Contexto Histórico
John Locke, figura clave en la Revolución Gloriosa de 1688, contribuyó al fin de los conflictos y a la instauración de una monarquía constitucional y parlamentaria bajo la dinastía de Hannover. En este contexto, reelaboró la teoría del pacto social con un enfoque más optimista.
El Estado de Naturaleza y los Derechos Fundamentales
Para Locke, el ser humano no es agresivo por naturaleza. En el estado de naturaleza, ya goza de derechos fundamentales: libertad, igualdad y propiedad. El fundamento de estos derechos naturales no es metafísico, sino que se basa en la idea de que cada persona es dueña de sí misma y del producto de su trabajo, obtenido al transformar la naturaleza mediante su esfuerzo. La racionalidad inherente a los individuos les permite conocer y respetar la ley natural, que les impide arrebatar los derechos de otros.
El Origen del Pacto Social
Aunque los individuos son racionales, Locke admite que pueden verse tentados a romper la armonía, apropiándose de lo ajeno. En ausencia de un poder civil superior que juzgue y arbitre, esta situación puede derivar en un estado de guerra. Cada individuo, sin un gobierno, tiene el derecho a juzgar y responder a las agresiones, lo que podría generar un ciclo de violencia. Por ello, la racionalidad impulsa a los individuos a establecer un pacto social que, como en Hobbes, da origen a la sociedad civil y al Estado.
El Estado y la Sociedad Civil
A diferencia de Hobbes, Locke argumenta que la sociedad civil y el Estado no surgen de la cesión total e irreversible de los derechos individuales. El Estado debe estar subordinado a la sociedad civil, a la que sirve mediante un sistema representativo. De este sistema emanan dos poderes separados: el legislativo y el ejecutivo (Montesquieu añadiría posteriormente el judicial). El poder legislativo, reflejo de los intereses de la sociedad civil, es fundamental, mientras que el ejecutivo se limita a hacer cumplir las leyes.
Fundamentos del Poder Legislativo
El poder legislativo se basa en dos principios:
- Representatividad: El parlamento actúa en representación de los miembros de la sociedad civil.
- Decisión de la Mayoría: La decisión de la mayoría debe ser aceptada por toda la sociedad civil. El pacto social implica que la sociedad actúa como una unidad, confiando la toma de decisiones a la mayoría. Rechazar este principio implica autoexcluirse del pacto y de la sociedad civil.
Locke se refiere a menudo a la asamblea legislativa como “la Legislatura”, enfatizando la unidad de la sociedad civil representada en el poder legislativo.
Derechos Individuales y el Estado
Al unirse en sociedad civil, los individuos no renuncian a sus derechos, sino al poder individual de hacerlos valer al margen del Estado. El Estado garantiza el respeto a los derechos de todos. El pacto obliga a los individuos a aceptar las leyes y las acciones del poder ejecutivo. Actuar por conveniencia propia implica situarse fuera de la sociedad civil, como en el estado de naturaleza.
Limitaciones del Modelo de Locke
Desde una perspectiva actual, la “trampa” de Locke reside en la limitación del derecho a la representación parlamentaria (y, por tanto, a la igualdad). Este derecho estaba supeditado a la propiedad y al sexo, ya que solo los varones con cierto nivel de renta podían participar.
El Poder Federativo
Locke añade un tercer poder: el federativo. Este poder permite a la sociedad civil actuar como un todo en la escena internacional, como un individuo entre otros en el estado de naturaleza. El poder federativo se encarga de la declaración de guerra y paz, las alianzas y las relaciones internacionales. El derecho internacional, para Locke, queda al arbitrio de cada Estado.