Este periodo abarca desde la subida al trono del Rey Juan Carlos I en 1975 hasta la llegada de los socialistas al poder en 1982. La Transición finaliza con la victoria del PSOE en las elecciones generales, marcando el inicio de una nueva etapa en la historia de España.
Contexto Internacional y Nacional
Con la crisis internacional del petróleo de 1973, la fase de expansión económica de los países ricos se interrumpió y sus economías se tambalearon, arrastrando en su caída a las economías más débiles y dependientes, como la española.
Esta crisis se manifestaba en diversas formas en España:
- Creció el déficit exterior.
- Se disparó la inflación.
- Cayeron los beneficios de las empresas.
- Aumentó el paro.
A esta situación económica hay que añadir el azote de la violencia terrorista, que dificultó aún más la transición hacia la democracia.
Alternativas Tras la Muerte de Franco
Tras la muerte de Franco en 1975, se presentaron tres alternativas principales para el futuro de España:
- Continuidad del régimen sin Franco: Defendían la continuidad del régimen franquista, pero sin la figura de Franco al frente. Apostaban por una reforma promovida desde las propias instituciones que culminaría en la democratización del sistema.
- Ruptura con el pasado: La mayoría de la oposición antifranquista se inclinaba por la ruptura con el pasado dictatorial y la construcción de un nuevo sistema político liderado por fuerzas democráticas.
- Reforma desde dentro: Algunos sectores franquistas abogaban por una reforma gradual del sistema desde dentro de las instituciones.
El Gobierno de Arias Navarro: El Inmovilismo
Tras la muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. El monarca dispuso que continuara al frente del gobierno Carlos Arias Navarro.
Arias Navarro presentó su programa ante las Cortes franquistas, que se limitaba a proponer unas leyes extremadamente restrictivas sobre el derecho de reunión y de asociación, que no contemplaban la existencia de partidos políticos. La decepción se extendió entre todos los demócratas.
Actuación de la Oposición
La oposición, para presionar a favor de una alternativa democrática, tomó la iniciativa política y definió un programa común para todas las fuerzas antifranquistas.
Los sectores inmovilistas del régimen solo aceptaban la continuidad del régimen y la represión policial. Los reformistas se esforzaron por desplazar del gobierno a los inmovilistas con el visto bueno de la monarquía. Pretendían promover una reforma progresiva del sistema político a partir de la evolución de las leyes y de las instituciones franquistas.
El Gobierno de Adolfo Suárez: La Reforma
Torcuato Fernández-Miranda, presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, maniobró para imponer como sucesor a Arias Navarro a Adolfo Suárez, que aceptó pilotar la transición a la democracia.
Para ello era necesario anular la resistencia de los inmovilistas en las instituciones del Estado y atraer a su proyecto a la mayor parte de la oposición democrática.
Suárez inició sus contactos con las fuerzas democráticas y promulgó un indulto para los presos políticos.
La Ley para la Reforma Política
El principal problema de la Ley para la Reforma Política era su aprobación por las Cortes franquistas, teniendo en cuenta que proponía su desmantelamiento y el establecimiento de una nueva Asamblea bicameral.
En los meses siguientes se prepararon las condiciones para la celebración de elecciones generales. El primer paso fue la promulgación de los decretos que permitieron la libertad sindical y la legalización de los partidos políticos.
Legalización del PCE y Elecciones de 1977
La legalización del Partido Comunista de España (PCE), a la que se oponían los inmovilistas y amplios sectores del ejército, se había convertido en la piedra de toque del proceso democrático. Suárez decidió su legalización en abril de 1977, hecho que provocó una crisis de gobierno pero garantizó la legitimidad democrática de las elecciones.
Las elecciones generales de junio de 1977 dieron el triunfo a la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido de Adolfo Suárez.
La Constitución de 1978
Tras las elecciones, la UCD se impuso como primera tarea la elaboración de una Constitución democrática.
La Constitución se elaboró mediante un proceso de consenso, que consistió en resolver las cuestiones claves para la construcción de la democracia y los problemas que se presentaban mediante la negociación y el acuerdo entre las fuerzas políticas.
La Constitución, aprobada por ambas cámaras, fue sometida a referéndum popular siendo aprobada por una amplia mayoría el 6 de diciembre de 1978.
Principales Características de la Constitución
La Constitución de 1978 define España como un “Estado social y democrático de Derecho”, organizado como una monarquía parlamentaria, en la que la Corona tiene básicamente funciones representativas, y en la que el ejército queda sometido al poder civil.
Afirma la no confesionalidad del Estado. Abole la pena de muerte y desarrolla una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas que incluyen el derecho a la huelga y a la libre sindicación.
El Estado de las Autonomías
La Creación de las Preautonomías
La Constitución de 1978 reconoció el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran España.
La primera preautonomía se concedió a Cataluña, restableciéndose la Generalitat y creándose un gobierno provisional. Posteriormente, se concedieron preautonomías al País Vasco, donde se formó un Consejo General Vasco, y a Galicia, donde se creó una Xunta provisional.
Las Autonomías
La Constitución establecía la posibilidad de que todas las regiones se convirtieran en Comunidades Autónomas. Cada una se regía por un Estatuto de Autonomía y se dotaría de órganos legislativos, elegidos por sufragio universal.
Establecía dos procedimientos distintos para acceder a la autonomía:
- Uno más rápido (artículo 151), al que podían acceder directamente las “nacionalidades históricas” (Cataluña, País Vasco y Galicia) y otras regiones si cumplían determinadas condiciones y la decisión era ratificada por referéndum.
- Otro más lento (artículo 143), para el resto de las regiones.
Los Socialistas en el Poder (1982-1996)
En las elecciones generales de octubre de 1982, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Felipe González, obtuvo una amplia victoria, iniciando un periodo de gobierno que duraría 14 años.
Política Económica y Social
En economía, para garantizar la estabilidad bancaria se inició una reconversión bancaria, se tomaron medidas para reducir la inflación y en la industria se inició un proceso de reconversión para adaptarse al mercado internacional y poder ingresar en la Comunidad Económica Europea (CEE).
En educación se pusieron en marcha reformas como la Ley de Reforma Universitaria y la LOGSE, que prolongó la enseñanza obligatoria hasta los 16 años.
Terrorismo, Huelga General y Logros Sociales
Los gobiernos socialistas tuvieron que hacer frente al terrorismo de ETA y a una huelga general en 1988.
Durante este periodo se consiguió la universalización de la asistencia sanitaria gratuita, se consolidó un sistema de pensiones y se llevaron a cabo otras importantes reformas sociales.
Recesión Económica y Cambio de Gobierno
En 1992 se inició una recesión económica mundial que afectó también a España.
Tras ganar cuatro elecciones consecutivas, los socialistas fueron sustituidos en el gobierno por el Partido Popular (PP) en 1996.
El Gobierno del Partido Popular (1996-2004)
Los populares permanecieron en el poder durante ocho años. En este periodo, España entró en el euro, se suprimió el servicio militar obligatorio y se aprobó una nueva ley de educación (LOCE).