La España del Siglo XVI
El Imperio de Carlos V
1. Conflictos internos: Comunidades y Germanías
La política matrimonial de los Reyes Católicos permitió las nupcias entre Juana y Felipe de Habsburgo, naciendo Carlos I. La muerte de la reina (1504), sumado a la inestabilidad mental de Juana y la prematura muerte de Felipe, provocó que Fernando fuera el regente hasta 1516, cuando muere y Carlos se presenta en la Península para hacerse cargo de sus reinos.
El Imperio de Carlos V se sustentaría en la herencia de la Corona de Aragón, la de Castilla, Navarra y territorios norteafricanos y americanos; además de los de Austria, derechos a la corona imperial, Países Bajos y el Franco Condado. Carlos V acumuló gran poder, pero fue vulnerable debido a la dispersión y heterogeneidad del conjunto de Estados. Castilla fue el corazón del imperio, pero los extranjeros en altos cargos y la mayor preocupación de Carlos por las posesiones europeas, iniciarían las hostilidades al ser elegido emperador (1519).
1.1. La rebelión de las Comunidades (1520-22)
Estuvo protagonizada por las ciudades castellanas en las que se sustituyó el poder municipal por comunas integradas por artesanos, comerciantes, baja nobleza y clero. Tuvo carácter político-económico al intentar que el Rey eliminara los consejeros extranjeros, acatara la voluntad de las Cortes, y llevara a cabo una reducción de impuestos. La aristocracia se mantuvo al margen hasta que el conflicto se convirtió en una rebelión antiseñorial. El movimiento fracasó con la derrota de Villalar y la ejecución de los dirigentes; fortaleciéndose la autoridad real con la alta nobleza.
1.2. La Revuelta de las Germanías (1519-23)
Se desató en Valencia y Mallorca y tuvo un destacado componente social. Las Germanías (hermandades armadas de gremios para protegerse) se negaron a someterse al representante del monarca, para después dirigir la revuelta hacia los señores feudales y sus siervos. Los rebeldes exigieron la abolición de la jurisdicción señorial e impuestos, pero fueron sofocados y la monarquía se volvió a ver reforzada.
La Monarquía Hispánica de Felipe II. La unidad Ibérica.
Carlos V renunció a sus dominios en la Península Ibérica, Borgoña e Italia en favor de su hijo Felipe II en 1555; quien, además, heredó la lucha por la hegemonía en Europa y la defensa de los territorios de su patrimonio. El reinado de Felipe II tuvo que adaptarse a:
- El establecimiento de la corte en Madrid (1561).
- La “hispanización” de la política ya que todas las decisiones eran adoptadas por un rey castellano y funcionarios españoles.
- La sustitución de la política universal por la confesional (ya que Felipe II se erigió rey de los católicos frente a los turcos en el Mediterráneo occidental, vencidos en Lepanto en 1571, y los protestantes de los Países Bajos).
- La reactivación de las rebeliones en el interior peninsular debido al autoritarismo político y religioso, como la de los moriscos de Alpujarras y la de los aragoneses debido al conflicto con el Justicia Mayor y el caso Antonio Pérez.
Destaca del reinado de Felipe II la Unión Ibérica; tras que el trono portugués quedara libre al morir el monarca sin herederos, Felipe, al ser hijo de Isabel, hizo valer sus derechos militarmente y, al prometer el respeto a la autonomía del reino y una protección a su comercio, fue reconocido como rey en las cortes de Tomar (1581).
La anexión supuso la unión de todos los reinos peninsulares bajo una misma corona, la mayor extensión territorial de la monarquía hispánica y la conversión de Lisboa en la nueva base de operaciones atlánticas contra holandeses e ingleses.
La unión terminaría con Felipe IV debido a la política del Conde Duque de Olivares de aumentar impuestos y la presencia de tropas de reinos no castellanos. Se desató así la Guerra de Restauración, que acabó en 1668, cuando la corona española reconoció la independencia portuguesa.
La España del Siglo XVI: El Modelo Político de los Austrias. La unión de Reinos.
Los Austrias gobernaban en una monarquía multinacional y descentralizada bajo la superioridad de la Corona de Castilla, territorio más rico y poblado.
Las Coronas peninsulares mantuvieron el modelo de los Reyes Católicos. En la 2ª ½ del S.XVI, los Austrias se rodearon de una administración profesional y con sede en Madrid, haciendo más complejas, lentas y burocráticas las instituciones de los Reyes Católicos. Además, se consolidó el sistema polisinodial, con tres tipos:
- El Consejo de Estado (Jurisdicción sobre todos los reinos y presidido por el Rey).
- Los Consejos Territoriales (asuntos específicos de cada reino o territorio).
- Los Consejos Técnicos (funciones concretas sobre asuntos especiales).
Aumentó el poder de los secretarios del rey, siendo figuras claves, y en 1580, Felipe II creó las juntas, instituciones que coordinaban las tareas específicas; manteniéndose la delegación en virreyes.
La administración fiscal era sencilla y escasa de medios, con la Contaduría de Hacienda y recaudación con los repartimientos, los arrendamientos y los encabezamientos. En los ingresos se distinguían los ordinarios (subsidios votados en Cortes, Impuestos de Castilla, Alcabala; las rentas abonadas, la venta de lana, los cobrados sobre el clero; los millones, que sufragaban las guerras, etc.) y los extraordinarios (remesas de metales preciosos, venta de cargos públicos y tierras, préstamos y créditos: Juro [deuda pública], censos y asientos [prestamos de los banqueros alemanes]).
Los gastos superaban los ingresos, produciendo hasta tres grandes quiebras estatales, debido a que los ingresos se destinaban a pagar los intereses de las deudas. Los gastos, destacando los militares, eran ordinarios (Casa Real, Administración central, Defensa del Reino…) y extraordinarios (militares, diplomáticos, pago de intereses…) Provocando una fuerte dependencia extranjera, dichas bancarrotas, suspensión de pagos y la picaresca.
Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI.
Los Austrias Mayores durante el S.XVI llevaron a cabo prácticas del mercantilismo, con la explotación de minas de oro y plata, y el monopolio del comercio con América. La economía experimentó una fase de expansión que produjo un crecimiento demográfico y un incremento tanto en la demanda de productos, como en la circulación de moneda. El auge económico no pudo evitar la “revolución de los precios”, debido a la inflación, que provocó la pérdida de la posición privilegiada en América.
La financiación era a través de la recaudación de ingresos, que no llegaron a satisfacer los gastos militares, a través de impuestos que pagaba Castilla (Alcabala) y los ingresos procedentes de Indias; la Iglesia tributaba el diezmo y, más adelante, el subsidio y el excusado. Tras el desastre de la Gran Armada, se impuso los millones, aplicado sobre alimentos esenciales. También se ingresaba dinero con los derechos de aduanas y la venta de cargos públicos. Los gastos seguían siendo superiores a los ingresos, por lo que se produjeron bancarrotas y una dependencia a los prestamistas europeos.
La expansión económica produjo un importante crecimiento demográfico y se mantuvo la sociedad estamental, con algunas novedades: como la aparición de los Grandes de España en la cúspide nobiliaria, gracias a Carlos I. La organización de los artesanos en gremios con fines sociales (asistencia material) y profesionales (reglamentación de la producción). Por último, el requisito de la limpieza de sangre para acceder a determinados cargos se convirtió en una obsesión.
Cultura Y Mentalidades en la España del Siglo XVI. La Inquisición.
Con los Austrias mayores, se difundieron las corrientes renacentistas por las relaciones con Italia y Países Bajos, abundando artistas europeos que trabajaban en España para la Iglesia o la Corona. Esto provocó que el contenido religioso fuera el dominante, sumado a la fuerte censura y persecución del libre pensamiento. Destacó el erasmismo, que abogaba por retomar las fuentes clásicas y un cristianismo asentado en principios éticos.
La literatura fue favorecida por la difusión de la imprenta y el incremento de la alfabetización. El castellano se difundió gracias a Nebrija y su Gramática. En la poesía destacaron Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León; y en prosa la aparición del Lazarillo de Tormes. La literatura religiosa alcanzó su apogeo con Sta. Teresa de Jesús y S. Juan de la Cruz.
En el arte, donde siguió viva la tradición del gótico y el mudéjar combinado con los estilos flamenco y borgoñón encontramos:
- Arquitectura (estilo plateresco, fachada de la Universidad de Salamanca; purista, Siloé Catedral de Granada; y herreriano, más austero de todos por la contrarreforma, Monasterio del Escorial).
- Escultura (Berruguete y de Juni cultivan la imaginería religiosa de patetismo y naturalidad preludiando el Barroco).
- Pintura (de carácter religioso, predominó el óleo sobre tabla. Se asimilan los clásicos italianos; destacando a Juan de Juanes y Luis de Morales. En el S.XVI calará el Manierismo, estilo que rompe con el clasicismo y plasma una realidad subjetiva, espiritual y deformada. Destaca el Greco con El Martirio de San Mauricio).
En el plano religioso, se instituyó en todos los reinos el Consejo de la Suprema Inquisición, concebido para perseguir a los judeoconversos, moriscos y protestantes, además de todo lo que se considerara una desviación moral (blasfemia, homosexualidad…); las acusaciones resultaban en Autos de Fe, sentencias y castigos ejemplarizantes.