El Renacimiento Italiano: Arquitectura, Escultura y Pintura

1. Características Generales de la Arquitectura Renacentista Italiana

Introducción

El Renacimiento se entiende como el “renacer” de las formas olvidadas de la antigüedad clásica. Comienza en el Quattrocento (s. XV) y continúa en el s. XVI con el Cinquecento (hasta 1527) y el Manierismo (hasta finales de siglo).

Arquitectura del Quattrocento

En Italia, la presencia de restos arquitectónicos romanos hizo que nunca se perdiera del todo la herencia clásica. Esto se concretó en el uso de elementos constructivos clásicos. Como en Roma, el muro fue el verdadero elemento sustentante, y la aportación de la columna fue frecuentemente decorativa.

Arquitectura del Cinquecento

Con el epicentro artístico desplazado de Florencia a Roma, la ciudad papal se convirtió en el centro de poder religioso y político, albergando los proyectos más ambiciosos. Aunque la arquitectura del siglo XVI asume en general lo visto en el Quattrocento (especialmente en cuanto a proporción), la arquitectura del Cinquecento se caracteriza por su monumentalidad y grandiosidad.

2. Evolución de la Arquitectura Renacentista Italiana

Brunelleschi

El primer arquitecto del Quattrocento que rompe con la tradición gótica es Filippo Brunelleschi. Tras perder frente a Ghiberti el concurso de las puertas del baptisterio, viaja a Roma y regresa en 1410. En 1418, gana el concurso para terminar la cúpula de Santa María de las Flores, la catedral de Florencia. Sobre el muro del tambor, Brunelleschi construyó una estructura en forma de red con 24 nervios verticales. El conjunto está rematado por una linterna, cuyos 8 contrafuertes terminan en volutas, que ilumina la cúpula como en el Panteón, pero sin que la lluvia entre en la iglesia.

Otra obra suya es la Capilla Pazzi, quizá la más “romana” de sus obras: es una capilla funeraria de planta central, basada en la proporción áurea, en la que utiliza arcos de medio punto, orden toscano, cornisas y entablamentos clásicos.

Alberti

Leon Battista Alberti fue otro gran artista, con una portentosa cultura que le llevó a teorizar sobre arquitectura, pintura, escultura y música. Una de sus obras más conocidas es San Andrés de Mantua, en la que destaca la majestuosa fachada que recuerda a un arco de triunfo con un frontón triangular, coronado a su vez por una bóveda de medio cañón abierta. Al interior, una sola nave con capillas laterales y una bóveda de medio cañón de casetones recuerdan el interior de las termas romanas.

Bramante

Ya en el Cinquecento aparece la figura de Donato Bramante, el arquitecto más famoso de su generación. Aunque no nos quedan muchas obras suyas, fue quien diseñó la nueva basílica de San Pedro. Su construcción más conocida es el Templete de San Pietro in Montorio, en Roma, realizado por encargo de los Reyes Católicos en el lugar donde, según la tradición, murió San Pedro.

Palladio

Andrea Palladio, de una generación posterior, también estudió el arte clásico y escribió Los cuatro libros de la Arquitectura, que tuvo gran difusión. Trabajó en la zona de Venecia (donde construyó la Iglesia de Il Redentore), especialmente en Vicenza, donde realizó el Teatro Olímpico, y sobre todo, su famosísima Villa Capra.

3. La Escultura Renacentista: Donatello y Miguel Ángel

Características

La abundancia de esculturas de época romana en Italia, y el conocimiento que de ellas tenían los escultores, hizo que el paso del Gótico al Renacimiento no fuera tan brusco como en la arquitectura. Algunas características, ya iniciadas en el Gótico, se perfeccionan en el Quattrocento: naturalismo, importancia de la figura humana, independencia respecto a la arquitectura, aplicación de la perspectiva (en el relieve) y la aparición de nuevos temas no religiosos (mitológicos, retratos, alegorías). Y reaparece el retrato ecuestre.

Quattrocento

La escultura se inicia con Lorenzo Ghiberti, que rompe con el gótico en las puertas del baptisterio de la catedral de Florencia con magníficos relieves en bronce.

Donatello

Su discípulo, Donatello, está considerado como el mejor escultor del Quattrocento. Colaboró con Ghiberti en la realización de la Puerta del Paraíso, formándose como broncista. Su estilo viene determinado por su conocimiento de la estatuaria romana antigua. Retrató al ser humano en todas sus etapas, desde la niñez a la vejez. Como en el relieve romano, utiliza el stiacciato y la perspectiva para dar profundidad a sus relieves.

En el David (1420) vemos la primera estatua fundida en bronce desde la Antigüedad. Nos presenta un adolescente, desnudo, que parece no muy seguro de su triunfo. Con espada y casco, contempla la cabeza que acaba de cortar. El cuerpo realiza un gracioso contrapposto, evitando la línea vertical.

En la Cantoria de la catedral de Florencia crea un altorrelieve de putti danzantes. Por último, destaca su retrato ecuestre en bronce del Condottiero Gattamelata (1450), de nuevo el primero desde la Antigüedad, evidentemente inspirado en el del emperador Marco Aurelio.

Cinquecento

La escultura encuentra su plena madurez con Miguel Ángel, hombre de gran cultura, junto con Leonardo y Rafael, prototipo del humanista renacentista que dominaba con gran soltura todas las artes. Está considerado el mejor escultor de todos los tiempos, si bien también fue un gran arquitecto y pintor.

En 1497 comienza la Piedad del Vaticano, que le dio mucha fama. Se ve a una Virgen apenas adolescente que sostiene el cuerpo de Jesús sobre sus ampulosos ropajes. Su rostro refleja un dolor sereno. La composición es piramidal.

Su definitiva consagración la consiguió con el David (1501), una monumental escultura de más de 4 metros, que destaca por el perfecto estudio anatómico de un cuerpo joven desnudo. Representa a David en el momento en el que, con la piedra en la mano y la honda al hombro, mira a Goliat antes de lanzarle la piedra. El rostro transmite ira y tensión, que contrasta con la serenidad de la pose de su cuerpo.

Viaja a Roma y recibe el encargo de realizar el sepulcro de Julio II, para el que diseña un gran proyecto que sólo se realizará en una pequeña parte, destacando el Moisés y algunos de los Esclavos.

Su siguiente gran obra son los sepulcros de los Médici en la Sacristía de San Lorenzo, donde logra captar la diferente psicología de los retratados (Giuliano y Lorenzo de Médici).

4. Características Generales de la Pintura Renacentista Italiana

Introducción

Al igual que ocurre con la arquitectura, la base de la pintura renacentista la encontramos en los humanistas admiradores del mundo grecorromano. Al aristotelismo, que había acercado el arte a la realidad, se añade el neoplatonismo (Marsilio Ficino), que aporta el idealismo. Así, sobre la base de realidad que ya habían descubierto los primitivos flamencos, el espíritu intelectualista italiano integra la naturaleza, idealizándola. Estos principios ya aparecen en De Pictura, de Alberti.

Características

  • La recuperación de la mímesis: La perspectiva se estudia desde el punto de vista geométrico-matemático. El tratamiento de la luz y el color recupera la mímesis del arte grecorromano. El estudio de la anatomía humana aporta realismo. Los fondos y el paisaje cobran gran importancia.
  • Temas: Se consolidan temas profanos como la alegoría y el retrato.
  • Técnicas: Se usa la pintura al temple, al óleo (que posibilita la veladura) y al fresco.
  • Dibujo: Predomina sobre el color, delimitando las formas con contornos nítidos.
  • Composiciones: Suelen ser claras, estáticas, predominando las piramidales y con cierta simetría.

Etapas

  • El Quattrocento: Período de formación centrado en Florencia (Masaccio, Fra Angelico, Piero della Francesca y Botticelli).
  • El Cinquecento: Período de plenitud, donde se alcanza la mímesis, con Roma como centro artístico (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano).
  • El Manierismo: Estilo que anuncia el Barroco, introduciendo desequilibrio y tensión (Tintoretto, Veronés, Arcimboldo).