Análisis de la filosofía de Nietzsche: Vitalismo, nihilismo y el superhombre

Análisis de la filosofía de Nietzsche

Vitalismo

Nietzsche critica a la sociedad occidental y plantea el vitalismo como una nueva actitud ante la vida, que no reniega de la auténtica realidad. Para conseguir llegar al vitalismo es necesario revisar los valores morales, los cuales ocultan la verdadera realidad, y para ello habrá que usar el método genealógico, regresar al origen.

Crítica a la sociedad occidental y al cristianismo

Nietzsche realiza una dura crítica a la sociedad de Occidente y la acusa de imponer una moral errónea, la de los esclavos, es decir, el cristianismo, que deja vivir al hombre en un engaño y en el sufrimiento, afirmando la existencia de una vida eterna. Con la aparición de Sócrates y Platón comienza la decadencia de la sociedad de Occidente, ya que la teoría de la dualidad de mundos niega la auténtica realidad. Con la aparición del cristianismo, la decadencia aumenta, ya que son los cristianos quienes hacen la transmutación de los valores, imponiendo la moral de los esclavos.

Lo apolíneo y lo dionisiaco

Nietzsche analiza la filosofía griega y para ello se apoya en dos elementos: Apolo y Dioniso.

  • Apolo: Es concebido como una totalidad en la que rige la razón, el orden y la armonía. Según la concepción apolínea, el mundo es descrito racionalmente y compuesto por conceptos precisos y objetivos.
  • Dioniso: Encarna los impulsos vitales, el deseo, la pasión, etc., es decir, la irracionalidad. Es una figura totalmente opuesta a Apolo, pero por la que Nietzsche apuesta, ya que afirma que tan solo cuando se imponga la moral dionisíaca, podrá resurgir el vitalismo.

Retomar estos antiguos valores supone la pérdida de poder de la Iglesia, que es necesaria para que el hombre contemple la verdadera realidad y actúe según el vitalismo. De este modo, Apolo va descendiendo mientras que deja paso a una nueva mentalidad.

Nihilismo y transmutación de valores

El nihilismo se define como la creencia de algo en la nada, es decir, se hace girar la existencia de algo sobre algo inexistente. Nietzsche dirá que toda cultura que cree en una realidad absoluta es nihilista, como el cristianismo, y para cambiar estos valores morales será necesario regresar al origen.

En un principio, existía la moral de los aristócratas, por lo que existía una jerarquía social, donde los nobles ocupaban el puesto más alto, ya que eran los encargados de la protección de la ciudad. Sin embargo, la moral de los esclavos era diferente, concebían a los aristócratas como a seres a los que había que temer. Nietzsche llama “rebelión de los esclavos” al hecho que produjo la transmutación de los valores, imponiendo la moral de los esclavos a los nobles.

Crítica al cristianismo, muerte de Dios y superhombre

Nietzsche afirma que es totalmente necesario eliminar los valores impuestos por los cristianos, aquellos que afirman que existe una realidad absoluta, negando la única realidad existente. Esta concepción viene desde la época platónica, pero en el siglo XX la decadencia del cristianismo toca fondo con el surgimiento de nuevas corrientes como la Ilustración y el empirismo, que se basan en los testimonios de los sentidos, reafirmando así la verdad relativa.

Es en este contexto en el que Nietzsche anuncia la muerte de Dios, abandonando así la visión religiosa del mundo y dejando paso a nuevos valores, como la razón. La muerte de Dios trastoca a la Iglesia, que pierde su poder junto con sus valores impuestos.

Nietzsche anuncia el surgimiento del superhombre, un individuo distinto al hombre. Para ello se producen tres pasos:

  1. Transformación del hombre en camello, símbolo del hombre soportando la inmensa carga de los valores.
  2. Transformación del camello en león, ya que el león es capaz de destruir esos valores y dejar paso a la creación de unos nuevos, que se correspondan con la realidad.
  3. Transformación del león en niño. Elige la figura del niño, ya que es un ser libre que se deja llevar por sus instintos y no se somete a nada ni nadie.

Las características del superhombre son su capacidad de crear, de proyectar nuevos valores, su ansia de vivir, y se deja llevar por las pasiones, el éxito y el poder.

Voluntad de poder y eterno retorno

Nietzsche identifica la vida como una voluntad de poder; para él, la vida es una lucha para resistir ante las dificultades, el poder de superación. De ahí se deduce que la voluntad es poder. Pero para realizar lo que uno verdaderamente desea, tiene que amar y aceptar la acción que va a realizar, ya que complementando la voluntad de poder con el eterno retorno, sería imposible realizar una acción si no se desea de verdad.

Nietzsche no concibe el tiempo como lineal, sino como un eterno retorno, donde todo lo que hay lo ha habido siempre, aunque las formas de presentarse hayan podido ser diversas.

Esta teoría divide a la humanidad en dos:

  1. Quienes aceptan la teoría del eterno retorno y valoran todas las consecuencias para poder tener una vida plena.
  2. Quienes rechazan la teoría y conciben la vida como un sufrimiento esperando a la vida eterna, y mientras tanto viven en el dolor, ya que tendrán que revivir sus acciones una y otra vez.