**El Aguador de Sevilla**
**Identificación**
Esta obra pictórica, conocida como El Aguador de Sevilla, fue creada por Velázquez entre 1620 y 1622. Es un óleo sobre lienzo que se encuentra actualmente en el Wellington Museum de Londres.
**Contexto Histórico**
Velázquez, considerado el pintor más importante del barroco europeo, destacó por su técnica, composición e innovación. Su naturalismo, aplicado tanto a personajes reales como a temas populares y mitológicos, se caracterizó por su elegancia y ausencia de estridencias.
**Análisis de la Obra**
Realizada con una paleta oscura de pigmentos terrosos, la composición de El Aguador de Sevilla se basa en un poderoso claroscuro. El protagonista, un anciano barbado de semblante grave, ofrece agua a un adolescente, mientras un joven o adulto sacia su sed en un segundo plano.
El cántaro, objeto central de la composición, es un prodigio de volumen y textura, donde se aprecia el agua rezumante y la huella del alfarero. Velázquez demuestra su dominio del dibujo y la iluminación al representar la concavidad de este objeto esférico.
La pintura, según Ortega, es un retrato de la individualidad del objeto, transcribiendo su singularidad y carisma.
**Éxtasis de Santa Teresa**
**Identificación**
Título: Éxtasis de Santa Teresa
Localización: Iglesia de Santa María de la Victoria
Autor: Bernini
Cronología: 1652
Estilo: Barroco
Material: Mármol
**Contexto Histórico**
El barroco, surgido en Italia a finales del siglo XVI, se caracterizó por su apelación a lo emocional y dramático, oponiéndose a lo intelectual y racional. Vinculado a la Contrarreforma, se manifestó en Europa occidental y sus colonias.
La religión fue un rasgo predominante, combinando misticismo y sensualidad. El naturalismo, la integración en la arquitectura y los esquemas compositivos libres fueron otras características.
**Análisis de la Obra**
El Éxtasis de Santa Teresa es una obra maestra del barroco por su carácter escenográfico y su integración con el espacio. La capilla se concibe como un teatro donde se representa la transverberación de la santa, suspendida sobre una nube sobre el altar.
La luz oculta resbala sobre los rayos de bronce detrás de la santa y el ángel, aumentando la sensación de ingravidez. La familia Cornaro asiste a la escena desde palcos laterales.
Bernini alcanza una maestría excepcional en el tratamiento del mármol, que adquiere calidades corpóreas. La composición dinámica se basa en dos diagonales, y la luz genera efectos lumínicos en los pliegues de los tejidos.
El éxtasis místico se expresa mediante recursos del amor físico, presentando a Santa Teresa como una amante abandonada al placer y al ángel como un cupido erótico.
Esta obra maestra culmina el barroco, aunque conserva ecos clasicistas en el plegado de la túnica del ángel, que recuerda a la Victoria de Samotracia.