La Ilustración y sus Medios de Difusión
La Ilustración, el movimiento intelectual que iluminó el siglo XVIII, se preocupó por la decadencia económica y el analfabetismo generalizado. Para difundir el reformismo ilustrado en todas las capas sociales, se utilizaron las aulas de enseñanza, los periódicos, las tertulias y el teatro.
Directrices de la Ilustración
Las directrices generales de la Ilustración fueron: la defensa de la razón sobre la emoción, la defensa de las unidades clásicas (especialmente en el teatro), la discriminación genérica y el fin didáctico del arte.
Los pensadores ilustrados sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para construir un mundo mejor. Destacaba una fe inquebrantable en el progreso y en la capacidad humana para dominar el mundo. Surgía así la filosofía del optimismo (Leibniz) en contraste con el pesimismo de la Edad Media y el Barroco.
Estilos dentro de la Ilustración
- Rococó: Un arte superficial y ligero caracterizado por la despreocupación moral, el capricho y la galantería.
- Neoclasicismo: El arte propiamente ilustrado, que retoma los modelos clásicos con la máxima de “enseñar deleitando”.
- Prerromanticismo: A finales del siglo XVIII, surge un sentimentalismo que anticipa el Romanticismo.
La Ilustración en Europa
Francia
En Francia, la Ilustración fue una literatura de ideas basada en el racionalismo, que promovió el culto a la razón, la observación y la evidencia. Autores representativos: Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Inglaterra
En Inglaterra, destacó la narrativa con autores como Daniel Defoe (Robinson Crusoe) y Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver).
Alemania
En Alemania, junto con la Ilustración nacional, surgió el movimiento prerromántico “Sturm und Drang”. Goethe (Los sufrimientos del joven Werther, Fausto) y Schiller (Guillermo Tell) fueron dos genios de este periodo.
La Ilustración en España
En España (1680-1808), predominó la prosa didáctica sobre la narrativa debido al afán ilustrado de crear una literatura “útil”. El ensayo, facilitando la difusión de ideales, fue el género predilecto.
- Benito Jerónimo Feijoo (Teatro Crítico Universal): Difundió ideas como la dignificación del trabajo, el utilitarismo y el pacifismo.
- Gaspar Melchor de Jovellanos: Abordó problemas del país y propuso reformas (Informe sobre la ley agraria, Memoria sobre educación pública).
- José Cadalso: Eruditos a la violeta (sátira a la pseudo-erudición) y Cartas marruecas (crítica de las costumbres españolas a través de la mirada de un extranjero).
El Periodismo
El periodismo, con un papel informativo y crítico, fue crucial para divulgar las nuevas ideas. Destacó Mariano Nifo. Se distinguen dos tipos de publicaciones: la prensa culta (Gaceta de Madrid, Mercurio histórico y político) y la prensa popular (almanaques y pronósticos). Torres Villarroel renovó este último género con su Ramillete de astros.
El Teatro
El teatro del siglo XVIII se diversificó:
- Teatro posbarroco: Continuó las fórmulas de Calderón, complicando la intriga y el montaje.
- Teatro neoclásico: Se opuso al teatro del Siglo de Oro, defendiendo las unidades clásicas, la verosimilitud y la finalidad didáctica. Fue minoritario, con excepciones como El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín. En la tragedia, destaca Raquel de Vicente García de la Huerta.
- Teatro popular: El público prefería el espectáculo, presente en las comedias de magia (El mágico de Brancanelo), de santos y militares. También triunfaron las comedias sentimentales, como El delincuente honrado de Jovellanos.
- Sainetes: Piezas cómicas en un acto, destacando Ramón de la Cruz (El Prado por la noche).