Nietzsche critica la moral tradicional, encarnada en la moral cristiana, en dos libros: Más allá del Bien y del Mal y La Genealogía de la Moral. La moral cristiana, según Nietzsche, es la mayor decadencia, la mayor negación de la vida. Esta crítica se sustenta en el rastreo del origen del bien y del mal.
Nietzsche rastrea el origen de una nueva forma de valorar en la relación entre los pueblos celtas invasores (los dominadores) y los primitivos habitantes autóctonos (los dominados). Desde entonces, nacieron una moral de señores y una moral de esclavos.
b. Moral de Señores y Moral de Esclavos
El señor es el creador de sus valores y, por tanto, la aprobación de sus actos la busca en sí mismo. Encuentra la felicidad en sí mismo. Si ayuda al desgraciado, no lo hace por compasión, sino por exceso de fuerza.
Su criterio de valoración moral no es lo bueno frente a lo malo, sino lo aristocrático frente a lo despreciable.
El esclavo es débil y cobarde. Piensa que las cualidades útiles son la compasión, la bondad de corazón, la paciencia y la humildad.
Su criterio de valoración moral no es lo aristocrático frente a lo vulgar, sino lo bueno frente a lo malo.
c. Rebelión de los Esclavos: Inversión de los Valores
En la cultura occidental se ha producido la inversión de valores: la moral de esclavos se ha impuesto a la moral de señores. Esta inversión, según Nietzsche, es la rebelión de los esclavos.
El inicio de la rebelión de los esclavos está en el judaísmo, que propuso la siguiente nueva valoración: el amado de Dios es el pobre, el enfermo, el desgraciado, el deforme.
El cristianismo continuó esta rebelión y propone que bueno es el desinteresado del mundo terrenal. Con la paradoja de un Dios en la cruz, introduce en el hombre el sentimiento de culpa.
d. El Nihilismo
La historia de la cultura europea se define con el nihilismo, porque se fundamenta en nihil (nada). Es una historia de decadencia, de una permanente negación de los valores de la vida, tanto en lo moral como en lo filosófico, religioso y científico. La Iglesia, la cultura, la filosofía, la política y la ciencia están impregnadas de nihilismo.
e. La Muerte de Dios
Dios ha muerto. Esta muerte es una metáfora: es la muerte del máximo ideal, la muerte del creador de los valores.
Históricamente, esta muerte se da en la Ilustración. El ideal de la razón autónoma exige la negación de otro tipo de autoridad, porque la razón ya es capaz de criticar y comprender cualquier cuestión; no le hace falta ningún Dios.
Ante esta situación, el ser humano se queda sin valores, al menos sin uno superior a él. Se abren dos caminos: permanecer en la nada (el nihilismo) o buscar nuevos valores.
f. Superación del Nihilismo
Hay que hacer una transvaloración de los valores que llevaron al hombre a la nada. Hay que crear un nuevo proyecto de hombre con nuevos valores. Esta tarea es propia de la voluntad de poder, que busca un nuevo tipo de hombre: el superhombre, que supere y destruya al hombre conocido.
g. Del Hombre al Superhombre
El gran libro de los últimos temas de Nietzsche es Así habló Zaratustra, con un lenguaje inspirado, casi poético, repleto de imágenes, metáforas y ritmo, donde el profeta anuncia la muerte de Dios y se presenta como el profeta del superhombre y del eterno retorno.
El superhombre es la reencarnación del dios Dionisios. Será el que realice la transvaloración de los valores; será el “sentido de la Tierra”. Será el que esté más allá del bien y del mal porque será él quien establezca el bien y el mal, como antes lo hacía Dios.
Zaratustra califica al superhombre, por encima de todo, de niño. El profeta Zaratustra describe las tres transformaciones del espíritu: el camello (la mansedumbre), el león (la fuerza, la agresividad) y el niño (la inocencia). El camello se hace león, y el león se hace niño. El niño es inocencia por instinto, sin prejuicios morales: así es el superhombre.
h. El Eterno Retorno
También en Así habló Zaratustra aparece esta intuición: el eterno retorno. El tiempo impide todas estas ideas. El tiempo es el problema.
Para superar al tiempo, la voracidad del tiempo, hay que eternizar el presente, donde se cruzan el pasado eterno y el futuro eterno: un instante que es síntesis del tiempo total.
El eterno retorno es el tiempo circular: la muerte mata a la vida, pero a la vez la vida mata a la muerte. Así, el superhombre, sin tiempo lineal que se acaba, vive en el eterno retorno, en el mítico tiempo circular, el eterno presente.