Transformación de España en los 60
Aspectos Políticos
Durante la década de 1960, la renovación de los dirigentes franquistas llevó al gobierno a los llamados tecnócratas y reformistas. Este cambio supuso el inicio de ciertas medidas liberalizadoras que impulsaron el crecimiento económico y contribuyeron a la estabilidad del régimen. Este crecimiento actuó como elemento legitimador.
Tecnócratas: Destacando a Carrero Blanco y Laureano López Rodó. Su objetivo era instaurar una monarquía autoritaria, en la figura de Don Juan Carlos de Borbón, que permitiera la perpetuación del franquismo.
Reformistas: Destacando a Manuel Fraga y Alonso Solís, buscaron implementar reformas que permitieran al régimen evolucionar políticamente. Se llevó a cabo una política de reformas institucionales, buscando una homologación con los estados de bienestar occidentales, sin que esto implicara la democratización del sistema. Las principales reformas fueron:
- Ámbito laboral: La Ley de Convenios Colectivos permitía la negociación directa de salarios y condiciones de trabajo entre empresarios y obreros, pero no legalizó las huelgas.
- Ámbito social: Se introdujeron mejoras con la Ley de Bases de la Seguridad Social, dotada de presupuestos que permitieron multiplicar las instituciones sanitarias y aumentar las prestaciones.
- Ámbito político: Se creó el Tribunal de Orden Público, integrado por jueces civiles, que se encargó de los delitos políticos y las actividades subversivas.
En 1966 se aprobó la Ley de Prensa, impulsada por Manuel Fraga, que suprimía la censura, aunque no desaparecía el control gubernamental. La apertura ideológica se confirmó con la Ley de Libertad Religiosa de 1967, que concedía el libre ejercicio de culto a prácticas religiosas no católicas.
Los intentos reformistas se plasmaron en la Ley Orgánica del Estado de 1966, que instauraba el sistema de la democracia orgánica. Introducía un sufragio para elegir el llamado Tercio Familiar. Las grandes reformas culminaron con la Ley de Sucesión, por la cual Juan Carlos fue designado sucesor del dictador.
Aspectos Económicos
En 1958, España se incorporó al Fondo Monetario Internacional con la esperanza de obtener créditos para remediar la situación financiera. Estas instituciones exigieron la liberalización de la economía española y recomendaron medidas que se recogieron en el Plan de Estabilización de 1959.
Las medidas económicas fueron: control del gasto público, ajuste del cambio de la peseta, impulso a las exportaciones, incentivos a las inversiones extranjeras y congelación de salarios. Las consecuencias fueron inmediatas: se logró sanear la economía y sentar las bases del crecimiento económico.
El desarrollo económico fue producto de la convergencia de diversos factores:
- La liberalización de la economía española, que le permitió beneficiarse del auge de la economía europea, facilitó la llegada de inversiones de capital extranjero y favoreció la exportación de productos agrícolas y de consumo.
- La emigración interior y exterior de la población agraria a las ciudades y zonas costeras para cubrir los puestos de trabajo en la industria y el turismo. La mano de obra emigrada se volvió abundante y barata. Los que emigraron a Europa fueron una fuente de divisas al repatriar parte de su salario.
- El espectacular desarrollo del turismo supuso una entrada de divisas importantísima que equilibró la deficitaria balanza comercial española.
El aperturismo y el crecimiento económico coincidieron con la aplicación de un programa de planificación económica que pretendía coordinar el crecimiento a través de Planes de Desarrollo. Surgieron los llamados Polos de Desarrollo de Burgos, Huelva, Vigo, La Coruña, Sevilla, Valladolid y Zaragoza, donde se realizaron importantes inversiones en infraestructuras para favorecer la implantación de industrias.
Resultados económicos de los Planes de Desarrollo: Los cambios económicos más importantes se produjeron entre 1960 y 1975. El crecimiento económico fue constante: la tasa de crecimiento fue la mayor de Europa y, a nivel mundial, solo la superó Japón.
Este triunfo económico del franquismo propició su fracaso político. La extensión de la educación, la mejora del nivel de vida, la apertura a Europa, etc., generaron una clase media dispuesta a conseguir la modernización política del país. La oposición al franquismo creció en los años setenta.
Aspectos Sociales
Los cambios económicos promovieron importantes transformaciones socioeconómicas. Hubo una fuerte caída de la población dedicada al sector primario. No obstante, la incidencia de este sector era todavía elevada y la del sector servicios algo baja, lo que revela las carencias del país en aquellos años.
Los movimientos migratorios fueron importantes. La caída de la población dedicada a las actividades primarias (más de tres millones de personas) provocó desplazamientos durante la década, dirigidos hacia zonas industriales del país o al exterior.
Se mantuvo un alto índice de concentración industrial y financiera, de modo que el porcentaje del PIB aumentó en las zonas industriales y se redujo en provincias deprimidas. Los movimientos migratorios agravaron este problema, ya que en los territorios de emigración se produjo un envejecimiento de la población.
Se produjo un cambio social al conocerse el funcionamiento y desarrollo de las sociedades democráticas occidentales. En definitiva, la sociedad española dio un gran salto en su aproximación al modelo urbano y de consumo.
El papel de la Iglesia: En los años sesenta, la Iglesia actuaba cada vez más como conciencia crítica del régimen. Los sacerdotes jóvenes asumieron la renovación planteada por el Concilio Vaticano II.
La radicalización de la oposición: En 1962, una oleada de huelgas sacudió Asturias, País Vasco y Cataluña, movilizando a unos 500.000 obreros. Por las mismas fechas, nació el sindicato Comisiones Obreras, que acabó ocupando la mayoría de los representantes sindicales en las elecciones de 1966. El régimen ilegalizó este sindicato, provocando la radicalización del movimiento obrero. A partir de entonces, la mayoría de las huelgas obedecieron a motivos políticos.
El movimiento estudiantil resurgió con fuerza a partir de 1964. Desde ese año, en universidades como la de Madrid y la de Barcelona, las asambleas, las movilizaciones y los encierros fueron continuos hasta el final del franquismo.