El Renacimiento en España
Historia y Sociedad
Carlos I continuó la línea de fortalecimiento del poder real iniciada por los Reyes Católicos, consolidando una monarquía autoritaria y centralista que sometió a la alta nobleza y a la Iglesia, aliándose con la baja nobleza. El comercio se desplazó del Mediterráneo al Atlántico a partir del descubrimiento de América en 1492. En el ámbito religioso y cultural, se distinguen dos etapas: la primera, con Carlos I, se caracterizó por la expansión del humanismo renacentista; la segunda, con Felipe II, estuvo marcada por el movimiento conservador de la Contrarreforma. Ambos periodos representaron momentos de estabilidad.
Etapas del Renacimiento en España
El Reinado de Carlos I (Siglo XVI)
Esta época representa el momento de esplendor político y económico, de optimismo y apertura a las nuevas corrientes europeas. Carlos I, emperador más poderoso de su tiempo, reunió un imperio inmenso. Con su educación alemana, fomentó desde el poder un clima de aceptación de las corrientes renacentistas y los contactos culturales con Italia y los Países Bajos. Su reinado supuso la aceptación del Renacimiento europeo y la asimilación del humanismo.
El Reinado de Felipe II (Siglo XVI)
En los territorios europeos del imperio se extendió el movimiento luterano, que derivó en el protestantismo. Como reacción, España se alió con el papado, convirtiéndose en defensora del catolicismo e iniciando el periodo de la Contrarreforma. Esta etapa se caracterizó por la desconfianza hacia la cultura y el aislamiento de Europa. Cobraron fuerza la noción de “cristiano viejo”, el concepto de hidalguía, la honra y la obsesión por la “limpieza de sangre”.
La Cultura Renacentista
La cultura renacentista refleja la asimilación del humanismo, que comenzó a influir en el siglo XV. El modelo humanista era el de un intelectual interesado por todos los saberes, guiado por la razón y alejado de la cultura medieval. De ahí derivan todos los rasgos que la definen: la admiración por la cultura grecolatina, la confianza en el pensamiento racional y la defensa de una nueva espiritualidad basada en la experiencia individual. Los humanistas más influyentes en la cultura española fueron Erasmo de Rotterdam y Castiglione.
El Erasmismo
Erasmo de Rotterdam representó el humanismo y su influencia fue profunda tanto en el ámbito religioso como en el cultural, tanto en Europa como en la corte de Carlos I. Su huella se aprecia, por ejemplo, en la nueva concepción religiosa, intimista y antiformalista, y en el uso de la sátira como instrumento para la crítica.
El Hombre Renacentista: El Cortesano
El modelo de conducta social renacentista se encuentra en el libro El Cortesano, de Castiglione. El cortesano debía cultivar de forma equilibrada el alma y el cuerpo, las letras y las armas, y debía perseguir la elegancia, basada en la naturalidad y la sencillez.
Estética Renacentista
La estética renacentista es clasicista, valorando el equilibrio, la serenidad, la armonía y lo natural. El arte renacentista recoge la idea de Aristóteles, según la cual las obras artísticas reflejan la belleza de la realidad. El arte estiliza la realidad, la embellece. El arte renacentista tiene una finalidad estética. Según el platonismo, la belleza del mundo es un reflejo apagado de la belleza suprema, que solo se encuentra en el mundo de las ideas.
Lengua y Literatura Renacentistas
El modelo del lenguaje renacentista aspira a la elegancia y la naturalidad. En la literatura, la admiración por la cultura grecolatina explica el esteticismo, el platonismo y la imitación de los escritores griegos y latinos, que se toman como modelo. Su influjo se refleja en los temas y en las formas.
La Lírica Renacentista
El petrarquismo (Garcilaso de la Vega) se caracteriza por el intimismo. Sus temas principales son el amor y la naturaleza. Entre las corrientes poéticas destacan la poesía de cancionero, tradicional e italianizante.
El Barroco en España
Historia y Sociedad
El siglo XVII está marcado por la decadencia política y social. Es la época de la monarquía absoluta, que se acentúa con Felipe II, Felipe IV y Carlos II. Paralelamente se consolida la monarquía absoluta, en la que el rey tiene el poder supremo, pero a veces gobierna a través de un valido, el favorito que manda en nombre del rey, lo que pone de manifiesto la arbitrariedad y la corrupción del poder. El descontento político y social se manifestó en varios momentos, como en las sublevaciones de Cataluña y Portugal. La sociedad hispánica presentaba grandes contrastes: la miseria, el hambre y la aparición de mendigos convivían con el lujo. La imagen externa típica de la época es esta simultaneidad de lujo y miseria. En conjunto, se observa un proceso de empobrecimiento. Al mismo tiempo que aumentaba el número de nobles, adquieren nueva fuerza algunos prejuicios sociales y religiosos, se revitalizan viejos recelos clasistas y signos de intolerancia. Las denuncias y sospechas eran frecuentes y, en general, había recelo y desconfianza.
Cultura Barroca
(Continúa el texto sobre la cultura barroca)