Mezquita de Córdoba y otras obras arquitectónicas y escultóricas

La Mezquita de Córdoba

La Mezquita de Córdoba es un monumento excepcional y único, por sus dimensiones, su riqueza artística y su magnífico estado de conservación.

La planta en la actualidad forma un rectángulo de 130 x 180 m.

Se compone de un gran patio (el Patio de los Naranjos).

Construcción y Ampliaciones

La construcción se inicia en el año 785 impulsada por Abderramán I.

Esta primera mezquita constaba de once naves, perpendiculares al muro de la qibla. Debe destacarse la originalidad de los soportes, ya que, dado que estas columnas tenían muy poca altura, se dispusieron sobre ellas unos pilares de base rectangular que servían de apoyo a los arcos que sostenían el tejado. De este modo se constituía un sistema de arcos dobles: en la zona inferior un arco de herradura que actúa como arco de entibo o tirante, y en la zona superior un arco de medio punto.

Se ganaba así en altura, sin perder por ello estabilidad. Además, la alternancia de ladrillos para

Abderramán III amplía el patio o sahn y construye un magnífico alminar de planta cuadrada y doble caja de escaleras, que hoy se conserva en el interior de la torre de la catedral.

A partir del año 962 se comienza una obra ambiciosa que ampliará hacia el sur el haram en otros doce tramos, y levanta una nueva qibla (doble), la que actualmente tiene la mezquita. Introduce también capillas lucernario que resaltan el eje central e iluminan un espacio que se había ido haciendo más oscuro, tres en línea frente al mihrab y una en la nave central (configurando una planta en T). Todas ellas están cubiertas con bóvedas de nervios que no se cruzan en el centro, cerrándose la zona central por una pequeña cúpula gallonada. Están enteramente revestidas con ricos mosaicos de brillante policromía con decoración vegetal y epigráfica, realizados por artistas bizantinos.

Por último, se abre un mihrab de planta octogonal de singular riqueza, decorado con mármol y revestimientos musivarios bizantinos enviados por Nicéforo Focas, basileus bizantino. Importante novedad fue también el uso de los arcos lobulados y entrecruzados que forman pantallas caladas. La última ampliación de la mezquita, realizada en el año 987, se debe a Almanzor, que aumentó en ocho el número de naves hacia el este, en toda la longitud del patio y la sala de oraciones.

El Templete de San Pietro in Montorio

Fue un encargo de los Reyes Católicos, levantándose en el lugar donde, según la tradición, había sido crucificado San Pedro. Se trataba así de exaltar la figura de Pedro como pontífice de Roma. El templo formaba parte de un proyecto más amplio (un patio circular con columnas) que no se llegó a realizar.

Bramante eligió la planta central, circular, debido a la finalidad conmemorativa del monumento. Esta tradición de plantas centrales se había interrumpido durante la Edad Media al preferirse para las iglesias la planta de cruz latina.

Se trata, pues, de un edificio de planta circular y períptero. El círculo tiene un claro significado simbólico al representar la perfección divina y la eternidad. El orden dórico era el más apropiado, según Vitruvio, para los dioses masculinos y los héroes. Por ello se elige en este caso el orden toscano (dórico romano) considerando a San Pedro como un héroe cristiano.

El templo es de pequeñas dimensiones, ya que su diámetro interior es de 5 m, su diámetro total 10 m. Está construido con travertino (una piedra de construcción usada desde la Antigüedad) y mármol. El edificio se levanta sobre un basamento circular escalonado y está formado por un pórtico circular de 16 columnas de orden toscano con el fuste liso, sobre el que descansa un entablamento con arquitrabe, friso a base de triglifos y metopas y cornisa. Sobre este primer piso se levanta un segundo cuerpo en el que alternan hornacinas semicirculares y adinteladas, las semicirculares decoradas con una concha.

El Gattamelata de Donatello

La escultura representa a Erasmo de Narni, conocido como Il Gattamelata, jefe de los ejércitos mercenarios de la República de Venecia. Este caudillo, que gozaba de una gran popularidad, murió en Padua durante un ataque, decidiéndose erigirle allí un monumento. Donatello había realizado con el David el primer desnudo en bronce a tamaño natural desde la Antigüedad. Con el Gattamelata vuelve a repetir el reto ya que desde la Antigüedad no se habían vuelto a realizar estatuas ecuestres en bronce. El prestigio del que gozaba el artista en esos momentos explica que le fuera realizado el encargo. Su estancia en Venecia le había proporcionado un amplio conocimiento de los caballos en bronce de San Marcos, aunque será en Roma donde podrá admirar la escultura ecuestre del emperador romano Marco Aurelio. La serenidad del rostro y la sorprendente fidelidad con la que estaba reproducido su caballo, le influirán enormemente, a él y a muchos escultores posteriores.

Los monumentos ecuestres, de tradición clásica, tenían como finalidad la glorificación de las virtudes y méritos del hombre público perpetuando así su memoria para la posteridad. Il Gattamelata, que viste la coraza romana decorada con una gorgona alada, se muestra sereno y firme. Su rostro refleja la dignitas del hombre justo y cristiano, modelo de virtud. Sobre un elegante caballo pasa revista a sus tropas. Echado ligeramente hacia atrás contiene el impulso del caballo, sujetando las riendas con su mano izquierda. La gran espada enfundada y el bastón de mando le confieren un aire triunfal y majestuoso. La obra, de extraordinario realismo, está realizada con una técnica magistral.

El David de Donatello

Estamos ante el primer desnudo realizado en bronce a tamaño natural desde la Antigüedad. La escultura representa a David tras haber decapitado a Goliat. Según el relato bíblico, el gigante filisteo Goliat desafió a los israelitas en una pelea cuyo resultado decidiría la victoria en el enfrentamiento entre ambos pueblos. David, un joven pastor, futuro rey de Israel, se ofreció para este enfrentamiento y mató a su adversario lanzándole una piedra con su honda y cortándole después la cabeza.

Donatello presenta a David tras haber dado muerte al gigante. El joven se apoya firmemente sobre su pierna derecha y tiene la izquierda flexionada sobre la cabeza de Goliat. La mano derecha sujeta la espada, con la que acaba de cortar la cabeza del enemigo, con una ligera torsión en el brazo y en la izquierda lleva la piedra con la que le ha dado muerte. La cabeza, cubierta con el petaso (sombrero de ala ancha que usaban los griegos y romanos para protegerse del sol y de la lluvia) está levemente girada. Este forzado contrapposto de las diferentes partes del cuerpo produce un juego de fuerzas tenso, pero armónicamente equilibrado. La composición se ajusta a un esquema en “S” muy praxiteliano, que le confiere una cierta sensualidad. David muestra una actitud reflexiva, sin jactarse de su hazaña, y su rostro expresa dulzura. Su cuerpo desnudo, de formas todavía adolescentes, está suavemente modelado. El bronce, material que ofrece unas cualidades muy diferentes a las del mármol, permite que la luz resbale sobre la superficie contribuyendo a la belleza de la obra.

La figura de David simboliza el triunfo de la inteligencia y la astucia sobre la fuerza bruta de Goliat, pero tiene también una lectura política, pues el yelmo de Goliat alude a los duques de Milán que amenazaban la próspera ciudad de Florencia, encarnada en el David. El tema del David volverá a aparecer posteriormente en Verrocchio, Miguel Ángel y Bernini, escultores que harán diferentes interpretaciones del tema.