El Romancero Viejo
La poesía narrativa popular-tradicional: el Romancero viejo: Los romances son breves composiciones épico-líricas que surgen de la fragmentación de los antiguos cantares de gesta. Otros, en cambio, opinan que los romances responden al esfuerzo creador de un solo individuo, pues las muestras más antiguas del género son líricas o novelescas, y no épicas.
Evolución y transmisión:
Los romances se transmiten oralmente, por lo que se desconoce el autor. Los autores cultos los recogen y los incluyen en Cancioneros y Romanceros. A partir de la segunda mitad del siglo XVI y durante el XVII poetas renombrados como Cervantes, Góngora, Quevedo o Lope de Vega componen nuevos romances que constituyen el Romancero nuevo o artístico. Son composiciones de carácter culto que se transmiten vía oral.
Temas:
Los temas que tratan pueden clasificarse en:
- Histórico-nacionales: proceden de los antiguos cantares de gesta castellanos y exaltan a sus héroes.
- Novelescos y líricos: creados por la imaginación popular.
- Fronterizos y moriscos: relatan episodios bélicos que tienen lugar en la frontera entre los reinos moros y cristianos de los siglos XIV y XV.
- Carolingios: los sucesos y personajes están relacionados con la figura de Carlomagno.
- Bretones: inspirados en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda.
Métrica:
Tiene relación con los cantares de gesta. Tendían al verso de 16 sílabas, dividido en dos hemistiquios de 8; estos se recitaban como versos independientes en los que los versos pares eran versos asonantados y los impares versos libres.
Estilo:
Los romances muestran peculiaridades estilísticas inconfundibles:
- Tendencia a lo fragmentario: el romance se ciñe a lo esencial, sin exponer antecedentes de la acción.
- Tendencia a la repetición: Unas veces se repiten fonemas (aliteración), otras palabras idénticas (repetición retórica) y en otras ocasiones se reiteran sintagmas o estructuras ocasionales (paralelismo).
- Libertad de subjuntivo: destacan el imperfecto de subjuntivo, el imperfecto de indicativo en lugar de presente y el condicional en lugar de futuro.
Las Coplas de Jorge Manrique
Las Coplas de Jorge Manrique: La obra más representativa de esta tendencia poética son las Coplas por la muerte de su padre, poema didáctico-moral en el que el autor, tras la muerte del maestre don Rodrigo Manrique, evoca y ensalza su figura.
Métrica:
Jorge Manrique emplea la llamada copla manriqueña, variedad estrófica de doce versos agrupados en dos sextillas de pie quebrado. Los versos son octosílabos, salvo el 3º y el 6º. La rima es consonante y se distribuye de la siguiente forma: abcabc / defdef.
Estructura:
La obra se divide en tres partes:
- Hace referencia a la fugacidad de la vida humana y la inconsistencia de los bienes de este mundo.
- Se centra en las relevantes personalidades del pasado, víctimas todas ellas de la fortuna, el tiempo y la muerte.
- Contiene el elogio del difunto y su cita con la muerte.
Temas:
El mundo: es un lugar de tránsito en el que el hombre tiene la oportunidad de conseguir la salvación de su alma.
La fortuna: es un azar ciego que desencadena las tragedias humanas, que reparte caprichosamente la felicidad y la desgracia.
El tiempo: es fugaz, carece de consistencia. El presente es imposible retenerlo, y cuando queremos darnos cuenta, ya no existe; el futuro se convertirá en sucesivos presentes inaprensibles, por lo tanto todo queda reducido a pasado.
La muerte: es temida por su aparición de forma imprevisible, su poder de destrucción de la vida, por su imagen macabra que inspira angustia y terror y su crueldad. Pero Manrique consigue recobrar su sentido trascendente. El hombre debe aceptarla con serenidad, como un hecho natural, y considerarla como la liberación de las penalidades terrenas y como la puerta de acceso a la eternidad tras una vida heroica y virtuosa, cargada de sentido.
El ubi sunt: ¿Dónde estás? Hace referencia a que la vida mundanal carece de valor.
La fama: para el ser humano conseguir que tras la muerte física, su nombre perdure en la memoria de los que sobreviven es una forma de prolongar la propia vida.
Para él la fama es:
- Consecuencia de una vida de honor.
- La única defensa que el hombre puede esgrimir ante los ataques de la Fortuna, el Tiempo y la Muerte.
- Un consuelo para los que aún quedan en este mundo.
- El medio para alcanzar la salvación eterna.
La Celestina
La Celestina: Fue publicada en Burgos en 1499 y fue escrita por Fernando de Rojas.
Personajes:
Calisto: dominado por la pasión amorosa se muestra retraído y melancólico unas veces, exaltado y furibundo otras; es inseguro, indolente, egoísta y amoral.
Melibea: es un personaje más complejo y atractivo que Calisto, profundamente humana; al principio rechaza con violencia las insinuaciones del joven galán; luego duda, vacila y finalmente se entrega a él sin reparos.
Celestina: intermediaria en los amores de Calisto y Melibea, se ha elegido un prototipo de la alcahueta. Dominada por la pasión de la codicia, persigue un único objetivo: tener riquezas. Moviliza todas sus dotes naturales que le permiten captar con rapidez y penetración las distintas situaciones que se le presentan.
Sempronio: representa una servidumbre vinculada a su señor por relaciones estrictamente económicas y no afectivas. Movido por el interés y la lujuria, es falso, desleal, cobarde y violento; más complejo es Pármeno, el otro criado de Calisto.
Elicia y Areúsa: conscientes de su condición de desheredadas, manifiestan repetidas veces su envidia y resentimiento contra la clase dominante.
Temas:
El amor: Se muestra, ante todo, como una pasión incontrolable y avasalladora que desestabiliza el ánimo de los individuos, los arrastra al desorden moral y por último los destruye y aniquila. El amor engendra el caos, la perdición y la muerte.
La codicia: la codicia es otra pasión que enloquece a los criados y ofusca el entendimiento de Celestina hasta provocarles la muerte.
La fortuna: la fortuna es un azar ciego y arbitrario responsable de las tragedias humanas.
La magia: al margen de posibles motivaciones ornamentales o literarias, cumplen en la obra una clara función dramática: despertar en Melibea el fuego amoroso.
El tiempo: los personajes son conscientes de la irreversibilidad del tiempo: ello les empuja al goce frenético del momento presente; las alusiones a las horas y a los relojes son continuos en la obra.
La muerte: carece de significado trascendente que le concede Manrique en sus coplas; tampoco aparece con el semblante macabro de la danza, como destructora cruel de la vida. Rojas nos la presenta como un simple dejar de existir.