Realismo y Naturalismo del Siglo XIX: La Novela Española

Novela Realista y Naturalista del Siglo XIX

El Realismo

El Realismo es una corriente literaria que se desarrolló en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Su aparición coincide cronológicamente con el incremento de la población urbana a causa de la industrialización; con la eclosión del proletariado y, sobre todo, con el apogeo de la burguesía como clase dominante durante el siglo XIX. A medida que la burguesía se asienta en el poder, los escritores se alejan de la rebeldía romántica y se interesan más por los conflictos cotidianos y el análisis de la psicología de los personajes surgidos de un nuevo orden social.

Los escritores realistas pretendían retratar la realidad, reflejarla objetivamente basándose en una observación que les permitiera describir, de forma minuciosa y exacta, ambientes y personajes. El género triunfante durante el Realismo es la novela, que presenta las siguientes características:

  • Personajes y temas: Las novelas se centran en la vida y los conflictos de personajes generalmente pertenecientes a la nueva clase media; aunque también aparecen puntualmente personajes de las clases bajas (campesinos o proletarios).
  • Espacio: La realidad es el punto de referencia, lo que explica la abundancia y exactitud de las descripciones. Los espacios se describen minuciosamente para crear un clima determinado; también se utilizan para caracterizar a los personajes.
  • Narrador: El narrador es omnisciente; es decir, no se limita al relato de la acción, sino que introduce comentarios y reflexiones de todo tipo. Lo sabe todo de sus personajes y se introduce en sus conciencias cuando considera oportuno. Se utilizan el estilo indirecto, el estilo directo (en los diálogos) y el estilo indirecto libre.
  • Tiempo: La narración de la acción sigue un orden cronológico. El tiempo de los hechos narrados es aproximadamente contemporáneo al de la composición de la novela, y constituye un fondo histórico real para los acontecimientos ficticios.
  • Lenguaje: El lenguaje debe adecuarse a la realidad. A menudo refleja el habla de los personajes según su clase social, por lo que abundan en él los coloquialismos, los vulgarismos y los regionalismos.

Principales Escritores Realistas Españoles

Los principales escritores realistas españoles son Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas “Clarín”.

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós es autor de una extensísima obra. En su primera época escribe novelas de tesis en las que ataca el fanatismo religioso (Doña Perfecta); más adelante escribe novelas contemporáneas, ambientadas en Madrid, centradas en la clase media (Miau, Fortunata y Jacinta). En la última etapa predominan las novelas espirituales, que demuestran preocupaciones más filosóficas y morales (Misericordia). En las novelas de Galdós destaca el ágil uso del diálogo (es un artista de la reproducción del habla real y de sus variedades sociales), así como una profunda ironía, de raíz cervantina y picaresca.

Leopoldo Alas “Clarín”

Clarín es el autor de La Regenta, novela que transcurre en una ciudad de provincias llamada Vetusta (trasunto literario de la ciudad de Oviedo). Cuenta las peripecias amorosas de una mujer de la alta burguesía, Ana Ozores, que se halla dividida entre diversos sentimientos: el de fidelidad hacia su marido, mucho mayor que ella; la atracción amorosa hacia un donjuán apuesto y superficial que pretende seducirla, y la influencia que ejerce sobre su espíritu un sacerdote ambicioso y carismático que está enamorado de ella. La ciudad opresiva y rancia acaba consumiéndola y arruinándola. El mérito de la obra se halla por igual en el hábil manejo de la intriga, en el análisis psicológico de los personajes y la caracterización del ambiente opresivo y conservador de la ciudad, que se convierte en protagonista de la novela.

Además de estos autores, hay que citar también a otros como Juan Valera, José María de Pereda y Vicente Blasco Ibáñez.

El Naturalismo

En el último tercio del siglo XIX, el Realismo literario comienza a transformarse. Hacia 1870 surge en Francia un movimiento que lleva al extremo los objetivos realistas: el Naturalismo. Este movimiento, cuyo teórico y representante fue Émile Zola, pretende explicar las causas de los comportamientos humanos a partir de los últimos descubrimientos científicos: el determinismo, la herencia biológica, la selección natural de las especies, etc. Según este movimiento, el arte no es como simple observación de la realidad, sino como un medio para explicar su funcionamiento e intentar de esa manera su transformación. El Naturalismo resalta los aspectos más crudos de la realidad y se fija particularmente en las desviaciones del comportamiento de las personas, para comprobar la doctrina positivista de la influencia del medio y de la herencia biológica. Por ello prefiere tipos humanos marginales y desequilibrados, con taras o problemas de alcoholismo, prostitución, etc., y refleja ambientes pobres y miserables: fábricas, minas, tabernas, suburbios, etc. La novelista Emilia Pardo Bazán divulgó el Naturalismo y escribió según estos presupuestos (por ejemplo, en su novela Los pazos de Ulloa), pero estas teorías casaban mal con el espíritu religioso de muchos autores y el Naturalismo tuvo poca repercusión en España.