blanco, material que Canova usa siempre. Los cuerpos son perfectos y pulidos, Canova no daba color a las obras siguiendo los teóricos neoclásicos que creían que las esculturas griegas eran monocromas. Canova es el escultor más importante del neoclasicismo y en sus obras transmite ideales de las nuevas clases dirigentes de después de la revolución. Concede todo el protagonismo a la línea pura de contornos bien delimitados, vuelve a los conjuntos serenos y sobrios huyendo de las sinuosidades barrocas, prefiere la ausencia de ornamentación y la fría monocromía. Es evidente el ideal de belleza, interés por la figura humana, pureza de líneas, claridad compositiva, temas alegóricos, retratos, influencia de Bernini. Encargo de Lord Cawdor para decorar su villa.

Juramento de los Horacios, David, 1784: Óleo sobre tela. Representa un tema histórico, el juramento que hacen los tres hermanos Horacios ante su padre, de luchar hasta la muerte. El tema representa el conflicto entre el deber y el sentimiento, se exalta el deber por la patria, obra moralizante donde se exalta el sentido de los ciudadanos, la necesidad de luchar por las libertades. La posición de los hermanos insinúa la solidaridad, en esta obra encontramos todos los caracteres de la pintura neoclásica: predominio del dibujo sobre el color, dibujo firme, composición equilibrada y racional, composición serena, un marco arquitectónico clásico integra las figuras. El padre ocupa el centro de la composición y a cada lado un grupo de personajes, masculinos a la izquierda: posición heroica y marcial, y el grupo femenino a la derecha donde predomina la sensibilidad. Este contraste contribuye a reforzar el deber-sentimiento. La luz penetra por la izquierda y enfoca a las mujeres y el tema central, las espadas y los brazos del padre en el juramento, dejando partes en penumbra, se trata de luz fría y cortante. La gama cromática es reducida pero cálida, utiliza perspectiva lineal en la definición del espacio. No hay decoración superflua, más bien ausencia de decoración. Obra que es un ejemplo de la reacción neoclásica contra la frivolidad del rococó.

Delacroix, La libertad guiando al pueblo: Óleo sobre lienzo: compone esta obra siguiendo técnicas barrocas, existe perspectiva lineal que básicamente va definida por la línea del horizonte hacia las que huyen los edificios de la ciudad, pero la perspectiva general es aérea, conseguida a través de luz y color. Utiliza dos planos de representación: primero compuesto por un conjunto de figuras y el segundo espacio de fondo. La iluminación es un elemento básico para la expresión de esta obra y se distribuye en dos franjas: una en los personajes y otra al fondo. El color es otro elemento básico debido a la riqueza cromática y armonía de los tonos.

San Carlo alle Quattro Fontane, Borromini, 1638: Construida con ladrillos y estuco, los sistemas constructivos utilizados son el cercado y el arquitrabe. Fue realizada a encargo de trinitarios españoles. En primer lugar, en 1634 se construyó el claustro y después la iglesia. Borromini proyectó un edificio de planta elíptica y alargada y fachada ondulada, para ser construido en un pequeño solar irregular. La planta es ovalada y llena de sinuosidades que ponen de manifiesto el dominio de la línea curva, el muro es ondulante y es un elemento que muestra unidad en el edificio. En el interior coloca dieciséis columnas adosadas que acentúan el movimiento continuo. El edificio tiene dinamismo conseguido por el uso de ladrillos, material dúctil. El espacio está cubierto por una cúpula ovalada decorada con artesonados de diversas formas que van reduciendo su tamaño hacia el centro para conseguir una impresión de más altura. Está dividida en dos pisos donde se combinan el orden tradicional y el gigante, hay decoración que muestra movilidad en el edificio como entablamentos y columnas, y las curvas dan variedad de claroscuro que crea la luz del sol en las diferentes horas del día. Edificio vivo y cambiante.

Palacio de Versalles: Mansart barroco: madera y piedra, sistema arquitectónico y rodeado. La primera edificación data de 1623 cuando Luis XIV encargó a Lemercier la construcción de un pequeño palacio de piedra y ladrillo formado por un patio rodeado en tres alas. Se estructura en torno a dos ejes: el patio central en forma de U que remarca el eje vertical, mientras que el eje longitudinal está indicado por dos alas que salen de uno del patio central. Como elementos de soporte predominan el muro revestido, pilares anchos y decorativos. El dominio de la ornamentación se acentúa en los espacios, como arcos o arquitrabes de las ventanas. En lo que se refiere al material, destacan piedras o mármoles policromos, maderas nobles y cristales a la lustre. El dorado impone por encima de todo, requiriendo gran calidad, también se doran los fustes. El Palacio de Versalles utiliza los elementos de apoyo propios de la época, con profusión de columnas y pilastras para liberar algunos muros de su función de carga. Ambos elementos de cubierta son principalmente cubiertas planas o rodeadas a conveniencia de la estética y el recinto. Destaca el techo de crucería de la Capilla Real, que culmina en una cabecera semicircular. Galería de los espejos: Galería cubierta con bóveda de cañón, y cuando el sol daba a esta galería daba un efecto de reverberación, de luz. Tiene 75 metros de largo la galería, y bóveda de cañón decorada y pintada por Charles Le Brun. Capilla real: va a ser la última que hizo Mansart, se trata de una capilla de tres naves grandes acabadas en una cabecera semicircular y dos pisos. El primer piso soportado por pilares y arcos y el segundo soportado por columnas dóricas y entablamento continuo en todos los alrededores. Donde el rey escuchaba misa a diario, no bajaba abajo, se quedaba arriba, y a ambos lados de la galería se metían las señoras a seguir la misa. La estructura del edificio es en forma de C con un patio de mármol que potencia la integración con los jardines exteriores. Un eje atraviesa los palacios enlazando delante y detrás, llamado patio de honor (Cour d’Honneur) que le da un aire de horizontalidad. Esta fachada es sobria, estilo clasicista, barroco francés, se caracteriza por la sobriedad, a diferencia del italiano. En francés predomina la línea recta. El Palacio de Versalles pertenece al barroco francés, ya que como podemos observar, el edificio central se encuentra orientado hacia el este-oeste, ya que desde la habitación del rey, Luis XIV “El Rey Sol”, se pudiera ver el recorrido del sol. Contexto que influye directamente en la obra o en su elaboración. Nos encontramos en una etapa de la monarquía absoluta, en la que el rey que ocupa la mayoría del siglo XVII es el rey Luis XIV. Francia se consolida como una gran potencia, ya que esta monarquía era muy eficiente. Luis XIV disponía de un primer ministro llamado Colbert, que por su eficiencia consiguió el cargo. A pesar de todo lo que comportaba inconvenientes, la monarquía absoluta pensaba en un futuro, a diferencia de la hispánica. Francia se expande a un nivel que será la sustituta de España en el siglo XVIII.